tag:blogger.com,1999:blog-14960015214570845342024-03-28T16:05:52.348+01:00La Itarca de IsfegarBlog personal de Ismael Fernández García autor del juego de rol "Ital: El Juego de Rol Heroico Medieval" y de las novelas ambientadas en él.Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.comBlogger163125tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-83804126215461912482024-03-27T15:17:00.000+01:002024-03-27T15:17:59.902+01:00(Ital el JDRHM) La Ciudad bajo la Ciudad 2.13: La Higuera.<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> Hola a todos. Muy buenos días.</span><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> Aquí estoy de vuelta con una nueva entrega de "El Caballero Negro y el Corazón del Bosque". El caso es que quería terminar con la historia de Matapuercos, pero la cochina se resiste (perdón por los chistes malos). Esta entrada es para leerla con calma, son algo más de 3.000 palabras. Quería terminar de un tirón. Por eso he tardado tanto también. En fin, aquí tenéis un episodio más antes de regresar a Esgembrer:</span><br /></span></span></p><p><span><span></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhN1WfRmOfIWyT7o2yFUe43A9jKrX49aI_1lSmZRLOmXoF8hwraIniQoQf9qrMZmmHRIo3TQIiTykgj5758c3xiPo9zARBMBkH_t4oyJjbhshFZlVKMLdPnREtsnnYHjDLBOFH8RngT9c48LlZ5XgqC7LlphI_uA7yaPPSW-JJvnT4sFsUngFxT73ziZ7c/s3072/30055229.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="3072" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhN1WfRmOfIWyT7o2yFUe43A9jKrX49aI_1lSmZRLOmXoF8hwraIniQoQf9qrMZmmHRIo3TQIiTykgj5758c3xiPo9zARBMBkH_t4oyJjbhshFZlVKMLdPnREtsnnYHjDLBOFH8RngT9c48LlZ5XgqC7LlphI_uA7yaPPSW-JJvnT4sFsUngFxT73ziZ7c/s320/30055229.png" width="320" /></a></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">"A la mañana siguiente, apenas Loiv asomó su gentil rostro, reemprendieron la lucha contra un incendio ya agonizante. Negándose a cruzar el Turbio, divididos en cuadrillas organizadas por Don Celes, se dispersaron por su cauce sofocando las escasas llamas restantes en su ribera y trazando cortafuegos. Al otro lado, sin el Kazelrus para avivarlo, gracias a las lluvias y a los fantásticos habitantes del bosque, una vez consumido el fuego malvanés, también era más el humo que el peligro.</span></span></p><p><b id="docs-internal-guid-6a6ffe1d-7fff-d6eb-0500-0fadcfa7b93b" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Aún así, las gentes del pueblo dedicaron la jornada entera a buscar el más mínimo rescoldo y enterrarlo. Todos ellos lamentaban lo ocurrido. Hubieran perdido a alguien o no, todos se conocían. Caía la tarde cuando encontraron los cuerpos de otros dos leñadores. Los hallaron atrapados entre las rocas de un vado arroyo abajo. Habían intentado huir del incendio, pero el fuego líquido los había alcanzado. Si alguien mantenía la esperanza de encontrar más supervivientes, la visión de los restos quemados y abotargados de aquellos desgraciados terminó con sus ilusiones.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El paisaje era desolador, lo que días antes era un frondoso vergel, ahora era un páramo de tierra quemada y tocones abrasados. Pese al poder regenerador del Hijo de Silvara, reparar el daño causado llevaría años. El oro verde, que bien administrado habría mantenido a los habitantes del lugar durante generaciones, había sido arrasado. Mientras los ayudaba, Tudorache no dejaba de repetirse las palabras de Dundenis: «campos de cultivo, campos de cultivo». Y lo maldecía para sus adentros.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En el improvisado campamento, los heridos recuperaban sus fuerzas a ojos vista. La reputación de Lorena había pasado de hábil sanadora a milagrera. Gran parte del mérito era del paladín. Pero para los lugareños, Tudorache era una figura distante, a temer y respetar. La idea de que hubiese intercedido ante su hosca divinidad para sanar a los heridos se les antojaba imposible. </span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Uno de los beneficiados por las plegarias del caballero negro había sido el soldado Joaquín. En un primer momento, tan pronto abrió los ojos, Quino acudió ante Don Celes con la intención de rendirle preso al igual que a su compañero de armas. Sin embargo, la enconada defensa que la «cuadrilla del oso» hizo del muchacho lo salvó de sufrir tal castigo. Por lo visto, el infante de marina se había criado en un pueblo de interior no muy distinto a Matapuercos, y al averiguar lo que se esperaba de él se negó a obedecer. Todavía débil, permanecía en la carreta tallando palos. O más bien, desbastando la madera. Aún no había recuperado suficiente fuerza en las manos para emplearse a fondo. En un principio había preguntado por sus camaradas. Pero luego no había mostrado ninguna intención de reunirse con el otro soldado superviviente. En cuanto al hermoso caballo y su letal carga. Se alegró de ver al animal sano y salvo, pero recomendó enterrar sus alforjas lo más hondo posible en algún lugar remoto. Hubo a quien le pareció buena idea, pero la mayoría opinó que eso era cosa del cabildo en pleno. </span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">De todos modos, cansados y resignados, poco a poco se fueron haciendo a la idea de que todo lo que allí se podía hacer, ya estaba hecho. Así que aprovecharon las últimas horas de la tarde para levantar el campamento y regresar al pueblo.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El estado de ánimo de los lugareños variaba en función de la suerte que habían tenido. Aquellos que no habían perdido a ningún ser querido respiraban aliviados. Algunos incluso hacían planes de futuro: aquella res que siempre decían que iban a comprar, aquel campo que habían hablado de cultivar… Los menos afortunados, quienes habían perdido a uno o más de sus familiares cercanos: aquel padre y su hijo, o aquellos hermanos, que trabajaban juntos caminaban con desgana, en silencio con la mirada vacía los unos, descargando su rabia, jurando y blasfemando, los otros.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El camino de vuelta les llevó hasta entrada la noche. El ruido de bestias y carros anunció su llegada. Los que se habían quedado atrás corrieron al encuentro de sus deudos. Allí se abrazaban unos y otros. Risas y llantos se entremezclaban. El dolor a duras penas contenido de muchos rompía el dique de su voluntad al verse obligados a informar a unos padres, a una esposa, a unos hijos, que a quien despidieron como un día cualquiera no regresará.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En medio de todo ello, un amedrentado prisionero, con las manos atadas a la espalda, agacha la mirada y se pregunta qué será de él. Un sudor frío le recorre la espalda. Comienza a pensar que está viviendo tiempo prestado. El siniestro maderero de manos de estrangulador no ha vuelto a empuñar su cuchillo. Pero tampoco le ha quitado el ojo de encima. El estricto paladín en cambio, tras una breve entrevista con el alcalde, ha seguido su camino acompañado de la carreta del posadero, varios caballos y otro carro. El corazón le late desbocado. Parece mentira que, después de burlarse del esgembrés durante días, su ausencia le haga sentirse indefenso. Ahora, rodeado de los mismos pueblerinos a los que creyó tener comiendo de su mano, teme por su vida. En cada sombra ve una amenaza. En cada cuerpo que se le acerca siente la intención homicida. Así que se encoje, sin dejar de buscar una vía de escape. Mientras Quino lo observa y sonríe como el lobo que ha encontrado su próxima comida.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tudorache tiró de las riendas y desmontó de Mordiscos. Sus heridas sanaban a buen ritmo, el descanso le había sentado bien, pero todavía cojeaba. Amelia acercó la carreta con los heridos a los establos. La mitad de ellos bajaron despacio y con cuidado ayudándose entre sí. Al resto los bajaron los sobrinos de Conrado. Buenos muchachos aquellos, fuertes y voluntariosos. Bajo la vacilante luz de las velas, Lorena no perdía de vista a sus pacientes. Más que las heridas en sí, la preocupaban las fiebres que las seguían. Acababan de acomodarse en el hospital improvisado, cuando Ramiro se presentó con una olla humeante de caldoso estofado de sobras en una mano y una hogaza de pan duro en la otra. Amelia lo acompañaba con las escudillas de madera y los cubiertos en una bandeja y una jarra de agua en la otra.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—No es gran cosa —se disculpó la mujer al repartir la cena—. Pero era lo más rápido.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Al contrario, es justo lo que nos hace falta —le agradeció Lorena sus desvelos—. Así, con algo caliente en el estómago dormiremos todos mejor.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En esas estaban cuando llegaron los familiares de los heridos. Tal y como Tudorache había esperado insistieron en hacer noche en su compañía. Nadie presentó objeción alguna. Para sorpresa de todos, incluso Joaquín tuvo la visita de una joven del pueblo, aunque ella no se quedó. Fue cuando los vio juntos que el paladín reconoció al soldado que, esa noche de festejos ahora tan lejana, el cortesano y el alcalde enviaron a hablar con los rabelistas. Entonces Tudorache sonrió y se rascó el bigote descuidado. Lorena lo miró intrigada sin atreverse a preguntar qué era lo que le hacía tanta gracia. El cansancio pudo con la curiosidad. Se había hecho tarde y su merecido descanso los aguardaba. Dejaron una solitaria vela prendida en su fanal colgado de un gancho en medio de la cuadra, bien lejos de la paja, y durmieron todo lo que sus preocupaciones o dolores les consintieron.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El canto de los gallos los despertó sin esperar al pleno amanecer. Los heridos respondían a las curas administradas por la diligente Lorena. El paladín y los Bellotos cambiaron el agua de los barriles. Para la hora de comer el establo estaba medio vacío. Sólo aquellos que habían necesitado puntos permanecían bajo los cuidados de la sanadora. Éso le permitió ausentarse para ir a su casa a por más ungüentos y pócimas. Por allí rondaba de nuevo la enamorada de Joaquín. Ponía gran cuidado en ayudar a Lorena, quien parecía disfrutar enseñándole el modo correcto de limpiar y vendar heridas. </span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Los sobrinos de Conrado también se habían ido. Tenían sus propias obligaciones que atender. En cuanto a Pascual no le volvieron a ver hasta entrada la tarde. Se había hecho cargo de la onerosa tarea de ayudar a identificar a los difuntos y entregarlos a sus familiares. Tudorache no le envidiaba, había presenciado ese doloroso ritual en demasiadas ocasiones. El manco y Don Celes lo asistían en tan triste labor. Los cuerpos estaban en tan mal estado que eran sus pertenencias las que terminaban por desvelar su identidad: la alianza de casado; el colgante recuerdo del abuelo, el cuchillo del que tan orgulloso estaba en vida…</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Con cada amigo y conocido del que se despedían, más viejos y derrotados se sentían. Era un pedazo de sus vidas el que enterraban con ellos. Casi respiraron de alivio cuando la llegada de nuevos visitantes les dio la excusa para salir de la casa de juntas. Afuera les aguardaba ni más ni menos que el Alguacil Real de Barzas de Yuso y su escolta.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Menudo quilombo que tenéis aquí montado, Pascual! —protestó nada más verlos.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Era un hombre grueso de mediana edad. El pelo panizo y los ojos claros delataban la sangre pallanthia que corría por sus venas. Tanto él como sus hombres montaban sobre pequeños pero resistentes caballos montañeses. Sobre las cotas de malla vestían tabardos verdes y marrones. Su lealtad era para con el Rey del Llano. Se les veía bregados, duchos en correrías de frontera y molestos por estar allí.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡No es lo que pensáis, Don Ordoño!</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Y qué es lo que pienso? —preguntó con desdén.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Conrado, trae las alforjas del demonio.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Ahora es cosa de demonios? —lo zahirió para diversión de sus acompañantes.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pascual guardó silencio. El Alguacil Real era un hombre poderoso. No sólo comandaba la tropa de frontera destacada en las Barzas, también recaudaba los impuestos y administraba justicia. A todos los efectos era el rey del lugar. Y puestos a tener uno, era mejor tenerlo contento. O si no era posible, distraído castigando a otros. </span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Al cabo de un momento, el sonido de unos cascos atrajo la atención de los allí presentes. Por propia iniciativa, Conrado había cargado de nuevo al esbelto alazán con las alforjas verdes y azules del Rey del Mar. El hecho de ir retorcidas y arrugadas no desmereció el efecto que el manco quería provocar. La rivalidad entre los banderizos se lo puso fácil. Apenas lo vieron llegar, las sonrisas de suficiencia dejaron paso a malas caras.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Qué me traes ahí, Belloto? —agrio, parecía que acababa de morder un limón.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Ordoño podía no ser de trato fácil, pero sabía a quienes debía tener en cuenta en cada pueblo bajo su jurisdicción y alrededores. El aludido, guardándose muy mucho de mostrar el regocijo que sentía, metió la mano en la alforja y extrajo una granada.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡La puta su madre! —exclamó uno de los soldados.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Silencio ahí detrás! —ladró su superior.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El escolta se enderezó sobre la silla y apretó los dientes. Habían bajado al pueblo convencidos de que los locales habían prendido fuego al bosque para ahuyentar a los animales salvajes y se les había ido de las manos. Contaban con encontrarlos amedrentados, romper un par de cabezas y regresar a celebrarlo. Y no lo que tenían delante.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El Alguacil Real espoleó a su montura y cogió con su mano, encallecida por el continuo uso de las armas, el artefacto incendiario. La agitó y tanteó su peso sin temor. Gruñó algo para sí y se la devolvió a Conrado.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿De dónde ha salido ésto? —preguntó al alcalde.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—De la capital. Junto a otros cuatro caballos y sus jinetes.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">A sus espaldas se estaba congregando la gente del lugar. Las caras eran largas y las miradas estaban cargadas de reproche. Tenían ante ellos a la más alta autoridad de la región. La misma que había desoído sus peticiones de ayuda durante semanas.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Y dónde están los demás?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Allí —se volvió para señalar el bosque quemado—. Muertos, salvo…</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Salvo el dueño del caballo —se apresuró a decir Conrado—. Mal rayo le parta —añadió antes de escupir al suelo.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Había visto entre el gentío a la cuadrilla del oso. No estaban nada contentos y con su nueva popularidad eran más que capaces de empezar un tumulto. Además, la enamorada de Joaquín era prima de uno de sus sobrinos. Si podía dejar al muchacho fuera de aquello, mejor que mejor. Pascual miró de reojo al manco y luego a los corrillos que se estaban formando delante suyo.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Y ese hombre, dónde está? —se impacientó Ordoño.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Preso.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Preso? ¿Y con qué autoridad lo habéis hecho preso?</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Estaba indignado a la par que divertido. Qué aquellos destripaterrones se hubiesen atrevido a ponerle las manos encima a un soldado real era algo inusitado.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Con la de los muertos! —gritó una mujer. </span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pascual la reconoció. Unas horas antes había identificado a su marido y a su hijo mayor entre los cadáveres abrasados.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Sí! —la corearon sus convecinos— ¡Con la autoridad de los muertos!</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Pascual controla a tu gente! —aquello ya no le hacía gracia. </span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Había visto un grupo de arqueros. Y entre la multitud destacaba un extraño. No tenía el porte de un campesino. Alto, moreno, fibroso y con los antebrazos surcados de cicatrices. Aquél sujeto del poblado bigote lo examinaba igual que un halcón a su presa. A su lado caminaba la curandera del pueblo. En un momento dado lo cogió del brazo para retenerlo.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">«Al fin encontró esa yegua quien la monte.» Malpensó Ordoño con un punto de envidia. </span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Años atrás, de compararse con Tudorache, habría salido bien parado. Pero ahora ya no. Atado al despacho el último lustro, había descuidado su forma física. De media edad ambos, se veían reflejados el uno en el espejo del otro. Y a ninguno de los dos les gustaba dicha imagen.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Calma! ¡Calma! —lo obedeció el alcalde— ¡Éste no es el momento! ¡Ni el lugar!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pero era en vano. Las emociones reprimidas se desbordaban. Encontraban apoyo en el gentío y se reforzaban. Los gritos iban en aumento. Entonces llegó Quino y tomó al pie de la letra lo dicho por su primo el alcalde:</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Es cierto! ¡Éste no es el lugar! —bramó con todo su ronco vozarrón, silenciando a sus convecinos. Él era un Castaña de pura cepa. Con gran envergadura y mal carácter se había ganado el temor de muchos de ellos— ¡Vamos a la higuera! </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Sí, éso! —le secundaron los más exaltados— ¡A la higuera! ¡A la higuera!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tudorache no sabía exactamente qué querían decir con eso. Pero se temía lo peor. La turba pedía sangre. El alcalde y el Alguacil Real conferenciaron entre ellos. Mal que bien, se les ofrecía una salida a todo ese embrollo.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Está bien, Quino —dijo Pascual con fastidio—. Trae al prisionero. Vamos a la higuera.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Lo dijo sin levantar la voz. No sentía ningún placer con la perspectiva de lo que iba a ocurrir. Su primo en cambio sí. Un brillo salvaje iluminó sus ojos oscuros y una sonrisa lobuna asomó tras su barba descuidada. Entre tanto, el gentío coreaba:</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡A la higuera! ¡Que baile! ¡A la higuera!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tudorache torció el gesto. Ya no tenía dudas del destino que le esperaba al infante de marina. No sentía ninguna simpatía por él. Pero aquel espectáculo le repelía hasta lo más hondo. Allí no había ni reparación, ni justicia, sólo venganza ciega y estéril revanchismo.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeqDv3E8ogMuSIDd_SEOSexZoW5vj6apDz2H4_ZUdeTkMEaKVzSFVK7nXPiC67pKmO4oIJu_xMkFjZpIxqqT3dpQS0YJC3HzxUEDaag68chBB9nJaAzMsPklZXLD-eeB6EaGQ1zGslIhtAnkmxJsnc_PdPLuGNmSpegM7FHUH-ZlhRQ3LKdCH-VuVX9AQ/s3072/35626625.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="3072" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeqDv3E8ogMuSIDd_SEOSexZoW5vj6apDz2H4_ZUdeTkMEaKVzSFVK7nXPiC67pKmO4oIJu_xMkFjZpIxqqT3dpQS0YJC3HzxUEDaag68chBB9nJaAzMsPklZXLD-eeB6EaGQ1zGslIhtAnkmxJsnc_PdPLuGNmSpegM7FHUH-ZlhRQ3LKdCH-VuVX9AQ/s320/35626625.png" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: verdana;">Uno de esos resultados inesperados arrojados por las IAs. Que aquí me sirva para encarnar al caótico viento del delirio.</span></td></tr></tbody></table></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El Castaña volvió enseguida con el desafortunado. Otros dos leñadores lo escoltaban. El viento sur, cálido y molesto soplaba de nuevo. El infante de marina iba encorvado, como si quisiera hacerse pequeño. Cojeaba de un pie y tenía el rostro amoratado. Al ver a los jinetes trató de acercarse a ellos, pero sus captores se lo impidieron tirando de sus ataduras. Por un momento, el silencio se adueñó de la escena.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Soldado, identifícate —con tono frío que no daba lugar a esperanzas vanas, ordenó el Alguacil Real.