(Ital el JDRHM) La Era de la Disgregación



LA ERA DE LA DISGREGACIÓN.

         Así llamada por que sancionó la separación definitiva entre los N´arcan, pero, en realidad, debería llamarse de los Featath, pues fueron ellos sus protagonistas.
           Derrotados los Señores del Caos, los N´arcan se vieron de nuevo divididos sobre el destino que se debía reservar a sus hermanos vencidos. Los denominados Seguidores del Equilibrio, capitaneados por Heimad, decidieron no tomar partido en las deliberaciones, sería Arcan quien tendría derecho a decidir el destino de uno de sus hijos, no ellos. Los Adalides del Bien, que habían defendido la actuación contra el Caos, defendían la condena al destierro, mientras que Mordyr, y una nueva alianza, la llamada aún hoy Alianza de la Espada, defendían la condena a muerte.
Pero durante las deliberaciones, uno de los miembros de los Adalides del Bien, temiendo una decisión contraria a la de su facción, liberó a los Señores del Caos uniéndose a ellos, fue el culpable de esta acción Bryon, el Señor de los Ladrones, instigado por Aloth y Akasa, quienes, aliados con los Featath, les daban así una excusa para iniciar la guerra contra los N´arcan, a quienes acusaban de traición.
          Los Featath alcanzaron a los Señores del Caos y mataron a Gulcam, quien había efectuado los más horrendos experimentos de mutaciones sobre todos aquellos infelices que habían caído prisioneros bajo sus tropas. Mientras tanto, los más sabios de los Featath, con los malignos conocimientos donados por Akasa y Aloth, corrompieron la naturaleza de la Señora del Éter, Aystria, intentando ganársela para su causa, pero en vez de ello dividieron la esencia de la diosa en los cuatro espectros de poder que hoy invocan en sus rituales los practicantes de la magia esotérica. Los cuales cayeron sobre Ital.
          Al mismo tiempo, los Ithran, que durante la era del Caos habían descubierto los túneles de los enanos, les atacaron por el odio que concebían hacia unos que habían gozado de la protección de su dios, mientras que ellos habían tenido que combatir sin ayuda al Caos.
         Ante estos hechos, todos los N´arcan se unieron en contra de los Featath y aquel miedo que les había empujado a la traición cobro vida, Espada, Libro y Balanza se unieron contra ellos, sus dos únicos aliados, Akasa y Aloth, les abandonaron y fueron aceptados por la alianza de la Espada, quienes, incluso, aceptaron como aliados a los Cometas, pero no como alianza independiente, como cuarto poder, si no como miembros de la alianza dirigida por Mordyr.
         La Ira de los Dioses se abatió sobre Ital, ningún Featath sobrevivió sobre la faz de Ital. Pero se acusó a la Alianza de la Espada de acoger a los Señores de Caos. El camino entre el mundo divino e Ital se cerró, de manera que Ital fue aislada del resto del Tapiz de los Mundos por el poder de la Alianza de la Balanza de Heimad, que veía el origen de todos los males del joven mundo en la intrusión de los N´arcan en las existencias de las gentes de Ital.
      Aquellos N´arcan que quisieron quedarse en Ital, debieron renunciar a su divinidad, serían inmortales a los años, pero su poder disminuiría paulatinamente de generación en generación. Aquellos que se quedaron, en su mayoría, fueron los dragones, y así, de generación en generación, vieron disminuir tanto su tamaño, como su poder.
Pero la Alianza de la Espada no renunció a su ambición de regir los destinos de Ital y crearon un objeto de inmenso poder, las Llaves, manifestación sobre Ital de la esencia de los Dioses de la Espada. Las Llaves se llamaban así por que en manos de un clérigo del dios cuya esencia contenían, permitían abrirle el acceso a Ital burlando el poder de la Balanza.
Comenzó así la Era de la Llaves, durante la cual, beneficiándose de la relativa paz, se desarrollaron las culturas humanas y se reconstruyó parte de la sabiduría perdida en las eras pasadas.

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