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Índice de la mano Atilio. Tercer Brazo Explorador del Quinto Cuerpo Expedicionario del Rey del Mar —respondió el aludido mientras se enderezaba todo lo que sus ligaduras le permitían.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Estás muy lejos del mar, Índice de la mano.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Órdenes, son órdenes.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Y el resto de tu mano?</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El tal Atilio miró a un lado y a otro buscando a Joaquín. Al no encontrarlo, se encogió de hombros.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Muertos —por un gesto postrero de lealtad, o por pensarlo de veras, contestó.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Se os acusa de destrucción de la propiedad del Rey del Llano y homicidio de sus súbditos. ¿Algo que alegar?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Órdenes, son órdenes —repitió con voz átona—. Soy un hombre del Rey del Mar —añadió con un poco más de energía—, merezco ser juzgado por mis superiores.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Los hechos de los que se te acusa han ocurrido en mí jurisdicción —replicó Ordoño con desgana—. Desestimo la alegación.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El infante de marina bajó la cabeza. Bien sabía que sólo en nombre de la victoria se perdonaban los excesos cometidos. Y aquella operación distaba mucho de haber sido un éxito.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Sois libres de colgarlo —sentenció con un escupitajo al suelo.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La multitud estalló en vítores de siniestro regocijo. Bajo la luz del atardecer parecían más bestias que hombres, una manada de lobos hambrientos aullando al son del viento del delirio. El bruto de Quino tiró del prisionero con evidente satisfacción y encabezó la marcha de camino a la funesta higuera. </span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El desdichado árbol se alzaba solitario sobre una loma. Un círculo irregular de losas hincadas adornaba su perímetro. Estaban cubiertas de musgo y medio tapadas por las zarzas. Tudorache las contempló intrigado. Los habitantes del pueblo inmersos en la celebración de su venganza no las prestaron mayor atención. Nudoso y retorcido, el árbol no daba fruto. Que hubiera sido designado como patíbulo del que colgar a ladrones y asesinos no dejaba de tener un cierto sentido.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El reo contempló su lugar de ejecución con los ojos desorbitados. Tal vez en sus viajes oyó alguna historia sobre lugares así. O puede que fuera un recuerdo atávico el que acudió a su mente. Pues aquel túmulo era un lugar de sacrificios anterior a la propia higuera. Un legado de los primeros hombres que ocuparon aquellas tierras. El infortunado se debatió sin esperanza. Sus captores se lo pasaron a empujones de uno a otro. El caballero negro apretó los puños y endureció la mirada. Ya iba a intervenir, pese a los ruegos de Lorena, cuando el Alguacil Real hizo valer su autoridad.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Basta! —gritó. Una sola palabra suya fue suficiente.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Los lugareños se detuvieron. Ordoño hizo un gesto a su comitiva y todos les cedieron el paso dando muestras de respeto. Para desilusión de Quino, uno de sus hombres se hizo cargo del prisionero. Se había hecho la idea de ahorcar lentamente al condenado. Pero el Alguacil no lo iba a consentir. En vez de eso, el infante fue subido a un caballo y, una vez se le puso la soga al cuello, con un palmetazo en la grupa le hicieron salir al galope. El cuello del reo sonó igual que una rama seca al partirse y su cuerpo quedó colgado, balanceándose lacio e inerte.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">«Al menos ha sido rápido.» Pensó el paladín. </span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Se sentía sucio por aquella otra muerte que no había podido evitar. Le mortificaba el imaginar al verdadero culpable sabiéndose impune y libre para seguir con sus turbios manejos. El populacho se felicitaba por el triste remedo de justicia impartida, cuando uno de los soldados fronterizos, quien volvía de buscar al caballo empleado en la ejecución, preguntó:</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Es normal que salga tanto humo del pueblo?"</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Como podéis adivinar la siguiente entrada ya está encarrilada. Por ahora os dejo con los Blacksmore´s Night y su "Hanging Tree":</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/br8cX5Vyl4Y" width="320" youtube-src-id="br8cX5Vyl4Y"></iframe></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Nos leemos.</span></span></p>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-8535888702944688572024-03-17T19:12:00.004+01:002024-03-18T04:53:43.063+01:00(Ital el JDRHM) Criaturas y Leyendas 8: Dragones de Arena.<p><span style="text-align: justify; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Hola a todos un día más.</span></span></p><span id="docs-internal-guid-b27f5e52-7fff-0709-7164-df5dbc652058" style="font-family: verdana; font-size: medium;"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span><span> </span>Hay ocasiones en que te vienen las ideas a la cabeza y tienes dos opciones:</span></span></p><ol style="margin-bottom: 0px; margin-top: 0px; padding-inline-start: 48px;"><li aria-level="1" dir="ltr" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; list-style-type: decimal; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><p dir="ltr" role="presentation" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-wrap: wrap; vertical-align: baseline;"><span>Las plasmas por escrito y vuelves a lo que estabas.</span></span></p></li><li aria-level="1" dir="ltr" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; list-style-type: decimal; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><p dir="ltr" role="presentation" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-wrap: wrap; vertical-align: baseline;"><span>Las dejas para un luego que nunca llega.</span></span></p></li></ol><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span><span> </span>Éste es el caso que nos ocupa. Así que he optado por lo primero. Os presento dos iteraciones de un mismo tema por vosotros de sobra conocidos adaptados al mundo de Ital y su sistema de juego.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinu6QEHrDBKp37LxYtepMyAPlluoCDoZZUr2Qu3Y6i3Z6ZPMrnawXeQZdx0_prmo8I7op6KItvSz8qLwGdP6kPgBx1hSxAVOA2c1C_aNqCl9pZCd_mSEZIX2JECXmvUtc0JglrLz61qWXxAfRIQ8NvKjFMILZJF6y3dMY4r1XIdpqKpHDl_CuXvPy5yf0/s1024/83548395.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="1024" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinu6QEHrDBKp37LxYtepMyAPlluoCDoZZUr2Qu3Y6i3Z6ZPMrnawXeQZdx0_prmo8I7op6KItvSz8qLwGdP6kPgBx1hSxAVOA2c1C_aNqCl9pZCd_mSEZIX2JECXmvUtc0JglrLz61qWXxAfRIQ8NvKjFMILZJF6y3dMY4r1XIdpqKpHDl_CuXvPy5yf0/s320/83548395.png" width="320" /></a></div><br /></span><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>“¿Dragones de arena? ¡Falacias! ¡Los dragones de arena no existen! Bueno, tal vez, y digo sólo tal vez, existan en la infinidad de mundos posibles que flotan en el estéril vacío que conforma el Tapiz que separa unas estrellas de otras. Pero aquí no, en este mundo nuestro todavía traumatizado por la aplastante tiranía de los Grandes Dragones, no.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Lo que sí existe, y la gente del común en su ignorancia denomina: «dragones de arena», son otro tipo de criaturas que poco, o nada, tienen que ver con los verdaderos dragones.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Pues, sí bien su poder es grande y su reputación preña de terror el corazón de los mortales, joven amo, he de insistir, no son dragones. Phaskenat y Zthioml como los ha bautizado la tradición oral, si es que existen en realidad y no son más que la encarnación del miedo a la inmensidad del desierto que sienten aquellos que desafían sus peligros, lo repito de nuevo, no son dragones.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Son muchos los relatos que se explayan el el supuesto origen del serpentino demonio Phaskenat. Todos coinciden en hacerlo miembro del séquito de espíritus impíos que rodean al perverso Akasa. De unos a otros difieren en el motivo de su destierro en Ital. Conspiró para arrebatar al Corruptor su sitial entre los dioses de la Espada, dicen unos. Fracasó en su misión para someter a los mortales a la voluntad de su amo, aseguran otros. No importa el motivo. El caso es que todos confirman que fue arrojado de los cielos y troceado como una lombriz. Pero tal era la vitalidad de su forma mortal, que cada fragmento se regeneró, dando lugar a una serpiente de arena, grande o pequeña. Y la más grande de todas ellas se proclamó su ama y señora. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Bajo las arenas del desierto que rodea Slateran dicen que mora. Aseguran que cuando el viento ruge, y homicida sepulta caravanas y poblados por igual, es Phaskenat que despierta hambriento y los engulle. También hay quien lo venera y busca en el veneno de sus pequeñas vasallas el conocimiento arcano que se le atribuye. Pero no te dejes engañar por turbios mercaderes de sueños. No encontrarás en sus preparados alquímicos los secretos ocultos del universo. No, mi joven amo. Fugaces promesas de intenso placer, ensoñaciones de mundos irreales, éso es lo que contienen sus ampollas verdes como el jade. Redes con que atrapar a curiosos y sedientos de emociones para arrastrarlos en una espiral descendente de ansia y adicción. Hasta reducirlos a un estado de dependencia tal, que venderán a sus propios hijos a cambio de entregarse una última vez al imperio de los sentidos. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Sí, joven amo, tienes razón. Es posible que Phaskenat todavía trate llevar a cabo la misión que se le encomendó. Puede que aún intenté recuperar el favor del hermoso y podrido Señor de los Secretos. Pues la perniciosa influencia de estos mercaderes alquimistas disfrazados de guías espirituales ha encontrado tierra fértil en la que echar raíces. En las ciudades hermanas de Alrus occidental ya no se ocultan en las sombras. <span> </span>En lugar de ello, se alzan orgullosas sus torres y erguidos caminan a plena luz. Son un poder por sí mismos, adoradores de la Espada en su conjunto, sacerdotes sin vínculo a un patrón concreto, con sus creyentes esclavizados, dispuestos a darlo todo por un sorbo de sangre de serpiente.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>En cuanto al llamado Zthioml, tampoco hay consenso en las historias que circulan sobre él. Aunque todas coinciden en atribuirle un cierto aire de víctima. Así, unas afirman que es la víctima de una maldición lanzada por Gulcam, la Mano Creadora del Caos. Mientras que otras juran que es un arma abandonada por esa misma divinidad. También hay quien asegura que es un accidente, producto de las energías desatadas sobre Ital.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>En lo que todos coinciden es en considerarlo el trágico legado de las guerras libradas por los dioses en el plano mortal. Un gimoteante despojo con la mente de un niño que ignora el alcance de su poder. Una criatura recelosa que tras sufrir explotación y tormento se ha refugiado en lo más profundo del desierto. Allí, perdido en las galerías subterráneas de un volcán dormido acumula diamantes, esmeraldas, topacios y rubíes. Piedras brillantes en cuya contemplación encuentra placer y sosiego. Pero que también atraen a ladrones y saqueadores.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Y sin embargo, no es esa la mayor riqueza que muchos codiciosos ambicionan. Pues la arena impregnada del limo que exudan Zthioml y su prole aseguran que tiene propiedades mágicas. Quienes lo consumen lo conservan en pequeñas latas metálicas, en todo iguales a las del rape. Y del mismo modo lo esnifan para poder ver el futuro. No te sorprendas, si un día ves al guía de una caravana de mercaderes detenerse en medio de la nada, tomar un pellizco de arena azulada de la cajita que llevan al cuello, y aspirar ruidosamente por la nariz antes de elegir la ruta a recorrer.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Pues es el don de la precognición el que Zthioml comparte con su esquiva progenie. La cual, pese a lo nauseabundo de su apariencia y por más que, dada su habilidad, sean criaturas esquivas, no dejan de ser perseguidas con ahínco por las tribus del desierto.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Hete aquí los famosos «dragones de arena» que pueblan la imaginación de aventureros, mercaderes y charlatanes de taberna. Seres temibles, es cierto, pero nada que ver con la orgullosa estirpe del primer dragón multicolor”</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: right;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Por León de Rasaol, médico, viajero y mentor de príncipes.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Ahora al lío. Hay quien me pregunta por el tamaño de algunas criaturas del libro de “Ital el JDRHM”. Hay dos pistas para saber qué tenía en mente: hasta donde llegan en la tabla de daño con sus ataques y la potencia del veneno: cuanto más potente el veneno, más pequeña la criatura.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Os comento esto, ya que hoy habrá una excepción con Zthioml y sus pequeños. Entre ellos es a la inversa: a mayor nivel y tamaño, mayor poder precognitivo de la criatura y de la arena alterada por su limo.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Empiezo por las cabezas de serpiente:</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">TIPO: Serpiente de Arena Mediana NIVEL: 10 PV: 180 ACCIONES: 4/3 BD: CM 50 Esquiva 115 INICIATIVA: 115 BO: Mordisco 140 en ataque mediano ESPECIALES: Subterfugio y Percepción 125 Veneno líquido de de potencia 10 Ensueño –75 a la actividad 1D10 asaltos.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span>TIPO: Serpiente de Arena Grande NIVEL: 15 PV: 180 ACCIONES: 4/3 BD: CM 50 Esquiva 100 INICIATIVA: 100 BO: Mordisco 180 Presa 180 en ataque descomunal ESPECIALES: </span></span><span style="white-space-collapse: preserve;">Subterfugio y Percepción 125 </span><span style="white-space-collapse: preserve;">Veneno líquido de de potencia 5 Ensueño –75 a la actividad 1D10 asaltos. Daño doble Ignora pérdida de acciones.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span>TIPO: Avatar de Phaskenat NIVEL: 30 PV: 300 ACCIONES: 5/3 BD: CM 80 Esquiva 160 INICIATIVA: 160 BO: Embestida 300 Mordisco 275 Cola 250 Remolinos de arena 200 en ataque descomunal ESPECIALES: </span></span><span style="white-space-collapse: preserve;">Subterfugio 125 Percepción 175 </span><span style="white-space-collapse: preserve;">Daño por 3, ignora la pérdida de acciones y los críticos alfa, además regenera 8 PV por asalto. El remolino de arena afecta a todo en su nivel de radio. </span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>“Hay quien dice que Phaskenat es capaz de mudar de piel y camina entre nosotros. Que no hemos visto más que a segmentos de su ser troceado por Akasa y que en realidad es el poder oculto tras la fachada de la Triada de Slateran… Pero ese temor me lo guardaré para mí. Mi amo es demasiado joven para cargar con todo lo que yo sé.“</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: right;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">León de Rasaol “Anotaciones”</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>En cuanto a la droga, parto de que es un veneno y añado dos nuevas mecánicas de “Adicción” y “Tolerancia” para representar sus efectos:</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"></p><ul><li style="text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Sangre de Serpiente Diluido potencia 5 Ensueños placenteros -25 a la actividad 1D4 horas Cuando el primer 1D4 horas termina, el PJ debe hacer una tirada de Tr contra venenos adicional por “Adicción” potencia 5 -25 a la actividad 1D4 días. </span></span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Adicionalmente el PJ gana el rasgo de personalidad “Adicto +1” que aumenta de día en día en +1 hasta que pasa el efecto de los 1D4 días. Terminados los 1D4 días bajará de nuevo a +1. Cuando se encuentre bajo tensión habrá de chequear el rasgo “Adicto”. Si falla la tirada de rasgo de personalidad deberá chequear de nuevo Tr por “Adicción”. Si ya está bajo los efectos de una Tr fallida por adicción los efectos se acumularán: Más negativos, más duración…</span></span></li><li style="text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tolerancia a la dosis. Los momentos en que el PJ tenga el rasgo de personalidad “Adicto +4” necesitará una dosis doble. Cuando alcance “Adicto +6” necesitará una dosis triple y deberá hacer una segunda Tr. Si falla esta segunda tirada el PJ morirá de sobredosis. </span></span></li></ul><p></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYMpXmmgUoNtdyios6_gMNziytDI0qFNBoJuVedawv-EyiyNaJhq83_OFG1wMOjeV-97aPl_fMLZvIEiBnJSvRAJlPLMCcXoQwXHcT8fdN9ZCN74xGFe_I69I41F4u8so6jUfTyCV9ClRc_RF70wqnfFu08dmA8R6eLwPtH0PTahB4ys9JEymyTtIdAts/s1024/53723076.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="1024" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYMpXmmgUoNtdyios6_gMNziytDI0qFNBoJuVedawv-EyiyNaJhq83_OFG1wMOjeV-97aPl_fMLZvIEiBnJSvRAJlPLMCcXoQwXHcT8fdN9ZCN74xGFe_I69I41F4u8so6jUfTyCV9ClRc_RF70wqnfFu08dmA8R6eLwPtH0PTahB4ys9JEymyTtIdAts/s320/53723076.png" width="320" /></a></div><br /></span></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;"> </span><span style="font-family: verdana;"> Ahí está. Ahora pasamos a Zthioml y los otros gusanos mutantes radioactivos del desierto nuclear...</span></span></div><div><span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span>TIPO: Gusano de Arena Pequeño NIVEL: 5 PV: 75 ACCIONES: 2/2 BD: SA 15 Esquiva 75 INICIATIVA: 90 BO: Mordisco 100 en ataque mediano ESPECIALES: </span></span><span style="white-space-collapse: preserve;">Subterfugio y Percepción 125 </span><span style="white-space-collapse: preserve;">Inmune a todo lo no mágico, inmune a críticos, y sus ataques niegan la CM y la SA.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Visión del Tiempo 90: El gusano puede levantar el Tapiz y ver lo ocurrido en el lugar donde está en el pasado y en el futuro siempre con modificadores a la tirada según los indicios presentados ante él. </span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Voluntad Sólida 90: El gusano manifiesta su fuerza de voluntad de forma agresiva. Como aprendiz en daño pequeño. La BD por armadura, el don Forma Etérea y los hechizos que otorgan facultades similares a él son inútiles. La BD mágica y el don Campo de Fuerza sí son operativos.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span>TIPO: Gusano de Arena Mediano NIVEL: 10 PV: 150 ACCIONES: 2/2 BD: SA 15 Esquiva 90 INICIATIVA: 90 BO: Mordisco 120 en ataque grande ESPECIALES: </span></span><span style="white-space-collapse: preserve;">Subterfugio y Percepción 125 </span><span style="white-space-collapse: preserve;">Inmune a todo lo no mágico, inmune a críticos, y sus ataques niegan la CM y la SA.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Visión del Tiempo 120: El gusano puede levantar el Tapiz y ver lo ocurrido en el lugar donde está en el pasado y en el futuro siempre con modificadores a la tirada según los indicios presentados ante él. </span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Voluntad Sólida 120: El gusano manifiesta su fuerza de voluntad de forma agresiva. Como aprendiz en daño pequeño y como oficial en mediano. La BD por armadura, el don Forma Etérea y los hechizos que otorgan facultades similares a él son inútiles. La BD mágica y el don Campo de Fuerza sí son operativos.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span>TIPO: Gusano de Arena Grande NIVEL: 15 PV: 175 ACCIONES: 3/2 BD: SA 15 Esquiva 115 INICIATIVA: 115 BO: Mordisco 180 en ataque descomunal ESPECIALES: </span></span><span style="white-space-collapse: preserve;">Subterfugio 100 Percepción 150</span><span style="white-space-collapse: preserve;"> Inmune a todo lo no mágico, inmune a críticos, y sus ataques niegan la CM y la SA. El daño de mordisco hace daño doble.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Visión del Tiempo 150: El gusano puede levantar el Tapiz y ver lo ocurrido en el lugar donde está en el pasado y en el futuro siempre con modificadores a la tirada según los indicios presentados ante él. </span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Voluntad Sólida 150: El gusano manifiesta su fuerza de voluntad de forma agresiva. Como aprendiz en daño pequeño, como oficial en mediano y como maestro en grande. La BD por armadura, el don Forma Etérea y los hechizos que otorgan facultades similares a él son inútiles. La BD mágica y el don Campo de Fuerza sí son operativos.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span>TIPO: Avatar de Zthioml NIVEL: 30 PV: 350 ACCIONES: 5/3 BD: CM 90 Esquiva 160 INICIATIVA: 160 BO: Tentáculo 300 Mordisco 350 en ataque descomunal ESPECIALES: </span></span><span style="white-space-collapse: preserve;">Subterfugio 125 Percepción 175 </span><span style="white-space-collapse: preserve;">Daño por 4, ignora la pérdida de acciones, regenera 9 PV por asalto. Inmune a todo lo no mágico, inmune a críticos, y sus ataques niegan la CM y la SA.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Visión del Tiempo 225: El avatar de Zthioml puede levantar el Tapiz y ver lo ocurrido en el lugar donde está en el pasado y en el futuro siempre con modificadores a la tirada según los indicios presentados ante él. </span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Voluntad Sólida 225: El avatar de Zthioml manifiesta su fuerza de voluntad de forma agresiva. Como aprendiz en daño pequeño, como oficial en mediano, como maestro en grande y como maestro de gremio en descomunal. La BD por armadura, el don Forma Etérea y los hechizos que otorgan facultades similares a él son inútiles. La BD mágica y el don Campo de Fuerza sí son operativos.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Telepatía 125: Como aprendiz puede hablar mentalmente con sujetos en su radio de visión. El avatar de Zthioml tiene la mente de un niño de cinco años víctima de maltrato.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>“Me atormenta la conciencia, pues también me he visto obligado a ocultar a mi joven amo el verdadero alcance de la maldición que aflige al torturado Zthioml. Pues está condenado a vivir eternamente atrapado en su cuerpo deforme. Ni el fuego, ni el acero, ni la hechicería pondrán fin a su tormento. Entre dolor y sufrimiento se regenerará de todo daño por ínfimos que sean sus restos gimoteantes”</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: right;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">León de Rasaol “Anotaciones”</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Muy bien, en cuanto a las arenas azules. Su consumo otorga algo similar a la habilidad de “Visión del Tiempo”. En función del nivel del gusano que alteró la arena esnifada el personaje tiene ese nivel multiplicado por cinco posibilidades de adivinar de manera más o menos certera las consecuencias de una decisión concreta: Un camino u otro. Un plan u otro. Confiar en alguien o no. Apostar o no… Manejar este tipo de cosas tiene su miga. Si la tirada es oculta o pública puede afectar mucho a la conducta de los jugadores. Confirmar si un encuentro va a ser amistoso u hostil no garantiza lo que ocurra después. Al final las visiones son una pista más, no la verdad absoluta. Y según a quién preguntes, conocer el futuro que “iba a ser” ya altera “el futuro que será”. Con razón Zthioml está demente.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Bien, así quedan las tablas. En cuanto a ideas para introducirlas en las partidas:</span></span></p><ul style="margin-bottom: 0px; margin-top: 0px; padding-inline-start: 48px;"><li aria-level="1" dir="ltr" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; list-style-type: disc; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><p dir="ltr" role="presentation" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-wrap: wrap; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Hay una nueva droga en las calles. Las autoridades recompensarán a quienes averigüen quién y por dónde la introducen: patrullar barrios bajos, tugurios, criaderos de serpientes, contrabando en la costa, cuevas, subterráneos ciudad…</span></span></p></li><li aria-level="1" dir="ltr" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; list-style-type: disc; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><p dir="ltr" role="presentation" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-wrap: wrap; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Una serie de asesinatos sacuden a la alta sociedad. Un insidioso culto ha captado a los hijos disolutos de nobles y prósperos burgueses. Un importante PNJ teme por su vida y la de su único heredero/a. Reuniones clandestinas, mansiones fortificadas en la campiña, sacrificios a serpientes gigantes devoradoras de hombres, cultistas enmascarados, gurús carismáticos y sin escrúpulos… Aquí os serán de utilidad las reglas para clérigos menores que os proporcioné en esta <a href="https://laitarca.blogspot.com/2023/04/ital-el-jdrhm-el-arquetipo-de-los.html" target="_blank">entrada</a>.</span></span></p></li><li aria-level="1" dir="ltr" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; list-style-type: disc; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><p dir="ltr" role="presentation" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-wrap: wrap; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Guerra de bandas: narcos y sectarios se disputan el control de la distribución de sangre de serpiente. Los primeros consideran que los sectarios se exponen demasiado y ponen en peligro su lucrativo negocio. Los segundos acusan a los narcos de no ser verdaderos creyentes. La espiral de violencia entre ambos se convierte en un problema serio para la ciudad/reino. Se rumorea que la Tríada, el siniestro consejo que gobierna Slateran ha enviado a uno de sus temibles desalmados/vampiros de Ital para tomar las riendas de la situación. Hay que impedirlo, o de lo contrario la ciudad/reino puede terminar siendo dominada por los representantes de Akasa en Ital.</span></span></p></li><li aria-level="1" dir="ltr" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; list-style-type: disc; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><p dir="ltr" role="presentation" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-wrap: wrap; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Cacería de gusanos. Una tribu del desierto rescata a los PJs o les pide/exige su colaboración a cambio de guía o compartir su oasis. Los pequeños gusanos son esquivos, pero se pueden atrapar, no sobreviven en cautividad más de una semana. A los grandes no hay manera, demasiada precognición, sólo donde han permanecido mucho tiempo la arena está alterada: Nidos exteriores. Sin embargo, si logran dar con uno de sus refugios bajo la arena: galerías volcánicas los PJs pueden sufrir una emboscada.</span></span></p></li><li aria-level="1" dir="ltr" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; list-style-type: disc; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><p dir="ltr" role="presentation" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-wrap: wrap; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El tesoro brillante. Hay quien afirma poseer un mapa, o tenerlo memorizado, del legendario cráter/volcán de Zthioml. Busca quién le compre/financie/escolte una expedición para hacerse ricos. Hay una tribu del desierto que protege/mantiene oculta la localización del refugio de Zthioml. Hay desertores de la cruzada itnoriana, antiguos miembros de la Orden de Sthalos, que codician esa fuente de poder para restaurar su dominio. Los PJs están en medio del lío.</span></span></p></li><li aria-level="1" dir="ltr" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; list-style-type: disc; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><p dir="ltr" role="presentation" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; text-wrap: wrap; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Venga va. Las tribus están inquietas. Las caravanas desaparecen sin dejar rastro. Se rumorea que un misterioso profeta cabalga a lomos del mismísimo Avatar de Zthioml. Las ruinas de la antigua ciudad de Nesoul han sido desenterradas. Es el fin de la injerencia extranjera. Ha llegado el momento de mandar a los itnorianos de regreso al otro lado del Mar Interior...</span></span></p></li></ul><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Si a los que seguís asiduamente mis relatos con Phaskenat se os ha pasado por la cabeza la historia sobre la infancia de Selid que podéis leer en esta <a href="https://laitarca.blogspot.com/2021/04/ital-el-juego-de-rol-caminos-separados.html" target="_blank">entrada</a>, enhorabuena, por ahí van los tiros. Y sí en lugar suyo ha sido la película de “Conan el Bárbaro” de Arnold y Millius, en especial la escena de Max von Sydow arrojando rubíes como si fueran confetis, enhorabuena también. Estamos en la misma honda.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/MVTOag1lQHc" width="320" youtube-src-id="MVTOag1lQHc"></iframe></span></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>En cuanto a Zthioml, nada que ver con Dune. Para nada. ¿Cómo se os ocurre? No, no y no… bueno algo sí XD. Os dejo con los Blind Guardián y su “Traveler in Time”:</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/IhjoQB-7QY0" width="320" youtube-src-id="IhjoQB-7QY0"></iframe></span></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><div><span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></div></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Recelad si una noche un duende os invita a soñar.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Nos leemos.</span></span></p><div><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div></span></div>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-87871154571508143192024-03-16T15:49:00.008+01:002024-03-16T15:54:14.548+01:00Celebración por las 13.000 visitas acumuladas y subiendo.<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnjbTfkAbLRRHFG0R2vR4Z0JgYNsypF6ehTIYP1tqwTIiIBzUfqaoT-pWTinMreKDF6Ga_ZB28Q0lhRlGycTNBdB63Am4brK01BEjs9leClEaZVcnXqLTE_j6FkFdrSjKCgg2v7OxcrmSdqKXCW8WmzTYwIJ5nTTbEjP0Tt01rxfQ-xfCDWT94gvEdWFs/s4160/IMG20240316150625.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3120" data-original-width="4160" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnjbTfkAbLRRHFG0R2vR4Z0JgYNsypF6ehTIYP1tqwTIiIBzUfqaoT-pWTinMreKDF6Ga_ZB28Q0lhRlGycTNBdB63Am4brK01BEjs9leClEaZVcnXqLTE_j6FkFdrSjKCgg2v7OxcrmSdqKXCW8WmzTYwIJ5nTTbEjP0Tt01rxfQ-xfCDWT94gvEdWFs/s320/IMG20240316150625.jpg" width="320" /></a></div><br /><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">“—Hace años mi hermano y yo acudimos a la llamada de la orden. Nuestro rey nos necesitaba —parco en palabras la ahorró los detalles propios de bardos—. Hubo una gran batalla. Mi hermano cayó y yo abandoné a mi rey para perseguir a su asesino. En mi ausencia la batalla se ganó, pero el rey murió. Caí en desgracia a ojos del reino y de la orden —juntó su mano sobre el puño de ella—. Pero sobre todo a los míos.”</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tudorache el Descarriado hablando sobre su participación en “La Batalla de los Marjales”.</span></span></p><p><span style="text-align: justify; text-indent: 36pt; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> </span>Hola a todos.</span></span></p><span id="docs-internal-guid-ec596ebf-7fff-79e1-130e-1cf61c99d60f"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Hoy en La Itarca de Isfegar estamos de celebración.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Por una parte, me han invitado a firmar en la feria del libro de mi pueblo, Los Corrales de Buelna, el 20 de Abril, y allí pasaré la tarde en buena compañía. Y por otra, entre todos habéis superado las 13.000 visitas acumuladas al blog, y subiendo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Así que me he venido arriba y he programado cinco días de descarga gratuita en Amazon para “La Batalla de los Marjales”. Del 17 al 21 de Marzo horario del pacífico.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Además, se acercan los premios Ignotus y este año puedo presentar dos novelas cortas: ”Marduk y la Isla de los Cangrejos” y la susodicha “La Batalla de los Marjales”.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En “Pórtico” tienen el censo abierto para poder votar hasta el 29 de Marzo. Yo me registré el año pasado. Pero al final no di el paso con “La Amenaza bajo Esgembrer”. Lo mismo esta vez me animo por partida doble. Todavía me lo estoy pensando.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Por lo demás, todo igual. Sigo ganándome el pan con el sudor de mi frente en la panadería y cada vez veo menos XD. Trato de tomármelo con humor y alguna cerveza. En fin, me despido con los italianos Domine y su “Uriel, the Flame of God”:</span></span></p><div><span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/OrbGhbTgrIQ" width="320" youtube-src-id="OrbGhbTgrIQ"></iframe></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">No dejéis pasar la oportunidad y descargaros el ebook.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Nos leemos.</span></span></p><div><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div></span>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-53506083465592485802024-03-12T15:06:00.001+01:002024-03-13T15:08:38.938+01:00(Ital el JDRHM) La Ciudad bajo la Ciudad 2.12: Una Mano Siniestra.<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> <span> </span></span>Hola a todos un día más.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> </span>La historia de "El Caballero Negro y el Corazón del Bosque" encara su recta final. Os confieso que siempre disfruto más con el inicio y el desarrollo que con los desenlaces. Y esta historia tiene dos, el verdadero, que es el que sucede en Matapuercos, y el falso, que pasará en Esgembrer y dará pie a la siguiente novela corta.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> </span>Pero bueno, vamos al lio.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4TcD6EsdsOnl51eAspUW_J2dO3lkWNrliaKJrc0Ylw1Q7BHzmQZRYrmJV6qW2z5FIWyGuYEE1wCTPE00DlVFthB3rfl-XAeRDwzB0Z9Jg8olMJeCr_6QzeLOBUIQvjv4xI7unamcAA-D92gcpYMvQQnpCtmArzAlPoUKC5B3C4EVfbsqWkCxTk0tjGoo/s1024/Ent%201.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="1024" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4TcD6EsdsOnl51eAspUW_J2dO3lkWNrliaKJrc0Ylw1Q7BHzmQZRYrmJV6qW2z5FIWyGuYEE1wCTPE00DlVFthB3rfl-XAeRDwzB0Z9Jg8olMJeCr_6QzeLOBUIQvjv4xI7unamcAA-D92gcpYMvQQnpCtmArzAlPoUKC5B3C4EVfbsqWkCxTk0tjGoo/s320/Ent%201.png" width="320" /></span></a></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="text-indent: 36pt; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">"La lluvia incesante acompañó a la expedición de socorro sin que el temido fuego líquido mencionado por los leñadores hiciese su aparición. Con un goteo constante, más y más supervivientes se les iban uniendo durante su avance. Para cuando llegaron a la serrería en la cual pernoctó el paladín días atrás, ya rondaban el medio centenar y las esperanzas de encontrar incólumes al resto brillaban más que las llamas al otro lado del arroyo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">De su lugar de trabajo empero no quedaban más que hierros retorcidos y madera carbonizada. Tudorache desmontó. Mordiscos cojeaba cada vez más. Una sustancia oleosa recubría el suelo allí donde parecía haber ardido con mayor intensidad. Un olor químico flotaba en el aire. A sus espaldas, las gentes del pueblo se disponían a atender debidamente a los heridos. Los demás debían cruzar el Turbulento. Ante ellos, un roble calcinado emergía del arroyo y extendía sus ramas quebradas por la ribera. Parecía el cuerpo de un náufrago tratando de ganar la orilla. Todavía humeaba. El mal olor era especialmente intenso en sus cercanías. El joven Eulogio caminó a donde estaba.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Fue tal y como nos advirtió —con gesto contrito le confesó—. Me lo acaba de contar mi primo.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El paladín guardó silencio. El tronco estaba manchado de una substancia hedionda, pasó la mano por encima, era una suerte de aceite que le resultaba familiar.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Estaba en las cuadrillas de tala —siguió hablando sin dejar de mirar el fuego abrasador que devoraba el bosque más allá del arroyo—. Cuando los soldados rechazaron a las manadas de animales salvajes, fue el bosque mismo el que cobró vida. Árboles como éste sacaron las raíces del suelo y cayeron sobre ellos. Flechas y hachas no bastaban para detenerlos. Muchos terminaron con huesos rotos. Me han confirmado que al menos cuatro hombres murieron delante suyo, con la cabeza aplastada o empalados por las ramas…</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El caballero se llevó la mano manchada a la nariz. El recuerdo de hombres envueltos en llamas gritando de terror lo asaltó de inmediato. Había participado en pocos asedios. Sin embargo, todos ellos le habían dejado su marca.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Pero entonces los soldados obraron su magia —lo interrumpió Tudorache. Su voz era átona, contenida. El duro acento esgembrés la confería una cualidad metálica. El muchacho tragó saliva. Un escalofrío le recorrió la espalda. Casi podía sentir la fría ira que embargaba al paladín—. Y arrojaron contra los árboles el fuego malvanés que trajeron embotellado.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Así ha sido —confesó el joven con la cabeza gacha y los puños cerrados—. Con esa brujería que traían consigo repelieron a los árboles. Pero no sin antes perder a uno de los suyos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—No es brujería —lo contradijo el paladín—. Es ciencia. Es el arma que permitió a Malvan dominar el Telegureth por siglos.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Un ramalazo de rencor le hizo torcer el gesto. Veía la siniestra mano del tal Dundenis detrás de aquel desastre. El autodenominado agente del cambio, no contento con dirigir a los lugareños por un camino sin retorno, los había empujado por un precipicio.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Y el resto de los soldados? Eran cinco. Uno yace herido y otro está muerto. Me faltan tres —indicó con los dedos de la mano—. Tres hombres y cinco caballos cargados con fuego malvanés.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El pobre muchacho palideció bajo la intensa ira del paladín. Mucho se habían equivocado con él. Constreñido por su recta moral y su prudencia había mantenido un perfil bajo y ellos lo habían subestimado.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Dónde están? —insistió con deliberada lentitud.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Según mi primo, al otro lado del Turbio —contestó sin atreverse a mirar a la cara del peligroso extranjero—. Dijeron que iban a vengar a su compañero. A llevar está guerra a territorio enemigo —tragó saliva antes de continuar—. Tres cuadrillas los acompañaron. ¡Pero no sabíamos lo que se proponían!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tudorache levantó la vista en dirección al fuego. Ahora que tenía todas las piezas, comprendía lo ocurrido. Lamentablemente, el verdadero culpable estaba fuera de su alcance. Tan sólo estaba en su mano mitigar el daño causado. Los primeros valientes cruzaban el cauce del Turbulento ante sus ojos. Con mantas empapadas arremetían contra los fuegos secundarios. Los madereros, acostumbrados al trabajo en equipo, avanzaban despejando el sendero de árboles caídos. En aquellos lugares donde el fuego resistía contra toda lógica o detectaban a tiempo el olor a nafta, con palas y azadas lo enterraban.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Luchaban contra el fuego sin dejar de gritar los nombres de los desaparecidos. Llegados a un cierto punto, se abrieron en abanico. Habían identificado los ejemplares marcados para la tala. Antes eran gruesos y altos robles y hayas, perfectos para convertirlos en largos y lisos tablones. Ahora, ruinas humeantes, testimonio de la capacidad destructora de los hombres.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El tiempo corría en contra de sus denuedos. Las gargantas resecas llamaban a los suyos con voz ronca. Y aunque las fuerzas flaqueaban, un goteo intermitente de supervivientes se les iban uniendo. Unos regresaban al sendero tras lograr escapar del cerco llameante. Otros habían encontrado precario refugio en riscos y afloraciones rocosas. Un nutrido grupo, dirigidos por su canoso patrón habían resistido en una serrería levantando cortafuegos con el fruto de su trabajo y tierra apisonada.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Es la ruina! —bramaba furioso y desconsolado el patrón— ¡Es nuestra ruina! ¡Vamos a colgar a quien quiera que sea el culpable! —juraba a voz en grito— ¡La ruina!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pero no todo eran victorias en su avance. Los cuerpos abrasados de sus compañeros, irreconocibles, no tardaron en aparecer. Al principio, el aguacero disimuló las lágrimas de los esforzados hombres y mujeres que trataban por todos los medios a su alcance rescatar a sus deudos de tamaña desgracia. Para cuando escampó, ya eran nueve los oscuros bultos encontrados. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Fue a la orilla del Turbio, casi al anochecer, donde dieron con los últimos supervivientes. El relincho de un caballo los condujo hasta ellos. Nueve leñadores contemplaban desconsolados el incendio al otro lado del agua. Tres de ellos portaban arcos. Un soldado, con el rostro hinchado y amoratado yacía en el suelo atado de pies y manos como un cordero dispuesto para el sacrificio. El olor químico de la nafta era abrumador. Entre la cortina de humo y llamas se vislumbraban las siluetas de los gigantes arbóreos. Andaban de un lado para otro sacudiendo sus ramas con la intención de sofocar el fuego. Cuando éstas prendían, se las arrancaban con un sonoro chasquido y luego las pisoteaban para apagarlas.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQyWi6plSttD3hy5RWZQWGydw1ND-y_5e8_e2Z3J8OaOOaItNSlzRQJFNv_oOvHEwgajyEZpY7AgzD4gNMvxvSiZEmoc_iqTzv30etgFlx6mYTwfJGCnmvnQKs6fp3MgNRPnTVKLMde1mUi_FrFA1sV2AGtgzIKQk59J_yHojYLoLd8RoGWQPOmb_kRbk/s1024/Ent%202.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="956" data-original-width="1024" height="299" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQyWi6plSttD3hy5RWZQWGydw1ND-y_5e8_e2Z3J8OaOOaItNSlzRQJFNv_oOvHEwgajyEZpY7AgzD4gNMvxvSiZEmoc_iqTzv30etgFlx6mYTwfJGCnmvnQKs6fp3MgNRPnTVKLMde1mUi_FrFA1sV2AGtgzIKQk59J_yHojYLoLd8RoGWQPOmb_kRbk/s320/Ent%202.png" width="320" /></span></a></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Al ver a los recién llegados, los leñadores los saludaron con gran alborozo. Primos y esposas corrieron al reconocerlos. El viejo patrón se abrió paso hasta alcanzarlos derrochando energía.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Botarates, cabezas huecas, tochos, babiones! —gritaba con todas sus fuerzas— ¡Pero qué habéis hecho! ¡Zoquetes, que sois unos zoquetes!</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Don Celes, sosiéguese! ¡Qué no es nuestra culpa!—se defendieron— ¡Fueron los soldados! ¡No sabíamos lo que pretendían!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El caballero negro les dejó hacer. Un Tudorache más joven habría tratado de mediar entre ellos. Lo mismo que habría censurado al posadero por su destilería clandestina. Pero años y viajes le habían enseñado a dejar que los lugareños arreglasen sus cuitas a su manera. Al menos hasta cierto punto. Así que en cambio se avecinó al caballo superviviente. Era un hermoso alazán de pelo oscuro con manchas más grises que blancas. Aunque también podía ser ceniza, la luz menguaba. De figura ágil y esbelta, era un ejemplar digno de un explorador avezado. Fue hacia él de frente y le acarició el morro. El animal apreció lo amistoso del gesto y piafó complacido. Entonces el paladín pudo abrir una de las alforjas que cargaba. Ambas conservaban su carga alquímica. Con sumo cuidado extrajo una de las botellas que contenían. Era de arcilla cocida para preservar la mezcla inflamable de la luz. Tenía forma redondeada. Tudorache se maravilló por el fino detalle con que imitaba al fruto de la granada. Incluso la habían coloreado. </span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">«Tanto esmero para algo destinado a ser arrojado y roto en mil pedazos.» Pensó el esgembrés.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Un repentino ruido de pelea llamó su atención. El ursino Castaña acababa de propinar una patada en las costillas del soldado. Éste, atado e indefenso, rodó por el suelo. Tierra y ceniza componían el barro en que se rebozó.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Propongo terminar con ésto aquí y ahora! —barbotaba. </span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La cara tiznada, los ojos muy abiertos y la mueca cruel le daban el aspecto de un verdadero demonio. En su mano brillaba un cuchillo de monte. De hoja recta. Largo y afilado. Ideal tanto para librarse de los matorrales y ramas que les salgan al paso, como para desollar un conejo, o llegado el caso, para degollar a un hombre.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Tío que te pierdes! —protestó el joven Eulogio. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Hazlo, Quino! —otros, los menos, lo jaleaban— ¡Acaba con él!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La mayoría contemplaba la escena entre horrorizados y fascinados. Se mascaba la tragedia. El paladín no tenía motivo alguno para simpatizar con el cautivo. Pero todo su ser lo empujaba a impedir la justicia de la turba. Aquella era una línea que no estaba dispuesto a permitirles cruzar. Una carga sobre sus conciencias que no les deseaba.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Apártate, Logio! —le estaba ordenando el Castaña a su sobrino, cuando el paladín se le sumó.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—No quieres hacer eso —lo interrumpió Tudorache mientras hacía malabares con un par de granadas de arcilla.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—O sí. Sí que quiero —cambió él varias veces de mano el cuchillo con rapidez.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Hasta que se dio cuenta de lo que el caballero negro estaba manipulando despreocupadamente. Entonces retrocedió espantado. Él y todos los demás. Sin una mecha y mientras las mantuviera intactas no había peligro alguno. Pero contaba con el temor supersticioso de quienes nunca antes habían tenido que ver con aquel producto del conocimiento y la desesperación humanos.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—De acuerdo —medió Don Celes con las manos abiertas—, usted gana. Deme esas aberraciones de Khuzkazar.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Entregarán al cautivo a los alguaciles reales de las Barzas.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Sea —aceptó el patrón.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Esos lo soltarán —bufó Quino sin bajar el cuchillo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Éso ya lo veremos luego—le gruñó Don Celes—. Pero tú ahora enfunda lo tuyo. Que yo lo vea.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">A regañadientes, el hombretón obedeció. El paladín lo imitó y dejó las granadas en manos del patrón, quien las recogió con evidente repugnancia. Estiró todo lo que pudo los brazos para alejarlas lo más posible de su cuerpo y con sumo cuidado las devolvió a las alforjas. No contento con ello, se arrodilló junto al Turbio y se lavó las manos. El resto de los congregados respiró aliviados. Con la noche encima, nada más podían hacer. De manera que volvieron sus pasos de regreso al otro lado del Turbulento, donde los esperaban ancianos y niños en su improvisado campamento de carros.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Apenas regresaron, las familias reunidas se fundieron en lloros y abrazos. Había al menos trece muertos confirmados y otros quince desaparecidos. Además de los tres soldados muertos. Contaban también con diez heridos de diferente consideración. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Lorena, ayudada por un par de mujeres, los atendió lo mejor que pudo. El soldado Joaquín descansaba. La fiebre le había bajado. Al verlo, el otro infante de marina escupió al suelo.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Cobarde —lo despreció, por lo visto, no todos habían estado de acuerdo.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Conrado iba de un lado para otro asegurándose de que todos tuvieran lo necesario. Ya fuese refugio, ropa seca o comida caliente. Amelia y Ramiro removían un potaje de gachas y tocino que el alcalde Pascual, hombre previsor, les había hecho llegar en un último carro.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Antes de permitirse descansar, el paladín quiso asegurarse de que no se perdieran más vidas en esa infausta jornada. Nunca había tenido interés por los caminos de la rama sanadora de su orden. Su especialidad siempre había sido la opuesta. Pero la necesidad obliga mucho más que la nobleza. Y lejos de los suyos había comprobado la utilidad de dichas artes. No obstante, le resultaba extremadamente fatigoso. Había quien sabía curar tan sólo canalizando el poder de su divinidad. Él no. Él debía entregar su propia vitalidad a cambio de sanar a los heridos. Para cuando terminó de estabilizar a aquellos a quienes Lorena se había visto obligada a desahuciar, él mismo necesitaba apoyarse en la sanadora para andar. Respiraba por la boca para no ahogarse cuando ella lo recostó, medio incorporado, contra la carreta de Amelia. Su pecho subía y bajaba como el fuelle de una fragua mientras la mujer le daba de comer una cucharada tras otra de gachas.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Entregarse a tal extremo era algo impropio de él. Experimentar tamaña debilidad era algo que siempre había evitado. Sin embargo, mientras permitía que la sanadora lo cuidase, un sentimiento cálido lo confortaba. Más aún cuando ella le sonreía sin importarle las miradas que atraían, ya fueran éstas de Conrado, o de cierto zorro de ojos ambarinos."</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Y hasta aquí llega la entrega de hoy. En fin, todos los paraísos tienen su serpiente, y en cada manzana medra un gusano. Yo en Ital tengo al desalmado Dundenis. Os dejo con los Blind Guardian y su "Mordred´s Song":</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/LDuyoC4WDSw" width="320" youtube-src-id="LDuyoC4WDSw"></iframe></span></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Nos leemos.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><br /><br /><br /></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><br /></p>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-42095183071701436432024-03-07T19:13:00.001+01:002024-03-07T19:22:53.087+01:00(Ital el JDRHM) La Ciudad bajo la Ciudad 2.11: Los Colas Rojas.<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> </span>Hola a todos un día más.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> </span>Continúo con las andanzas de Tudorache el Negro y aprovecho para añadir las reglas de una nueva criatura para el juego de rol de Ital.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPQ1-x4AmCLsMm1Tlh_MlyiWB09jzYW_chpVQIKbDQS3zai70VsuJ6syxOfrSSS59vp5o68qeGzkLV_tqz_hpuGJqbOOwoX7qW6-WtnIMWnS2Ppt2bljJx36t-34GMIUlGoSiWk_N7TNvx1ggOJx0JAUHjaxBfy3eQnCar3fTnt5uBDtMBiLlkRIV7Ayw/s3072/12274201.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="3072" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPQ1-x4AmCLsMm1Tlh_MlyiWB09jzYW_chpVQIKbDQS3zai70VsuJ6syxOfrSSS59vp5o68qeGzkLV_tqz_hpuGJqbOOwoX7qW6-WtnIMWnS2Ppt2bljJx36t-34GMIUlGoSiWk_N7TNvx1ggOJx0JAUHjaxBfy3eQnCar3fTnt5uBDtMBiLlkRIV7Ayw/s320/12274201.png" width="320" /></span></a></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">"La lluvia torrencial contribuyó a limpiar la atmósfera y sofocar los fuegos propagados por el viento. Pero también embarró los senderos de tierra apisonada y retrasó el avance de los carros. Además, su buena marcha se vio entorpecida por la insistencia con que todos buscaban averiguar cuanto tuviera que contar la cuadrilla de madereros. El paladín era el primer interesado en escucharlos, así que no se separó de la carreta de Amelia. Lo mismo hizo su marido, quien enrojecía de vergüenza cada vez que oía contar cómo los había salvado de un oso feroz.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tudorache sonreía para sí. Sabía bien lo que ocurría con esas historias. Cada nuevo narrador las añadiría sus propios detalles. En cuestión de semanas, el espigado posadero sería un forzudo capaz de derrotar con las manos desnudas él solo no a uno, sino a tres osos. En más de una ocasión había escuchado de pasada historias de taberna, en las que un grupo de paladines habían acabado con tal o cuál amenaza, para luego percatarse de que estaban relatando exageradas versiones de sus propias aventuras. Así, un gigante solitario se convertía en un clan entero y cuatro ladrones de ganado en un ejército de bandoleros.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pero entre conversación y conversación, por la columna de carros se repetía la misma pregunta: ¿Quién prendió el fuego?.</span></span></p><p><b id="docs-internal-guid-9a0bb000-7fff-a503-b6c5-2ad6542877db" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Los colas rojas —respondía el leñador herido a cuantos se acercaban a la carreta donde iba sentado—. Han sido los colas rojas. Han estado enredando y encizañando desde que volvimos —porfiaba acalorado con quienes se lo discutían—. Han tenido que ser ellos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Los colas rojas? —intrigado por su insistencia le preguntó Tudorache, quien no sabía de qué hablaba— ¿Qué son los colas rojas?</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Preguntado directamente por el culto extranjero subido a su amenazador caballo de guerra, el mocetón rubicundo se sintió cohibido y guardó silencio.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Por fin se calla el muy pesado! —exclamó Conrado que iba con ellos— ¡Los colas rojas! ¡Los colas rojas! —lo imitó— ¡Zarandajas!</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—No seas así —lo regañó la sanadora, que estaba enjuagando el febril sudor de su otro paciente—. Son duendes traviesos con colas y orejas de zorro o ardilla. En los cuentos roban pequeños objetos, rompen cosas…</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Lorena se quedó mirando perpleja al caballero negro. Tudorache se había puesto serio. No era posible que el paladín aceptara la idea de que el devastador incendio fuese culpa de una criatura salida de las leyendas locales. Y sin embargo así era. Un mal presentimiento lo sacudió al escuchar la explicación de la mujer. ¿Cuántas veces había visto a aquel pequeño zorro? ¿Había sido siempre el mismo? En ese momento, rodeado de humanidad, bajo la lluvia, parecía un disparate. Pero allá en el bosque, en soledad…</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Son criaturas maliciosas —al ver la reacción del paladín se animó a proseguir el leñador—. Salen al atardecer. Bailan al son del viento del delirio. Y disfrutan sembrando discordia.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Seguro que podría haber añadido aún más, pero se ganó una colleja del Belloto.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Y dale con cuentos de viejas! </span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En esas estaban cuando se toparon con un nutrido grupo de leñadores. Estaban resguardados al reparo de los pocos castaños que habían esquivado su tala. Estaban a un lado del camino y discutían entre ellos. Por lo visto, unos querían regresar al pueblo y otros se negaban a abandonar a los que seguían al otro lado del Turbulento.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Es inútil! —gesticulaba un hombretón grueso y moreno— ¡Lo habéis visto todos!</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Castaña tenías que ser! —se le enfrentaba un mozo que bien pudiera ser su hijo— ¡El fuego iba torrente abajo! ¡Podemos rodearlo!</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Y luego qué, listo? ¡El agua lo esparce en vez de apagarlo!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Al ver llegar a sus convecinos cesaron de discutir. El joven sonrió esperanzado y corrió a su encuentro. El veterano maderero cruzó los brazos sobre el pecho y resopló desdeñoso. Ya no había debate posible. Cansados, tiznados y empapados como estaban no les quedaba otra que volver a enfrentarse a las llamas. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Aquellos que contaban con familiares directos entre los recién llegados fueron los primeros en recibir mantas con qué abrigarse. No todos los carros contaban con los nervios para cubrirlos como sí tenía la carreta de los posaderos. Pero todos se las habían ingeniado para montar un toldo, más alto o más bajo que los protegiera de la lluvia y a ellos subieron. Con gran desprendimiento, Ramiro repartió un par de botellas de orujo entre los leñadores. Lo justo para calentar la barriga, pero sin llegar a enardecer los ánimos ya soliviantados.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡En una bendición del cielo que hayáis venido! —los saludó el joven tomando de la mano al paladín.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Menos coba, Eulogio! —molesto con la deferencia mostrada al foráneo, saltó Conrado— ¿Qué diantres ha pasado aquí?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—No lo sabemos. Nosotros estábamos a este lado del arroyo, en las serrerias, cuando hemos visto las primeras señales de humo más allá del Turbio.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Más allá del Turbio? —se medio incorporó el leñador herido con la ayuda de Lorena— ¿Tan adentro?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Sí, pero eso no es lo peor.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Todavía hay más? —bufó uno de los Bellotos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Así es —suspiró el mozo—. Hemos visto cómo el agua misma que arrojábamos al fuego lo alimentaba y propagaba…</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Los allí reunidos sofocaron un murmullo de espanto. Aquello era antinatural. Hubo quienes antes se burlaban de los colas rojas y ahora susurraban su nombre.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">«Agua no. Tierra.» Las palabras del soldado acudieron a la mente del paladín.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Palas —pensó en voz alta—. Necesitamos palas —giró a Mordiscos para mirar los carros, varios venían con los aperos de labranza aun sucios por el trabajo interrumpido— ¡Palas y azadas!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El veterano maderero, que se había mantenido a un lado, a la defensiva, lo miró con otros ojos. Había comprendido lo que pretendía el caballero negro y asentía para sí. Antes, con la confusión y el espanto reaccionaron sin pensar y huyeron por sus vidas. Pero ahora veía que otro camino era posible y no iba a permitir que lo diesen de cobarde.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Palas y azadas! —dio un paso al frente sumando su voz a la del extranjero— ¡Con palas y azadas abriremos un cortafuegos! ¿A qué estamos esperando? ¡Todos tenemos familia y amigos al otro lado!</span></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Superada así la indecisión que los había retenido, la columna de socorro reemprendió la marcha con bríos renovados y un curso de acción definido."</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRdLtE2_EWg5n3HhBVYnKsl2t0lbfDVYhm2pzCpXzz1MW1j_8lGalSpgpUHRxy9G0FEQq_w-0siSiDxNcduvIMmgPzMOOPoJNbxOLrbLwH02ZNY0g-RygVOsCVCxVjVZpFTawJ9yEyARj0P932yzyNyYhuMIl7o5cwkR0yXFKBdtlemG-NpcqVVL295bE/s3072/64826065.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="3072" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRdLtE2_EWg5n3HhBVYnKsl2t0lbfDVYhm2pzCpXzz1MW1j_8lGalSpgpUHRxy9G0FEQq_w-0siSiDxNcduvIMmgPzMOOPoJNbxOLrbLwH02ZNY0g-RygVOsCVCxVjVZpFTawJ9yEyARj0P932yzyNyYhuMIl7o5cwkR0yXFKBdtlemG-NpcqVVL295bE/s320/64826065.png" width="320" /></span></a></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> <span style="text-align: justify; text-indent: 36pt; white-space-collapse: preserve;">Y ahora pasamos a las reglas de estos pequeños duendes traviesos. Pertenecen a la Corte del Atardecer. Aunque no son tan agresivos como las salamandras o el temido Enjambre Rojo, se les suele acusar de todas las pequeñas calamidades de la vida cotidiana: pérdida de joyas, rotura de enseres domésticos, comida que se quema... No son malignos de por sí. De hecho si se les tiene contentos pueden encariñarse con los mortales. Pero su naturaleza es caótica, curiosa, inquieta. irreflexiva y si se les enfada no saben medir las consecuencias de sus actos:</span></span></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"></p><div style="text-align: center;"><span style="text-indent: 36pt; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">TIPO: Onírico Cola Roja NIVEL: 7 PV: 90</span></span></div><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><div style="text-align: center;"><span style="text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">ACCIONES: 4/3 BD: C 30 Esquiva 110 INICIATIVA: 110</span></span></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><div style="text-align: center;"><span style="text-indent: 36pt;">BO: Mordisco 90 en ataque mediano Golpes 90 en ataque mediano</span></div><div style="text-align: center;"><span style="text-indent: 36pt;">ESPECIALES: Trepar 110 Percepción 110 Esconderse 110 Tienen buena resistencia a magia psíquica y divina +30 a Trs. Pero no tanto a esotérica +16 a Trs y a venenos +16 a Trs.</span></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><div style="text-align: justify;"><span style="text-indent: 36pt;"><span> </span><span> </span>Además, los colas rojas son conocidos por otras dos habilidades de las que abusan para sus travesuras:</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="text-indent: 36pt;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><ul><li><span style="text-indent: 36pt;"><span> </span><span> </span>Cambio de Apariencia 100: Como </span><span style="text-align: center; text-indent: 36pt;">aprendiz puede cambiar su </span><span style="text-align: center; text-indent: 36pt;">apariencia por la de otra criatura </span><span style="text-align: center; text-indent: 36pt;">humanoide y como oficial puede </span><span style="text-align: center; text-indent: 36pt;">adquirir la apariencia de animales de </span><span style="text-align: center; text-indent: 36pt;">más o menos su tamaño.</span></li><li><span style="text-align: center; text-indent: 36pt;"><span> </span><span> </span>Elemental de Fuego 100: Como aprendiz puede emitir y controlar pequeños fuegos de potencia pequeña y como oficial de potencia mediana.</span></li></ul><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>Por supuesto, hay leyendas que incluyen a "La Madre de Todos los Colas Rojas". Señora de su propio nudo onírico en Lardar. Madre amantísima y sobreprotectora con su numerosa prole. Según se cuenta en ellas, siente debilidad por los amantes mortales, pero sus celos arden con tal intensidad que no le duran mucho:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: center;">TIPO: La Madre de Todos los Colas Rojas NIVEL: 20 PV: 220</div><div style="text-align: center;">ACCIONES: 5/3 BD: C 70 Esquiva 170 INICIATIVA: 170</div><div style="text-align: center;">BO: Garras 200 en ataque descomunal Mordisco 220 en ataque descomunal</div><div style="text-align: center;">ESPECIALES: <span style="text-align: center; text-indent: 36pt;">Trepar 150 Percepción 150 Esconderse 150 Tiene buena resistencia a magia psíquica y divina +45 a Trs y también a venenos +80 a Trs. Pero no tanto a esotérica +30. Hace</span><span style="text-indent: 36pt;"> daño triple, ignora pérdida de acciones y críticos alfa, además regenera 8 PV por asalto.</span></div></div><div style="text-align: justify;"><span style="text-indent: 36pt;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><ul style="text-indent: 48px;"><li><span style="text-indent: 36pt;">Cambio de Apariencia 160: Como </span><span style="text-align: center; text-indent: 36pt;">aprendiz puede cambiar su </span><span style="text-align: center; text-indent: 36pt;">apariencia por la de otra criatura </span><span style="text-align: center; text-indent: 36pt;">humanoide y como oficial puede </span><span style="text-align: center; text-indent: 36pt;">adquirir la apariencia de animales de </span><span style="text-align: center; text-indent: 36pt;">más o menos su tamaño.</span></li></ul></div><div style="text-align: justify;"><ul><li><span> </span>Elemental de Fuego 200: Como aprendiz puede emitir y controlar
pequeños fuegos de potencia pequeña, como oficial de potencia mediana, como maestro de potencia grande y como maestro de gremio de potencia descomunal y gana la capacidad de volar. Además mediante tirada de estrés con cualquier rango puede invertir el sentido de cualquier ataque basado en su elemento.</li></ul><ul><li> Don Animal 170: El dotado es <span style="text-indent: 36pt;">capaz de hablar los idiomas </span><span style="text-indent: 36pt;">animales y de invocarlos en su </span><span style="text-indent: 36pt;">ayuda. Como aprendiz puede </span><span style="text-indent: 36pt;">comunicarse con ellos, como oficial </span><span style="text-indent: 36pt;">puede llamar a uno en su ayuda, </span><span style="text-indent: 36pt;">como maestro a tres y como maestro </span><span style="text-indent: 36pt;">de gremio a nueve. </span></li></ul><div style="text-indent: 48px;"><br /></div><div style="text-indent: 48px;">Y ésto es todo por hoy. Espero que os haya gustado y si no que al menos os sirva para sacar ideas interesantes para vuestras partidas. Os dejo con Xandria y su "Fire of Universe":</div><div style="text-indent: 48px;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/8eqc1G9IOXA" width="320" youtube-src-id="8eqc1G9IOXA"></iframe></div><br /><div style="text-indent: 48px;">No juguéis con fuego.</div><div style="text-indent: 48px;">Nos leemos.</div><div style="text-indent: 48px;"><br /></div></div></div></div></span></span><p></p>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-23777460416390765462024-03-02T18:18:00.002+01:002024-03-02T18:53:27.464+01:00(Ital el JDRHM) La Ciudad bajo la Ciudad 2.10: Orujo con Miel.<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Buenos días a todos</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Aquí estamos una vez más con la siguiente entrega de "El Caballero Negro y El Corazón del Bosque". Las piezas empiezan a encajar por sí solas.</span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0F51HJbX_gsNlU86vtjvOVvltSUAZ9idT-lMOOT5iRQeK1vGXQI4iGU6PGDl0ZATfS0CYjIybp4iVxm2iwsgSQl0iRS03AvDrznrbf5OBJqxh3gIjlCHzCk5k0_iPN1RinjAW0s5o_s_7Rc99hdy49URvFn16vOvZwwuCUUDlhFWQ3o_iyQonLmgYa9Q/s3072/84091394.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="3072" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0F51HJbX_gsNlU86vtjvOVvltSUAZ9idT-lMOOT5iRQeK1vGXQI4iGU6PGDl0ZATfS0CYjIybp4iVxm2iwsgSQl0iRS03AvDrznrbf5OBJqxh3gIjlCHzCk5k0_iPN1RinjAW0s5o_s_7Rc99hdy49URvFn16vOvZwwuCUUDlhFWQ3o_iyQonLmgYa9Q/s320/84091394.png" width="320" /></a></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">"Lorena se llevó los dedos a los labios y silbó repetidas veces. Pese a lo penetrante del sonido y a la magia inconsciente que imbuía en él, los animales no respondían a su llamada. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tudorache elevó una silenciosa plegaria rogando que se le desvelase el poder detrás de su conducta. No le sorprendió confirmar que se trataba del corazón del bosque. Oleada tras oleada de energía sacudía a plantas y animales compartiendo con ellos el dolor que sentía a causa de las llamas. Ante sus ojos, un par de gallinas cayeron muertas sin que nadie las tocase. Pronto, un cerdo se desplomó entre espasmos con espuma en la boca antes de que el rigor mortis reclamase su cuerpo. Lorena se arrodilló a su lado. Lágrimas asomaron a los vivaces ojos castaños de la sanadora.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Mordiscos se debatía contra su jinete como nunca lo había hecho. De haber portado una armadura completa sin duda el paladín habría dado con sus huesos en el suelo. Por fortuna no era el caso y de repente, tal y como había empezado, el lamento del hijo de Silvara menguó hasta ser sólo un sollozo distante. Entonces los animales sí que se dejaron conducir de vuelta a la cuadra.</span></span></p><p><b id="docs-internal-guid-c8b33973-7fff-bc6d-79f3-bbcecafe32ba" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Ésto es cosa mala, muy mala —fue lo único que se le ocurrió decir al paladín.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Espera que coja mis cosas y llévame al pueblo —apretando la mandíbula con determinación le ordenó ella tras limpiarse los ojos llorosos con un pliegue del delantal.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Al cabo de un momento salió cargada con un par de abultados zurrones cruzados a derecha e izquierda. Había cambiado el delantal sucio por otro limpio y vestía unos pantalones a los que les sobraban varias tallas. Dejando el decoro a un lado montó a grupas abrazada a la cintura del caballero. Tudorache podía sentir su aliento en la nuca. El calor de su cuerpo contra el suyo lo reconfortaba.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Por el camino se cruzaron con labriegos azorados que acudían con sus carros y niños que corrían de casa en casa llevando la noticia.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Fuego! ¡Fuego! Cabildo abierto! ¡Cabildo abierto! —gritaban, algunos sacudían cencerros para llamar la atención— ¡El alcalde Castaña convoca a cabildo abierto! ¡Fuego! ¡Fuego!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En la plaza del pueblo, donde días antes se festejaba a la luz de las hogueras, ahora se congregaban los vecinos asustados por llamas aún mayores. Incluso Ramiro y Amelia habían salido de su posada. En medio de todos ellos estaba Pascual, tratando de imponer un mínimo de orden. En su empeño colaboraba Conrado.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Pero quién ha sido el loco que ha prendido el monte con esta surada?</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Ésa era la pregunta que todos, hombres y mujeres por igual no dejaban de repetir. Las rozas no eran prácticas desconocidas en la región, ni mucho menos. Pero todos tenían algún familiar ahí fuera trabajando en la madera. Labriegos, pastores o leñadores, ante tamaña emergencia lo mismo daba.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Tranquilizaos! —gritaba Pascual— ¡Los arroyos harán de cortafuegos! </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Pero las cuadrillas están al otro lado! —protestó una mujer con lágrimas en los ojos— ¡Mis hijos…</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Éso no lo sabemos! ¡Centrémonos! —la calló Conrado.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Así es! ¡Aquí no arreglamos nada! —se impuso el alcalde— ¡Carros! ¡Necesitamos carros! </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Y calderos!</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Y mantas!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Varias voces se sumaron al esfuerzo común. Pese a la confusión, la muchedumbre comenzaba a moverse en la dirección correcta.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Algunos podemos ir por delante —sugirió Ramiro señalando a los recién llegados Lorena y Tudorache—. Ayudad a mi mujer a cargar nuestra carreta con lo que haga falta, pero dejadme un caballo.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El alcalde asintió vigorosamente. Conrado no tanto. En cambio abrió y cerró el puño convulsivamente mientras llenaba los pulmones como si se fuese a ahogar. El paladín sintió compasión por él. Sabía bien lo que tenía ante sí: Un hombre de acción que, tras toda una vida de resolver sus problemas a base de esfuerzo y trabajo, se encontraba con las fuerzas mermadas, lisiado, justo cuando más necesitaba de ellas.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Sin demorarse un minuto más, ayudaron a la pareja de posaderos a abrirse paso. Conrado y un par de pequeños sobrinos suyos los siguieron. Sus caballos pastaban en un cercado colindante a la sombra de los manzanos. Pegada al edificio estaba aparcada la carreta de Amelia. El armazón semicircular del que amarraban el toldo aparecía desnudo. Mientras los Bellotos empujaban la carreta, Ramiro ensilló con manos expertas un manso percherón de color oscuro y se aprestó a cabalgar junto al paladín y la sanadora. Los demás ya los seguirían.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Estaban saliendo al trote del pueblo, cuando un grupo de pastores asustados les bloquearon el camino con sus rebaños. Corrían tras sus cabras y ovejas que balaban despavoridas. Los perros que les acompañaban poco podían hacer para mantenerlas juntas. Sus ladridos contribuían a reforzar la cacofonía imperante más que otra cosa. Los jinetes se vieron obligados a refrenar sus monturas. </span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Hay fuego! ¡Fuego! —vociferaban agitando sus varas de avellano. Querían disuadirlos de continuar adelante.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tras unos momentos de desconcierto llegaron a su altura. Las llamas habían cruzado el Turbulento. No sabían cómo era eso posible con el viento soplando en sentido contrario. Éso les contaron antes de conducir sus rebaños de vuelta a los corrales. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Semejante noticia no hizo sino que espoleasen con mayor urgencia a sus monturas. Tenían a su favor que el sendero había sido desbrozado a conciencia los días previos por los leñadores. A ese lado del arroyo su trabajo no había sido en vano. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Llegados a una bifurcación Ramiro les hizo señas para que lo siguieran y tomó un desvío inesperado.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Será sólo un momento! —les prometió— ¡Sólo un momento!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En efecto, enseguida abandonó el descuidado ramal por el que los condujo. El bosque bajo y sus matorrales medraban allí donde árboles mayores habían sido reducidos a tocones. Unos pocos retoños dispersos destacaban aquí y allá. Entre ellos, cubierta por abundante hiedra se veía una rústica cabaña. Para llegar hasta ella tuvieron que vadear una laguna de espinosas zarzamoras. Gruesos tablones bloqueaban puertas y ventanas. Un par de panales de abejas rebosaban de miel. Los zumbidos de sus moradoras eran la única señal de vida. Parecía un lugar en total abandono.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El posadero desmontó. Con manos firmes arrancó los tablones que obstruían la entrada. De la escasa resistencia que ofrecieron, Tudorache dedujo que aquello era intencionado.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Curiosa como una gata, Lorena hizo pie con cuidado entre las zarzas. Calzaba las mismas botas gastadas de la vez anterior. Y lo siguió adentro. Un ruido metálico, seguido de voces no tardó en oírse.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Así que es aquí donde escondes tu destilería a los alguaciles —se reía Lorena.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Calla y ayúdame a bajar el alambique! —protestó Ramiro— ¡Venga, rápido mujer!</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Ya voy, ya voy. Pero quiero algo a cambio.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Ya estamos. Tú nunca haces nada gratis.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—En éso te equivocas. Sí que lo hago. A quien de veras lo necesita y lo agradece.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Y qué quieres?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Pues algo de lo que veo que andas sobrado: alcohol.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Y tú desde cuándo bebes?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—No me seas zoquete, Ramiro, que tú sabes perfectamente para qué lo quiero.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Está bien, está bien —claudicó—. Coge lo que puedas llevar y sal de la bodega.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Ya está. Cierra la trampilla.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Ayúdame a volcar la mesa encima.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Se escuchó un golpe sordo y ambos salieron de la destilería ilegal. De uno de los zurrones de la sanadora asomaban tres botellas de potente licor.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Nada mejor para desinfectar heridas —explicó al paladín agarrando el cuello de una.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Un desperdicio, éso es lo que es —se lamentó Ramiro del triste uso que las esperaba.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El caballero sonrió a Lorena y le dedicó un gesto de aprecio al posadero. Ahora comprendía sus frecuentes ausencias del negocio. No era hombre ocioso el enjuto Ramiro. En aquel rincón tenía cuanto necesitaba para surtir de bebida a sus paisanos por un precio más que razonable. Agua cristalina, miel, moras, abundante combustible y seguro que el resto de ingredientes estaban a su alcance. No en vano le había dicho que en el pasado aquella fue tierra de viñedos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Una vez que colocó los tablones de la puerta en su sitio, el posadero montó de nuevo. Él tampoco se iba de vacío. Las botellas tintineaban con el trote de su percherón. En vez de desandar el camino, Ramiro los guió por entre los retoños de replantación. El olor del humo les llegaba con mayor intensidad conforme cabalgaban. Era cierto que el fuego había cruzado el arroyo. Llegados a un punto, cercos de llamas los obligaron a variar de rumbo. Parecía que no les iba a ser posible alcanzar su destino, cuando desde más allá de la humareda les llegó un coro de voces pidiendo auxilio.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Sin pararse a pensar, el paladín espoleó a Mordiscos. Lorena se abrazó a él con fuerza para no caerse. El percherón de Ramiro apresuró el trote sin conseguir alcanzarlos. El humo dio paso al fuego. Secciones de matorral y árboles jóvenes ardían a un lado y a otro. Media docena de hombres gritaban. Dos de ellos retrocedían heridos. Otros cuatro enarbolaban sus hachas de leñador. Frente a ellos se erguía herido y amenazador un gran oso pardo. El animal, confuso y desorientado, tenía varias flechas clavadas. Rugía y lanzaba zarpazos a los leñadores. Mezclado con el olor a humo se percibía el del pelaje quemado del depredador. Mordiscos relinchó y se encabritó. Sus cascos surcaban el aire en pos de la bestia.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">—¡Bájate! —ordenó a Lorena.</span></span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La mujer desmontó y corrió hacia los heridos. El que presentaba peor aspecto trataba de contener la pérdida de sangre abrazándose la barriga. Era uno de los infantes de marina. Había perdido el vistoso turbante, pero conservaba arco y carcaj. Hasta la última flecha había disparado antes de que el oso lo hiriera de gravedad. Lo acompañaba un leñador que arrastraba la pierna derecha. En su caso eran heridas defensivas de diversa consideración.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Sostenlo mientras atiendo esa herida! —le urgió la sanadora mientras abría una botella de licor y empapaba un paño limpio— ¡Y tú! —le tendió la botella al soldado— ¡Echa un trago!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">A sus espaldas escucharon un trueno metálico. Al volverse vieron que Tudorache blandía un martillo de luz sólida. Su montura sangraba por el costado. Mordiscos relinchaba y pateaba al tiempo que su jinete golpeaba al oso con denuedo. Era su intención espantarlo. Se creía capaz de derrotarlo. Pero no sin que antes causará más daño a quienes lo rodeaban. </span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Vamos! ¡Echémosle de aquí! —los arengaba.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En esas estaban cuando los alcanzó el posadero. Su voluminoso caballo sumó sus relinchos a la confusión reinante. Entre el ruido y el humo, incapaz de detenerse a tiempo, chocó contra el oso y lo pateó en los riñones. El animal, acosado y aturdido, cedió a su instinto de supervivencia y abandonó la lucha corriendo a cuatro patas.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Los hombres estallaron en gritos de júbilo. Habían visto a la muerte reflejarse en los colmillos de la bestia asustada y ahora estaban eufóricos.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Ese Ramiro! </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Qué Ramiro?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿El posadero?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡El posadero no! ¡El Mataosos!</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Ramiro! ¡Ramiro!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tiznados, ensangrentados y agotados como estaban, era la pura adrenalina lo que los mantenía en pie. De no haber estado el posadero montado a caballo, seguro que lo habrían levantado en volandas. Todos lo aclamaban y lo buscaban para darle la mano. Había nacido un nuevo héroe en el pueblo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tudorache se mantuvo al margen de tanta algarabía. Desmontó para comprobar la gravedad del zarpazo que había recibido su caballo. La herida en la pata no era profunda. Pero Mordiscos cojearía una temporada.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Abrumado por el agradecimiento de sus convecinos, Ramiro no sabía qué decir. Tampoco creía que se lo mereciera. A fin de cuentas, había sido pura casualidad. Él cabalgaba con los ojos cerrados y los puños apretados para no soltar las riendas sin saber lo que tenía por delante. Respiró con alivio cuando la sanadora reclamó la atención de todos ellos.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Bajaros de los caballos! —les ordenó sin consentir que la replicasen— ¡Estos hombres no pueden caminar!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Su antes impoluto delantal estaba manchado de sangre. Lo mismo que el paño con que se limpiaba las manos. Había cosido y vendado a los heridos. Pero cualquier esfuerzo podía hacer que los puntos se abrieran de nuevo. El soldado era el que más sangre había perdido. Se quejaba del frío que hacía cuando todos sudaban copiosamente. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Los hombres obedecieron sin rechistar. Tudorache se pasó el brazo del soldado por encima de los hombros para acercarlo a su caballo. Al reconocerlo, el muchacho lo agarró por el pecho y con voz entrecortada dijo:</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Tierra! ¡Para apagar el fuego necesitaréis tierra! ¡Agua no! ¡Tierra!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El paladín asintió por complacerlo. No entendía qué pretendía decirle.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Tierra, de acuerdo —lo tranquilizó—. Usaremos tierra.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tras lo cual el joven lo soltó y permitió que lo subieran a la montura. Las llamas estaban cada vez más cerca. Era imperativo salir de allí. Los leñadores les disuadieron de continuar por donde querían ir. De manera que tuvieron que desandar lo andado para regresar al sendero principal. Por el camino les confirmaron que el fuego había cruzado el Turbulento. No sabían dónde o cómo se había originado. Ellos habían escapado del incendio subiendo arroyo arriba. Yendo contracorriente. Había sido idea de Joaquín, el infante de marina. Él los había salvado, primero del fuego y luego del oso. La víspera les demostró que sabía lo que se hacía con los extraños ciervos que llevaban meses atacando a los leñadores.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Y ahora es nuestro turno de devolverle el favor.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Así decía la cuadrilla a la que habían rescatado, cuando uno de ellos se llevó la mano a la cara sorprendido.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Caen gotas… </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Llueve —dijo otro levantando la cabeza.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Gracias al cielo! —añadió otro abriendo los brazos en cruz.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En efecto, el viento sur había pasado y un fuerte aguacero lo reemplazó. Esperanzados y empapados prosiguieron la marcha hasta reunirse con la columna de socorro encabezada por la carreta de Amelia y los Bellotos. Lo primero que hicieron fue acostar a los heridos. El soldado, febril, deliraba.</span></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Agua no! ¡Agua no! —insistía con un hilo de voz."</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Y hasta aquí llega la entrada de hoy. Os dejo con los fineses de Korpiklaani y su "A Man With a Plan":</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/bc0sJvtKrRM" width="320" youtube-src-id="bc0sJvtKrRM"></iframe></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">Bebed con moderación.</span></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Nos leemos.</span></span></p>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-16066210770273964762024-02-24T19:44:00.000+01:002024-02-24T19:44:02.868+01:00(Ital el JDRHM) La Ciudad bajo la Ciudad 2.9: Noticias Falsas y Tensa Espera.<p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> </span>Hola a todos una vez más.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> </span>Aquí vuelvo con una nueva entrega de "El Caballero Negro y el Corazón del Bosque". El escenario ya está dispuesto y los eventos se precipitan.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjK9jnHibQX08EvsmniGVHiEJ-ZnSotqSO9DTAzAHw2FhVbhw7oYfBsfMqz3iH75Ne5sS13Sxar0wIY5ulzvkYcAQLeLM-xFjrb7o_ZzIhW-CGoc43Z1XCnou72L1SIgPlpmXHbMEJd2ATmtcOZOp3ugMJT6raAcnDhohL_Zhjbi2Zb5Vw4Q8tx5g0EH4c/s3072/29406652.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="3072" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjK9jnHibQX08EvsmniGVHiEJ-ZnSotqSO9DTAzAHw2FhVbhw7oYfBsfMqz3iH75Ne5sS13Sxar0wIY5ulzvkYcAQLeLM-xFjrb7o_ZzIhW-CGoc43Z1XCnou72L1SIgPlpmXHbMEJd2ATmtcOZOp3ugMJT6raAcnDhohL_Zhjbi2Zb5Vw4Q8tx5g0EH4c/s320/29406652.png" width="320" /></span></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">"La demora en su regreso propició que el anochecer los alcanzase. Sus monturas avanzaban al paso, renuentes a obedecer. Era ya de noche cuando llegaron al pueblo, pero el paladín insistió en acompañar a Lorena hasta su casa. De las cuatro lunas, era la blanca la que regía la estación, pero el cielo estaba cubierto. Con el viento sur siempre era igual. Durante días soplaba, empujaba y arrastraba las nubes de tormenta contra las estribaciones de la meseta pallanthia hasta desatar violentos aguaceros. Entonces podía estar otro tanto lloviendo. De ahí que los lugareños diesen a ríos y arroyos nombres como el Terrible o el Turbulento. Sus estrechos y pendientes cauces no daban a basto a desaguar tanto caudal. Arrastraban árboles y tierra. Cuál encarnación de fuerzas elementales destruyen y fertilizan por igual. Con razón se los veneraba lo mismo que se los temía.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pero no sería esa noche. Esa noche el viento del delirio rugía sin descanso. Aunque a Tudorache, una vez se acostó, exhausto tras las emociones y exigencias de la jornada, le trajo sin cuidado y durmió profundamente.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Al contrario de otras veces, el canto del gallo lo encontró soñando. Debió ser un dulce sueño, pues una cálida emoción lo embargaba. No obstante, los detalles se diluyeron de su memoria conforme la realidad inundaba sus sentidos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La víspera pudo comprobar que la carga de paja limpia prometida había sido entregada durante su ausencia. De modo que después del desayuno se arremangó y dispuso una veintena de lechos bajo el techo del establo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">De ocurrir lo peor, no era la mejor de las opciones para atender a los heridos, pero era preferible eso a dejarlos a la intemperie o estar moviéndolos de un lado para otro. Tampoco creía que fueran a ser tantos los leñadores que necesitasen atención médica. Esperaba que parte de los jergones de paja los ocupasen sus familiares. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Después de comer pidió prestados a Ramiro un par de toneles vacíos. Los llenó a calderos con agua del pozo. Eran labores lentas y tediosas, pero aunque sus temores no se materializasen, tampoco resultarían baldías. Cómo bien le espetó Conrado zumbón al cruzarse con él en uno de esos trasiegos al pozo:</span></span></p><p><b id="docs-internal-guid-913332a1-7fff-a57b-69b7-84f3c720a884" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Los establos más limpios de la comarca le va a dejar al posadero!</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Siempre manejé bien la pala! —le contestó sonriente— ¡Lo mismo me quedo aquí a vivir de ello!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Al manco, que no esperaba respuesta alguna, y menos una semejante, se le atragantó la chanza. La saliva se le fue por mal sitio. Tosió un par de veces y se volvió por donde había venido. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">A Lorena no la vio en todo el día. La imaginaba enfrascada con su libro de recetas y el mortero, la cocina inundada del olor de borboteantes infusiones.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Hacia el final de la tarde regresó a lomos de una vieja mula gris uno de los mozos. Otra igual de vieja lo seguía con paso cansino. Apenas sus siluetas se recortaron en el camino corrió la voz de su llegada. El nerviosismo entre los familiares de los leñadores era palpable. Él los tranquilizaba. Gozaban todos de buena salud. Nada había pasado. Las serrerías estaban listas para empezar a trabajar. Los patronos habían cambiado de planes. La estación estaba avanzada. Los retrasos eran graves. Se avecinaban lluvias. Ya descansarían entonces. Lo enviaban por comida para los demás… </span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Todo va bien —insistía una y otra vez—. Todo va bien.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pero cuando decía esto último no inspiraba la misma confianza. Apartaba la mirada ese instante para recuperar el contacto visual luego, al confirmar que tal o cuál mandaba recuerdos. Algo callaba. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Al primer lugar que se dirigió fue a la posada, a entregar los pedidos de cada patrón. También allí lo asediaron a preguntas los parroquianos. No se le veía cómodo, pero mantuvo la fachada: todo iba bien.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">No fue hasta que los demás se retiraron y el alcalde lo llamó a parte que se sinceró. El ambiente de trabajo era tenso. Se habían producido pequeños hurtos. A cuenta de ellos, amigos de toda la vida habían llegado a las manos. Las cuadrillas encargadas de desbrozar senderos tenían miedo de alejarse y lo poco que limpiaban amanecía cubierto al alba. La arrogancia de los soldados no ayudaba a mejorar la situación. Menospreciaban abiertamente a la gente del lugar. Día y noche se sentían vigilados. Oían ruidos de animales en los campamentos y veían luces inexplicables flotar entre la foresta. Era tal y como cómo dijo el caballero negro: El bosque mismo y sus moradores les era hostil. Las manos le temblaban al rememorar las experiencias vividas.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Tonterías —bufó Pascual—. Os habéis dejado sugestionar por sus palabras. Supierais el centenar de hombres ahí fuera.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Y aún así nos sentimos insignificantes frente a la enormidad de la foresta —reconoció el mozo con la mirada fija en el fondo de su chupito.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Desde cuándo los hombres de Matapuercos le temen a ramas y ardillas? —dándole una sonora palmada en la espalda lo quiso animar el alcalde— ¡Tómate otro orujo, yo invito, y luego tira para casa con los tuyos!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El mozo sonrió agradecido. Apuró el aguardiente de un trago y dejó que Ramiro, tan circunspecto como siempre, se lo volviera a llenar. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Aquel día la posada estuvo concurrida y el paisanaje agitado. Tras averiguar lo que el mozo podía contar, todos querían opinar sobre el devenir de la estación. Era cómo si un decreto de silencio se hubiese levantado. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Además, por otras ocasiones, sabían que cuando a Amelia le llegaba el pedido de las serrerías, la Carretera se esmeraba. A sus famosas empanadas de carne y las quesadas típicas de la comarca, añadía dulces recetas con almendras y miel aprendidas en el sur. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Con tanto alboroto y trasiego de parroquianos, Tudorache prefirió dejar atendido a Mordiscos y retirarse a su habitación. Una vez terminados los preparativos sólo le quedaba esperar. Ignoraba las confidencias del mozo a Pascual. Ramiro, hombre prudente, sabía guardarse para sí las conversaciones de sus clientes. Le iba el negocio en ello. Así terminó el cuarto día. Deseando lo mejor para aquella gente honrada y trabajadora. Aunque sin ninguna confianza. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">A la mañana del quinto día, el pedido de las serrerías estaba listo y cuidadosamente empacado. El paladín se ofreció gustoso para ayudar al muchacho a cargar las mulas. Se le veía de buena pasta y aceptó la ayuda un tanto cohibido. El caballero por su parte no le quiso comprometer y se despidió de él con franco aprecio. Lo que hubiera de ser no tardaría en revelarse. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La inactividad de la espera exasperaba al paladín. Conocía bien la sensación que lo embargaba. Era la tensión propia de la víspera de una batalla. Tras la abundante comida servida por Amelia decidió enjaezar a Mordiscos y dar un paseo. Aprovechar la oportunidad de degustar la contundente cocina local estaba bien, pero con tamaña ingesta calórica era necesario mantenerse activo. Puede que en el momento de montar no tuviese intención de llegar hasta la hacienda de la sanadora, o puede que fuese distraído y Mordiscos tomase camino conocido. No importa. El caso es que no tardaron en encontrarse delante de su portilla.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tal y como Tudorache había fantaseado, el humo de la chimenea delataba la intensa actividad de su propietaria. La piara hozaba desperdigada bajo los árboles. Colgado de un recio poste de madera, protegido del viento por la talla de una casita diminuta, descansaba un campano con su badajo. Tras comprobar que las ventanas estaban abiertas, el caballero lo hizo sonar con energía.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">No tardó Lorena en asomarse, el largo cabello oscuro recogido, un pañuelo anudado sobre la cabeza y otro bajo la barbilla. Al ver quien era le hizo señas para que esperase a que saliera. Tudorache sintió una punzada de decepción. Una vez allí contaba con ser invitado a entrar.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Ella enseguida salió, secándose las manos en un paño manchado de verde y amarillo, lo mismo que su blanco delantal.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Bienvenido caballero —lo saludó. Sus brillantes ojos confirmaban lo dicho. Él buscó su mirada y encontró en ella el mismo hambre que agitaba sus entrañas—. ¿Qué noticias me traes?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Ninguna, a fuer de ser sincero —la sonrió—. Desde el bosque han mandado a por comida. Por lo visto todo va bien y planean seguir trabajando hasta que la lluvia se lo impida.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—No me sorprende —se mordió el labio, pensativa—. Así es como hacen siempre. Esforzándose hasta que el tiempo cambia u ocurre un accidente.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tudorache asintió. Mordiscos piafó inquieto. Su amo lo tranquilizó rascándole tras una oreja y silbando alegre una tonada. Al verlo, la curandera dulcificó la expresión de su rostro.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿No me vas a enseñar tu casa? —se atrevió él a preguntar.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Ella se sonrojó. Se relamió los labios sonriendo e iba a contestar, cuando de repente, el caballo de guerra se alborotó de nuevo. Los animales de la granja lo secundaron. Los cacareos de las gallinas competían con los gruñidos de los cerdos. A lo lejos oían ladrar a los perros y balar a las ovejas de los vecinos. Mientras Tudorache tiraba de las riendas de su montura, un gato blanco y negro pasó por entre sus patas corriendo como una exhalación. No paró hasta saltar dentro de la casa. En tanto que Lorena, boquiabierta, empalidecía y señalaba hacia las montañas. Una vez que recuperó el control sobre Mordiscos, el paladín volvió la vista hacía el motivo de tanta alarma.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Tormo dame fuerzas! —juró.</span></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Alimentado por lo seco de la estación y empujado por el viento sur, un fuego abrasador consumía el bosque."</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> Y esto es todo por hoy. Me despido con "Everything Burns" de Ben Moody y Anastacia. Tema principal de la banda sonora de "Los Cuatro Fantásticos":</span><br /></span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/iQfCzHA8d-k" width="320" youtube-src-id="iQfCzHA8d-k"></iframe></span></div><p></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Nos leemos.</span></p><p><br /></p>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-64605696526104079432024-02-17T19:14:00.001+01:002024-02-21T19:07:21.972+01:00(Ital el JDRHM) La Ciudad bajo la Ciudad 2.8: Una Nueva Ilusión.<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> </span>Hola a todos de nuevo. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> </span>Aquí regreso con una nueva entrega de "El Caballero Negro y El Corazón del Bosque". Ésta es larga. Algo más de 4.000 palabras. Me había propuesto limitar la extensión de las entradas para incrementar su frecuencia. No iba del todo mal, pero...</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> </span>Tampoco estoy muy contento con el tono de la historia. No era lo que pretendía. El resultado está quedando a medio camino entre "Tierras Rojas" y "Aranmanoth". Pero bueno, el veredicto os lo dejo a vosotros. Entre tanto seguiré al teclado.</span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkkt7tzcmLGuXhydkfYV2itA6xQPCHZA0efI6ztDuupKyGPHQaQbVEXWEzgtbRC7OE0NmN9DwBhGFN0I-7TOF7sX1jk1VVX81I6ESUmxKW9XzBHG_pYVOi_fa62HYdoKsJlEx0AsUW5l2d3gdBWOe2Gm4uSeSJAWzdRQRSPa9usyZ39U4E7k-Vze1UbKs/s3072/20662961.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="3072" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkkt7tzcmLGuXhydkfYV2itA6xQPCHZA0efI6ztDuupKyGPHQaQbVEXWEzgtbRC7OE0NmN9DwBhGFN0I-7TOF7sX1jk1VVX81I6ESUmxKW9XzBHG_pYVOi_fa62HYdoKsJlEx0AsUW5l2d3gdBWOe2Gm4uSeSJAWzdRQRSPa9usyZ39U4E7k-Vze1UbKs/s320/20662961.png" width="320" /></a></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El resto de la jornada transcurrió entre rastrillos de paja sucia y palas de estiércol. Las pilas a las puertas del establo crecieron a buen ritmo. Para asombro de los curiosos, aquel caballero de porte orgulloso y acento extranjero demostró ser ducho en esos quehaceres. Poco o nada sabían ellos de las muchas obligaciones que recaían en los jóvenes escuderos. Entregados para su aprendizaje a tíos maternos u otros familiares lejanos, el trabajo duro, en el mejor de los casos, o la pura y simple explotación, en el peor, pasaban a formar parte de su vida cotidiana. No obstante, Tudorache había sido de los afortunados. Aquellas faenas le traían los buenos recuerdos vividos con su hermano. También agradecía la satisfacción que le producía el trabajo honesto y el sueño reparador que traía consigo el cansancio. En especial con ese persistente viento sur que azotaba la comarca día y noche.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Por allí rondaba el ocioso Conrado. No escatimaba en malicia. Pero al ver que sus pullas caían en saco roto, pronto dejó de aparecer por allí. Los que sí se acercaron fueron los labriegos del lugar. Era buen abono el que estaba acumulando el caballero. A ellos los envió a hablar con el posadero y al día siguiente acudieron con sus carros para retirarlo. Algunos consideraron oportuno ayudarlo para asegurarse que ningún otro convecino codicioso cargara antes que ellos y les dejase sin nada. Gracias a estos brazos extras empeñados en la labor el establo estuvo limpio para la noche. Uno de ellos se comprometió a suministrar la paja de los lechos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">A la hora de la cena el posadero lo sorprendió ofreciéndole una copa de aromático y oscuro vino. No había visto que ninguno de los parroquianos bebiese otra cosa que el orujo o la cerveza local.</span></span></p><p><b id="docs-internal-guid-2acb421a-7fff-bc01-571a-4c5372eb094e" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Antes de la Dominación está era tierra de viñedos —le explicó al ver su extrañeza y se sirvió otra para sí.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Parco en palabras, Ramiro no se explayó más. Tudorache paladeó el caldo con gusto. No era malo, ni mucho menos.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Buen cuerpo. Asienta bien —lo alabó agradecido por la deferencia.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Vuesa merced ha lidiado bien con el Belloto —lo felicitó.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El Belloto no podía ser otro que Conrado. De modo que a eso se debía el homenaje recibido.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Provocaciones del género abundan en mi camino —le quitó importancia—. La mayoría son inofensivas.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Los Bellotos no son mala gente —defendió a sus paisanos—. Un poco lentos sí que pueden ser. Pero trabajadores como los que más. Los Castañas en cambio… —meneó la cabeza con desaprobación.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El paladín miró a Ramiro de hito en hito. Siempre correcto y cumplidor, nunca le había oído hablar tanto. Pero en ese momento entró el alcalde y se impuso el acostumbrado mutismo. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">A Pascual por su parte se le veía malhumorado, razón de más para contener la lengua. El hombre parecía un oso al que las abejas hubieran picado en el culo. En todo caso, Tudorache ya estaba servido y cenado, de manera que apuró la copa, se disculpó y subió a sus aposentos. Al amanecer lo esperaba un día completamente distinto. De eso estaba seguro, y aunque el zumbido del viento contra el tejado no daba tregua, el sueño reparador no le fue esquivo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">Acostumbrado a dormir con un ojo abierto en descampados y soledades, el canto del gallo lo encontró en pie estirando los músculos. Sin prisas se vistió de cuero y cota de malla. Se había comprometido a acompañar a la curandera al bosque por hierbas. No consideraba que fuesen a correr peligro. Pero entendía la conveniencia de aparentar de cara a los lugareños que así era. De modo que decidió portar consigo martillo y escudo. Pese al intenso uso, el arma de su hermano mantenía la cabeza sujeta con firmeza y el mango recio. En cambio, el blanco escudo con el negro símbolo de Tormo presentaba un aspecto lastimoso y pedía a gritos un poco de cariño y una mano de pintura. El paladín comprobó que el cuero del agarre interior resistiera unos buenos tirones y decidió que, en tanto lo funcional se mantuviera, no había de qué preocuparse. Más adelante ya se ocuparía de lo estético.</span></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Así equipado bajó a desayunar. El ruido y el calor de la cocina le dieron la bienvenida. Paciente, se sentó en su mesa habitual, sita en un rincón, con la espalda en la pared y línea de visión directa con la entrada. Sus armas las posó a su lado, en el mismo banco en que se sentaba, bien a mano. Lo hizo así por mera fuerza de la costumbre. Eran hábitos de toda una vida. Enseguida se asomó Amelia y lo saludó, para luego regresar a los fogones. Cuando la volvió a ver llevaba una bandeja en la mano: tazón de leche humeante, gruesas rebanadas de pan recién tostado, queso curado, chorizo, un tarro de miel y cubiertos.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Dicen que os habéis entendido con la Porquera —gorgojeó alegre como un pajarillo.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tudorache asintió. No entendía muy bien a qué venía el regocijo que asomaba a los ojos de la posadera. Ella se dio cuenta y añadió:</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Por lo visto ha ido a hablar con Pascual.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Ah! Vale, vale —comprendió al fin de qué iba la historia—. Algo me dijo, sí.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Y no se lo ha tomado bien.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Ayer lo vi. Parecía disgustado, sí. ¿Era por eso entonces? —picó un pedazo de queso de oveja con cara inocente.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Por eso era sí —sonrió pícara.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Tampoco es para tanto. Si me equivoco y no pasa nada, nada le costará.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Esperemos que así sea —se puso sería.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Sería lo mejor para todos —suspiró el paladín.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Ambos intercambiaron una mirada de entendimiento. Poca esperanza albergaban de que fuera a ser así.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Me vendría bien algo de comida para llevar —cambió él de tema.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Y eso?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Lorena necesita recolectar hierbas del bosque para sus medicinas y quiere que la acompañe.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—De haberlo sabido habría preparado una buena empanada de carne, con su cebolla dulce y sus pimientos —lo regañó.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—En el momento se me pasó —meneó la cabeza disculpándose.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Bueno, algo podré hacer. Ahora me pongo a ello —se despidió metiendo la bandeja bajo el brazo para regresar a la labor.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Ya había terminado la colación y tenía sobre la mesa un hatillo con huevos cocidos, cecina, nueces, pan y agua, suficiente para dos personas, todo listo para llevar, cuando oyó los pausados cascos de una montura. Los siguió un relincho de Mordiscos, a quien había dejado a la puerta en lo que la posadera decidía qué comida era mejor para pasar la jornada fuera.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El paladín se asomó por una ventana a tiempo para ver cómo Lorena descabalgaba con agilidad de una vieja yegua pinta. Sobre un vestido marrón y blanco vestía una fina capa verde con capucha. El cabello moreno, recogido en una larga trenza, la pasaba por encima del hombro y colgaba sobre el pecho. Unas gastadas botas de media caña indicaban que en el bosque no dudaría en salirse de los senderos trazados.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Alertada por el alboroto, Amelia se asomó otra vez. Dónde estaba su marido era algo que Tudorache no quiso preguntar. Viendo quien era la recién llegada, la saludó con alegría.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Buenos días! —dijo al verla— ¿Qué tal resultaron las trufas este año?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Excelentes, picarona! ¡Bien lo sabes! —trinó la posadera.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Me alegro. Tenía mis dudas con Tocinillo, pero ha demostrado ser un gran rastreador —cabeceó complacida.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Parecía evidente que ambas mujeres estaban en buena sintonía. Colgado del hombro la curandera portaba un estuche de cuero suave y gastado por los años, junto a un resistente zurrón de esparto. Viendo los hatillos con la comida se ofreció a guardarlos en él.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Una vez lleguemos al claro de las hierbas ya lo vaciaremos —dijo, quería dejar claro que sabía perfectamente a dónde lo iba a llevar, para qué y que su amiga también lo supiera.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Era una mujer sola en un pueblo pequeño, y no quería, ni exponerse a riesgos innecesarios, ni dar pie a habladurías. A Tudorache, que las intrigas cortesanas le resultaban tediosas y desagradables, el ver el cuidado que ponía Lorena en todo aquello le resultaba tan irritante, como admirable la prudencia de la mujer. Salieron pues a lomos de sus monturas. Él sentado a horcajadas sobre Mordiscos y ella de medio lado en la yegua prestada. Quiso el azar que se cruzasen con el Belloto. No se le pasó al paladín desapercibida como trocó la expresión burlona por otra de ansia y despecho al ver quien le acompañaba. Ahí era algo más que una cura la que había resultado mal.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pronto abandonaron el camino principal que llevaba al norte, a las cascadas del Terrible, custodiadas por las guarniciones de ambas Barzas, la de Yuso y la de Suso, para tomar un sendero que se desviaba hacia el oeste, alejándose del arroyo llamado Turbulento.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Allí se apreciaba un bosque abierto. Las encinas y alcornoques que lo componían crecían dispersos. Oloroso matorrales de romero, ortigas y zarzamoras medraban a su sombra. No daba la sensación de ser del todo natural, por el contrario parecía que la mano del hombre intervino en su formación y después lo abandonó. Al percatarse de cómo observaba el lugar su compañero, Lorena condujo su yegua a la vera del caballero y comentó:</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Esta dehesa perteneció a mi familia. Antes nutridos rebaños y piaras pastaban libres y mantenían las veredas despejadas. Ahora en cambio…</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Algo he oído. La peste que trajeron los barcos…</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Una risa amarga lo interrumpió. Sorprendido, Tudorache la miró de hito en hito. Ella negó con la cabeza y chasqueó la lengua contra los pequeños y regulares dientes de su boca de piñón.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Eso dicen, sí —entrecerrando los ojos vivaces lo miraba suspicaz, calculando hasta que punto podía confiar en aquel extraño de paso—. No se cansan de repetirlo —suspiró.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Entonces —tras una pausa la animó a seguir hablando—, qué fue lo que pasó?</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El cálido viento mecía las copas del arbolado. Aquella mujer lo intrigaba. Desconfiada e inteligente lo ponía a prueba una y otra vez. Tras morderse el labio inferior un momento, ella se decidió.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Animales enfermos ha habido siempre. Pero si los crías sueltos los identificas antes de que contagien al resto. Si en cambio los hacinas en tu granja para engordar al mayor número posible y vendérselos a los dominadores…</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Los dominadores, con que así era como allí llamaban a los draktars, la progenie humanoide de los dragones, pensó Tudorache. Más pequeños y numerosos. Individualmente menos poderosos. Un azote de igual calibre cuando actuaban en grupo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;"><br /></span></span><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzR0cVzYAxYfKt32j67NVdLAFW7qRilzHz2dSn0PllsVnR_-WG7q5UWuS62JPTWFr-U35RF8HCSixhXO_KLMNhz1pRMH_YYRLCQKBp9oo2i-qCWOBtcqkkaooiPnKgf_UAfq2iZWJuzmVVI3KwMhLoLrL986nJkJhNHu4tAczaAr8evyAB-jTQJiLThSw/s2608/draktar%20azul.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2608" data-original-width="2608" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzR0cVzYAxYfKt32j67NVdLAFW7qRilzHz2dSn0PllsVnR_-WG7q5UWuS62JPTWFr-U35RF8HCSixhXO_KLMNhz1pRMH_YYRLCQKBp9oo2i-qCWOBtcqkkaooiPnKgf_UAfq2iZWJuzmVVI3KwMhLoLrL986nJkJhNHu4tAczaAr8evyAB-jTQJiLThSw/s320/draktar%20azul.png" width="320" /></a></span></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Luego fue su codicia la que causó la propagación de la enfermedad entre los animales —rompió él su mutismo.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Lorena le dedicó una de sus sonrisas de entendimiento que despertó una calidez desacostumbrada en su encallecido corazón. Le agradaba la compañía de la curandera, por más que en ocasiones se mostrase esquiva y recelosa.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Igual que están haciendo ahora con la madera —apostilló ella con pesar—. Ahora debemos salirnos del sendero —lo avisó sin darle tiempo de contestar—. Las plantas que busco crecen en zonas del bosque más densas.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Dicho ésto, tiró de las riendas y chasqueó la lengua. La vieja yegua obedeció pisando despacio. El manso animal estaba acostumbrado al jinete y al lugar. Mordiscos piafó protestando, pero le siguió. Allí su marcha se ralentizó. Matorrales espinosos los obligaban a zigzaguear. Pero Lorena transmitía la seguridad de quien ha recorrido esos vericuetos mil veces.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Pronto llegaremos a las ruinas del viejo torreón —le informó al cabo de un buen rato, ya era casi mediodía y los rayos de los tres soles pugnaban con escaso éxito por atravesar el verde manto bajo el que cabalgaban.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Un torreón? —se sorprendió Tudorache. Nadie le había hablado de lugar semejante.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—En efecto. Antes de la Dominación estas tierras eran un señorío nobiliario. Pero el linaje local opuso resistencia…</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tudorache asintió. Durante sus peregrinajes había oído muchas historias similares. Allí era la Dominación. En Enquiol, sede del poder terrenal de Namcor el Señor del Saber, era la Gran Traición. En Arras, con fuertes vínculos de sangre y económicos con Martogo, la Anexión. En Pallanthia, fiera y orgullosa, se llamó la Usurpación. En su patria, Esgembrer, donde se consideró preferible apartar del trono al legítimo heredero y desposar a su hermana con un miembro de la dinastía de Karameth para acogerse a la protección de la Tirana Azul, antes que exponerse a la violencia del Gran Rojo, se recordaba como la Ocupación… El golpeteo de los cascos sobre piedra pulida devolvió al caballero a la realidad.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Pisamos una calzada de piedra…</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Así es. Lo poco que queda de ella. Durante años los vecinos usaron las ruinas de cantera. Cuidado adelante. Hay una zanja y tendremos que descabalgar.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">Apenas lo avisó la tuvieron enfrente. El terreno cubierto de helechos y maleza ponía sobre aviso al ojo experto. Al otro lado surgía una pronunciada elevación. Entre los arbustos asomaban deterioradas piedras de sillería cubiertas de musgo. Lorena bajó de su montura y, llevándola de las riendas, la guio cuesta abajo por un tramo de vegetación menos densa a resultas de pisarla con cierta frecuencia. Tudorache la imitó con sumo cuidado. A sus ojos resultaba evidente que estaban atravesando el foso de una antigua fortaleza. Su suposición se vio confirmada una vez salieron de él. Ante ellos estaban los restos derruidos de un edificio circular. De un piso de altura, se apreciaban todavía algunas alargadas saeteras.</span></span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Acompáñame —dijo la curandera—. Hay algo que te interesará.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Intrigado, el paladín se dejó guiar por el laberinto de ruinas. Debió ser un lugar importante.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Aquí —señaló al frente—. Uno de los tuyos, supongo.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b style="font-weight: normal;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinuRmdmv_ZWw8AXCfJxCtzY3WElKJ8Zv31locxwvOU7OeKA4xTiaB67P1ZHLMzQiBGlZQYfZmD2msw2juoSe4V5xzxibytZKIOXDDA2egMq1sx2SoA-f3BGndAsIzF30T3KDdKvz3HS81T-waaeEeqFGSsWWoPnaqrIhriWOhswcFA2oMaQhE9BG_xpN4/s3072/93979389.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="3072" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinuRmdmv_ZWw8AXCfJxCtzY3WElKJ8Zv31locxwvOU7OeKA4xTiaB67P1ZHLMzQiBGlZQYfZmD2msw2juoSe4V5xzxibytZKIOXDDA2egMq1sx2SoA-f3BGndAsIzF30T3KDdKvz3HS81T-waaeEeqFGSsWWoPnaqrIhriWOhswcFA2oMaQhE9BG_xpN4/s320/93979389.png" width="320" /></a></b></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Ante sí se erguía sobre un pedestal, maltratada por unos u otros, la estatua de un caballero con su armadura, tal vez el señor del lugar. La cabeza, hendida al medio, yacía entre las hierbas. La heráldica esculpida sobre su pecho había sido mutilada, pero aún se adivinaba el contorno de un hacha de doble filo. Tudorache, reverente, acarició con sus dedos encallecidos el símbolo bajo el que luchó aquel guerrero y musitó:</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Thorgan. El dios de los guerreros. Debieron ser gente valerosa.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—De niña me gustaba venir aquí con mi abuela. Ella me contó que el señor y sus aliados mantuvieron a raya al ejército de Martogo durante meses. Hasta que un día, los dominadores desataron una tormenta sin igual. La oscuridad devoró la luz de los tres soles. Anocheció a pleno día. Envueltos en vientos huracanados y relámpagos capaces de pulverizar las rocas decidieron hacer de estas tierras un ejemplo. En enjambre acudió la prole de la dragona azul. Arrasaron con todo y con todos: casas, gente, ganado, vides y olivos. Y para cuando se retiraron, ahítos de sangre y violencia, un páramo desolado es lo que dejaron tras de sí.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p><b style="font-weight: normal;"><br /></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El paladín la escuchó embelesado. Había algo en el cantarín habla local que, arropado por el canto de los pájaros y el rumor del agua, dotaba de una cualidad casi mágica a las palabras de la mujer.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Por todo el contorno crecían macizos de coloridas flores y otras olorosas plantas que no Tudorache no supo identificar. Lorena se sentó en un sillar de piedra y sacó las viandas. Un paño con cuadros blancos y azules las envolvía. Otra piedra descartada la sirvió de mesa.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Aquí es donde recolecto la mayoría de ingredientes para mis medicinas—le explicó mientras daban cuenta de la comida—. El manantial que surge de esas rocas azules ahí delante también tiene fama de salutífero.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Que conveniente que crezcan todas en un mismo lugar —antes de dar un mordisco a un huevo duro comentó él.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—No es ninguna casualidad —después de tragar un trozo de queso le contestó—. La abuela de mi abuela sirvió a la señora del castillo. Ella plantó este jardín e instruyó a mi antepasada en el uso de toda clase de hierbas útiles y beneficiosas.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tras decir eso, sacudió las migas de su falda y abrió el pequeño estuche de cuero. De él extrajo un libro de cubiertas gastadas. Debió ser hermoso. Entre los largos dedos de la sanadora se veían los restos del pan de oro que un día lo adornó. Tudorache sintió que el corazón le daba un vuelco mientras ella pasaba las hojas de amarillento pergamino. Cada página contaba con una detallada ilustración de una planta medicinal y un texto escrito con primorosa caligrafía.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Sabes leer el celebtath? —se maravilló el paladín.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Lo justo para comprender las recetas y sus propiedades. La señora se lo entregó a la abuela de mi abuela y desde entonces ha ido pasando de madre a hija dentro de la familia.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Ella se lo tendió. Un gesto de confianza al que correspondió con gentileza. Viéndolo de cerca pudo apreciar la cruz de Nova, la diosa de la vida, que lucía en la portada. Lo ojeó con curiosidad, en sus batallas había tenido la oportunidad de tomar varias de las pociones allí descritas, lo mismo de curación, que de potenciación.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Pero yo no tengo a quien llegar mis conocimientos —se lamentó abrazándose las rodillas.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Todavía estáis a tiempo —la quiso consolar.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">La mujer se rio con esa risa amarga que ya la había escuchado antes y negó posando la mejilla en las rodillas para mirarle de lado.</span></span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">—No lo creo posible —jugueteó con la larga trenza—. Soy la Porquera. Camino sola por el bosque. Tengo contacto con enfermos y moribundos. No le temo ni a la soledad ni a la sangre. Soy peligrosa y los hombres me rehúyen… —recitó con la voz preñada a partes iguales de orgullo, tristeza y desafío.</span></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—No entiendo —dijo él entre dientes, reprimiendo el impulso de abrazarla. Aquella mujer se le estaba metiendo bajo la piel.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Así cantan las niñas de la comarca jugando a la comba.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Los niños pueden ser crueles —admitió él.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Los niños son como el arrendajo —entrecerró los ojos y se mordió el labio—. Repiten lo que oyen e imitan lo que ven.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Ahí estaba de nuevo aquel gesto pensativo. Aquella mirada calculadora, propia de quién ha sido herido en lo más hondo. Terminaron de comer en silencio y se repartieron las tareas. El paladín atendió a ambas monturas mientras ella recolectaba sus preciadas hierbas. A media tarde lo tenían todo dispuesto. Estaban a tiempo de regresar antes del anochecer. La jornada había sido seca y calurosa. Kazelrus seguía sin amainar. Podía seguir soplando toda la semana y no le sorprendería a nadie. En algún momento de la tarde Lorena había deshecho su larga coleta. El cabello negro y ondulado bailaba al racheado son del viento del delirio.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Antes de irnos me gustaría echar un último vistazo a las ruinas de la torre y elevar una plegaria por los valientes que en ella lucharon —dijo el paladín.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Me parece correcto —se encogió de hombros sin darle importancia.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tomando de las riendas a sus monturas se acercaron al lienzo con forma de herradura que resistía al paso del tiempo y al uso como cantera que le habían dado los habitantes de la comarca. Él caminó hasta lo que debió ser el mismo centro de la torre. Lorena en cambio se abstuvo de seguirlo. Cruzando los brazos y posando ambas palmas sobre el pecho, Tudorache estableció un canal con el plano divino. En efecto, aquel lugar había sido el escenario de una gran violencia, pero no había espíritus inquietos atrapados en él. Sus defensores habían abrazado su destino sin remordimientos. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Sin embargo, ya se disponía el paladín a abandonar el lugar, cuando una piedra redondeada le llamó la atención. Se agachó para recogerla y su tacto le reveló su auténtica naturaleza: era un hueso. Al darse cuenta del descubrimiento de su compañero, Lorena se acercó.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Esos restos son más recientes.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Cómo de recientes?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Es lo que queda de la piara de mi padre.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Enfermaron y los sacrificasteis aquí? —había enojo en su voz. Aquello era una falta de respeto a todo lo que representaba ese lugar.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Te lo he dicho, los animales de mi familia no enfermaron —negó ella en igual tono.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Y entonces? —recogió una costilla del suelo para inspeccionarla.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Alguien del pueblo decidió igualar las cosas —le temblaba la voz de rabia y tristeza por igual—. Condujeron a la piara hasta aquí. Bloquearon la salida y los apedrearon hasta matarlos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Alguien? —Tudorache se aferró a ese punto— ¿Nunca averiguasteis quién fue?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—En el pueblo cerraron filas. Los Porqueros y los Carreteros no somos de los suyos —dijo reprimiendo el viejo dolor y las lágrimas—. Por eso mis hermanos y los hijos de Amelia se marcharon.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Y los alguaciles del rey?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Esos sólo bajan de las Barzas para cobrar los tributos en las ferias.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Pero tú sigues aquí —dijo mirándola a los ojos tristes—, velando por su salud.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Aprendí a hacerme necesaria —contestó desviando la mirada al enrojecido horizonte—. Además, amo esta tierra. Aquí antes fui feliz. Crecí libre recorriendo sus bosques y brañas. Conozco cada bardal. Me he arañado las piernas atravesándolos todos y cada uno de ellos ¿Qué pinto yo atrapada entre muros y callejones con mis hermanos en la capital?</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tudorache asintió en silencio. Acababa de describir sentimientos harto conocidos por el caballero negro. Acostumbrado a la libertad que le proporcionaban sus peregrinajes, sus breves estancias en el Nido, allá en Esgembrer, se le antojaban eternas. Allí se sentía como una fiera enjaulada.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Y tú? —ya no guardaban ninguno de los dos las fórmulas de cortesía— ¿Por qué no te has ido?</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La pregunta no le pilló desprevenido. Él mismo había hecho examen de conciencia al respecto. Pero antes de que contestara, ella se acercó sin dejar de hablar y le puso la mano sobre el pecho. A su contacto se le erizó el vello de la piel.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Veo tu aura. Es brillante y violenta —nunca habían estado tan cerca el uno del otro. Podía oler el sudor de la mujer entremezclado con la fragancia del tomillo, el romero y las otras hierbas que llevaba en el zurrón—. Has sido criado por y para la guerra. La agresividad que corre por tus venas clama por liberarse. Aquí no tienes contra qué descargarla. Tampoco puedes proteger a la gente del pueblo de sí mismos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">—Me he quedado porque de lo contrario no sería mejor que ellos —con la mirada fija en su boca respondió—. Por qué no quiero ser solamente ese hombre violento que me describes.</span></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Entonces, es por orgullo que obras en contra de tu naturaleza —estaba tan cerca que podía sentir su aliento en la cara.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Ceder a nuestros impulsos es un error —protestó.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Todos yerran y nadie los culpa —sus brazos rodeaban ahora su cuello— ¿Por qué tenemos que ser nosotros distintos?</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">Él no contestó. Sus manos estaban en la cintura de la sanadora. Tal vez fuese su primera intención alejarla de sí, pero ya no. Sus labios se encontraron, húmedos y salados. Ella guio las manos de Tudorache bajo su falda. No hubo más pruebas ni debates, sólo un hombre y una mujer poniendo remedio a la soledad.</span></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La laxitud que sobreviene al rapto pasional los encontró desnudos y enredados bajo sus ropas arrugadas. Ella recorrió con sus largos dedos las cicatrices que surcaban el torso del guerrero hasta tropezar con el silbato de marfil que colgaba de su cuello.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Esto no es lo correcto —suspiró él al sentir de nuevo el roce de la cadena plateada.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Tan malo es aceptar nuestros sentimientos? ¿Acaso prohíbe tu orden enamorarse? —le besó el cuello cerrando el puño en torno al reclamo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—No, pero la vida que llevo…</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">—Cámbiala ¿No has recorrido suficientes caminos solitarios?</span></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Hice un juramento.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Deshazlo —se apretó contra él.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—No lo entiendes.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Pues explícamelo.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tudorache cerró los ojos. No quería tener esa conversación. Por un instante volvió a estar en los Marjales. A sentir el viento en su rostro. Los alaridos de los guorzs resonaban con total nitidez en su cabeza. Respiró profundamente. A fuer de justicia debía corresponder la confianza en él depositada. Apartó el ayer y sin explayarse se sinceró con Lorena.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Hace años mi hermano y yo acudimos a la llamada de la orden. Nuestro rey nos necesitaba —parco en palabras la ahorró los detalles propios de bardos—. Hubo una gran batalla. Mi hermano cayó y yo abandoné a mi rey para perseguir a su asesino. En mi ausencia la batalla se ganó, pero el rey murió. Caí en desgracia a ojos del reino y de la orden —juntó su mano sobre el puño de ella—. Pero sobre todo a los míos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Y por eso crees que te mereces una vida de peligros y noches frías?</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tudorache no contestó. Sabía que ella tenía razón. Ya había pagado con creces su error. El Maestre Zacarías se lo repetía cada vez que regresaba al Nido. Lo que le faltaba era perdonarse a sí mismo. Encontrar un motivo, una ilusión, para dejar de atormentarse y volver a vivir. Giró la cabeza para mirarla. Un mechón de pelo cruzaba el rostro agraciado de Lorena, se lo apartó con torpe delicadeza. Tal vez tenía delante esa nueva vida. </span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Pensaré en lo que me has dicho —dijo, y la besó de nuevo.</span></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Entre tanto, unos ojos tibios de animal los observaban desde los matorrales. Una humana emoción los animaba. Eran los celos. Con sigilo, un cuerpo alargado y cubierto de vello rojizo dio la espalda a los amantes. El bosque lo abrazó mientras se alejaba a todo correr. Casi parecía que el zorro de larga cola roja estaba llorando.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhU9ouGh00JUeST0HrnGID2z4R7M1FN34fLDyU1pYuf8NdU2M_d_pN9ci3wJWbM5WMiJwP4C-YZ_nO_K8tT6fCPGhOOHm0Cy2Pur77EpV6s9PQSiMZD58x1uyGO82gGBDGao1i1BTh8zDgBCbHNQDKXXMkXCVG4cI8r-Q4XkCyT2ctjvLUK5INQAhzBnb8/s3072/5462824.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="3072" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhU9ouGh00JUeST0HrnGID2z4R7M1FN34fLDyU1pYuf8NdU2M_d_pN9ci3wJWbM5WMiJwP4C-YZ_nO_K8tT6fCPGhOOHm0Cy2Pur77EpV6s9PQSiMZD58x1uyGO82gGBDGao1i1BTh8zDgBCbHNQDKXXMkXCVG4cI8r-Q4XkCyT2ctjvLUK5INQAhzBnb8/s320/5462824.png" width="320" /></a></span></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Y hasta aquí podemos leer. Por ahora me despido. Os dejo con "El Último de la fila" y su "Sara":</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/7492uLDNewY" width="320" youtube-src-id="7492uLDNewY"></iframe></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Nos leemos.</span></span></p>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-15125361960056989632024-02-01T18:06:00.002+01:002024-02-01T19:41:07.358+01:00(Ital el JDRHM) La Ciudad bajo la Ciudad 2.7: De Cerdos y Hombres.<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> <span> </span></span>Hola a todos un día más.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> </span>Esta semana no está siendo fácil. Mis neuras. Un accidente con la furgoneta. El entierro de una excelente persona y amigo tras una enfermedad galopante... No 2024, no. Esto no es lo que habías prometido.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> </span>Pero bueno, en fin, me aferraré a los que resisten a mi lado y a las cosas que sí puedo hacer. De manera que aquí os traigo una nueva entrega de "El Caballero Negro y el Corazón del Bosque". Sí, Tudorache continúa en Matapuercos. Vale no os había dicho como se llama el pueblo, pero es que nuestro caballero, después de tanto tiempo encadenando peregrinaciones, ya no se molesta en recordar el nombre de las aldeas por las que pasa. Para él son: la de los leñadores, la de los gribzs, la de los carboneros, la del hechicero salvaje, la de las bodegas de vino, la de los desertores, la del túmulo, la del molinero caníbal, la de los pastores, la del draktar verde... si habéis jugado a rol ya sabéis como funciona la memoria selectiva.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> </span>Y sí, si el río Terrible y las Barzas, de Yuso y de Suso, es decir: de Arriba y de Abajo, os suenan de algo... me habéis pillado. Os merecéis una gominola.</span></p><p style="text-align: justify;"><b id="docs-internal-guid-b974f7e5-7fff-66d9-65fe-2b2f2ebd450c" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"></span></b></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMfztJ1sT_fJ28XVVahVRXKfTwbHgiqYml1crh92LRj9Fxfzbejct-mOJKYXy0pRF4QbfzeKSsTVgsz2kxX-yGXywbUfI0GXNeaWWWEOE0-RSII6dguKxhvpIVDDMnm4AuJT177A1VwbdUnbx9rsqtYtPa292cSShAmnq7XJCH21YXoM-E0zqz__1Sh9c/s3072/51298088.png" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3072" data-original-width="3072" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMfztJ1sT_fJ28XVVahVRXKfTwbHgiqYml1crh92LRj9Fxfzbejct-mOJKYXy0pRF4QbfzeKSsTVgsz2kxX-yGXywbUfI0GXNeaWWWEOE0-RSII6dguKxhvpIVDDMnm4AuJT177A1VwbdUnbx9rsqtYtPa292cSShAmnq7XJCH21YXoM-E0zqz__1Sh9c/s320/51298088.png" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: small;">"—Y tú. guaje ¿Qué miras? Ya veo, ya. Te piensas que por andar escoltando a estos mercachifles no soy más que un matón de segunda ¿Verdad? Pues te equivocas. Ven. Acércate si te atreves y deja que te cuente..."</span></td></tr></tbody></table><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Antes de irse de la posada regresó a las cuadras. Mordiscos lo saludó intentando restregar el morro contra él, pero lo contuvo. No quería terminar con la ropa sucia de mocos y babas. En vez de ello, le rascó tras las orejas, como bien sabía que le gustaba. Después comprobó las guardas que protegían sus alforjas. Estaban intactas. Haría falta un ladrón muy temerario, u orgulloso de sus habilidades, para robar a un clérigo guerrero o a un paladín durante sus peregrinajes. Las maldiciones impuestas a quien perturbarse los glifos protectores podían ser tan crueles como impedir que sus heridas cicatrizasen o tan ingeniosas como arruinar sus tiradas de dados. Se las cargó al hombro y regresó a la posada para reclamar la habitación prometida.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Al volver se cruzó con el alcalde Pascual, quien le dedicó un cortés saludo sin entretenerse a más conversación. Una vez en el interior del edificio se reencontró con la jovial posadera, estaba barriendo el serrín sucio para fregar el suelo. Con el viento sur llevándose la humedad del ambiente secaría pronto. A Tudorache le supo mal interrumpirla, pero la buena mujer no se lo tuvo en cuenta. De temperamento locuaz, no paró de hablar mientras lo acompañaba a la que sería su habitación lo que durase su estancia en la localidad.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Gracias a la animada charla de Amelia pudo averiguar que la tal Lorena era la última representante de su familia en la comarca. Por lo visto, sus padres habían vivido muy bien criando cerdos y ovejas. Pero todo aquello se vino abajo con la tristemente famosa peste porcina que asoló la región. Sus hermanos mayores vendieron las tierras que heredaron y marcharon a la capital, donde eran unos prósperos carniceros. Ella en cambio prefirió conservar lo poco que la tocó en suerte y con el tiempo se labró una reputación como experta curandera. Todavía criaba cerdos, una alegre y retozona piara, los cuales, una vez convenientemente engordados, vendía a sus hermanos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Así era ahora la crianza de animales en la comarca: las mujeres los cuidaban y los hombres los sacrificaban. Llegado a este punto, los chispeantes ojillos de la posadera se apagaron, un recuerdo doloroso la asaltó. </span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Un poco como los hijos —con la redonda faz contrita le dijo—. Los llevas en tu vientre, los amamantas y cuando se valen por sí mismos te los arrancan de la vera.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Sorprendido por el cambio de humor, pero respetuoso con su anfitriona, el paladín asintió en silencio. El dolor de madres y viudas era algo que conocía bien. Pero escaso era el consuelo que podía ofrecer.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Ella, animada por su educada conducta, o para justificarse, le contó que su Ramiro la había dado dos hijos y una hija. Todos ellos habían sentido la necesidad de conocer mundo. A sus padres no les pareció mal. Estaban convencidos que más pronto o más tarde volverían para atender el negocio familiar.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Aunque con los últimos problemas no lo pareciese, estaban en la ruta comercial que unía Henarya con Pallanthia. En la localidad se celebraban dos ferias anuales, una a principio de primavera y otra a finales de otoño, durante las cuales se reunían las gentes de la comarca y atraían a mercaderes de paso a las fiestas de la cosecha de Wesmabur. Traían aceite, telas y perfumes del otro lado del mar y regresaban con grano de la meseta y clavos y pucheros de Ragnarloun. Era un viaje peligroso, a expensas del humor de los montañeses del paso de las Barzas y de las inclemencias del tiempo. Su hija, la mayor, fue la primera en marchar, era una muchacha despierta y trabajadora, desposó con uno de dichos mercaderes. No dejaba nunca de visitar a sus padres en cada viaje. Alguna vez, cuando la ruta prometía más peligros de los habituales, allí dejaba a sus ruidosos hijos. El mediano la siguió, juicioso y hábil con las cuentas, aprendió a escribir de los huéspedes de la posada y se había acomodado como contable en la capital. Rara era la ocasión en que volvía al terruño. Sin embargo, era el pequeño el que pesares la causó. Atlético y moreno como su padre. Fascinado por las historias y promesas de los hombres de armas que escoltaban a las caravanas, había emprendido carrera en la flota real. Con su uniforme y su cuidada barba daba gloria verlo. Era la encarnación de la gallardía. Con su arrojo y buena disposición pronto ascendió en el escalafón. Hasta que un día su barco zarpó para no regresar. Tormentas, monstruos, piratas… no se supo más de él.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Seguro que hace años que el mar se lo tragó —se enjugó una lágrima mientras abría las contraventanas de la de la que sería su habitación. Desde ella se contemplaba la plaza del pueblo, con su pozo y su fuente—. Pero una no deja de sentir un vuelco en el pecho cada vez que ve llegar a uno de los soldados de la marina.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Comparto el sentimiento —la quiso consolar.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Y bien cierto que era. A lo largo de los años, muchos eran los camaradas de armas a los que había ayudado a dar sepultura. El recuerdo de su gemelo nunca abandonaba sus plegarias, pero el milagro de los Marjales no se había repetido. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Ella, por su parte, le correspondió con una sonrisa de gratitud, le entregó una llave y se apartó un rizo rebelde de delante de los ojos antes de despedirse y dejarlo solo para que acomodase sus pertenencias.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La habitación en sí era limpia y sencilla. Una cama con su colchón relleno de lana y sus blancas sábanas. Una bacinilla bajo ella. Un robusto armario producto de la sólida artesanía local. Y una mullida alfombra donde pisar con los pies desnudos al despertar.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tudorache posó sus alforjas en la cama para abrir el armario. Colgada del interior de la puerta derecha estaba la llave. Una balda a la altura de los ojos y otra a la de las pantorrillas dividía el espacio disponible. Colocó en la inferior las alforjas y cerró con llave. Tiró de las puertas para comprobar su resistencia y asintió complacido. Juntó ambas llaves en la misma correa de cuero, se la pasó por la cabeza y las metió debajo de la ropa. Allí harían compañía a la cadena de que pendía su silbato de marfil. Y salió al exterior.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El día era soleado. Las pocas y dispersas nubes flotaban en dirección norte impulsadas el cálido viento. Varias mujeres del pueblo tendían la colada al sol. Unos cuantos niños pequeños correteaban detrás de las gallinas mientras gatos ociosos se estiraban al sol. Un par de hombres mayores, sentados a la puerta de sus casas ahuecaban tocones de madera para hacer albarcas. Todos dejaban a un lado sus quehaceres para saludar al extranjero. No entendían porqué no se había ido ya. Algunos lugareños fruncieron el ceño al verlo pasar. Unos pocos se llevaron la diestra al pecho con la palma abierta hacia afuera para espantar al mal de ojo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Él respondió a los saludos con una leve inclinación de cabeza. A sus oídos, el habla local, derivada del antiguo malvanés, sonaba cantarina. Justo al contrario que los cánticos con que amenizaban sus festejos: lentos, graves y guturales; mucho más cercanos a las tonadas de los dancos con quienes decían estar enemistados. En cuanto a las muestras de hostilidad, se limitó a encogerse de hombros y las ignoró.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Aun a buen ritmo, le llevó un rato largo llegar a la casa de la curandera. Mientras que la mayoría de las casas del pueblo se agrupaban en hileras, pegadas la una a la otra, paralelas al camino principal, con su huerto, gallineros y cobertizos en la parte de atrás; unas pocas se desperdigaban rodeadas de campos salpicados de frutales. Éstas contaban con cuadras, algunas reconvertidas en almacenes, con sus pajares en el segundo piso.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La que buscaba era la más alejada del pueblo. Se la habían descrito como una casa de piedra de un solo piso, sin encalar, con la fachada cubierta de abundante hiedra y la cuadra con su pajar integrados en la estructura. Un muro de piedra seca circundaba el terreno de su propiedad y entre los algarrobos y los castaños asomaba un pozo artesiano. Una piara hozaba a la sombra de los árboles. Tras una cerca de madera asomaban matas de alubias y media docena de gallinas picoteaban por las inmediaciones. Aquí y allá se veían pequeños desperfectos, pero en conjunto resultaba agradable a la vista. Al olfato ya no lo era tanto, máxime con el viento sur recociendo las heces de los animales empleadas como abono.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-2nbXi_P3wsyjlBJfgsD6_V9XpZuOwPagZ3z0KJbgI1mvLCz93fZ5shikxr87bJISyBlR0QW1P88bAjw8CUTympcmxpEltS8kwjCDMiIOS9jAlK8N4F_ycFTHHvrXsC1e7YOL2eV9YTWC6Gk8Spilkmpfi6jY8Vln_9e77ixj4qG4IesZlAaYwZqFlwQ/s1024/89291262.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="959" data-original-width="1024" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-2nbXi_P3wsyjlBJfgsD6_V9XpZuOwPagZ3z0KJbgI1mvLCz93fZ5shikxr87bJISyBlR0QW1P88bAjw8CUTympcmxpEltS8kwjCDMiIOS9jAlK8N4F_ycFTHHvrXsC1e7YOL2eV9YTWC6Gk8Spilkmpfi6jY8Vln_9e77ixj4qG4IesZlAaYwZqFlwQ/s320/89291262.png" width="320" /></span></a></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span><b style="font-weight: normal;"></b></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="text-indent: 36pt; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Estaba llegando a la altura de la portilla, amplia de manera que un carro pudiera cruzarla holgadamente, cuando la dueña de la hacienda salió de la cuadra con una canasta de huevos en brazos. Un gato negro con manchas blancas la perseguía, cariñoso buscaba restregar el lomo contra las piernas de la mujer, para ello ronroneaba y estiraba cuanto podía las patas. No lo tenía fácil, pues ella andaba sobre el peculiar calzado de madera típico de la comarca. Era una mujer alta y esbelta, la piel tostada por el largo tiempo invertido en las tareas del campo y el cabello moreno, largo y ondulado. Estaba sacando los pies calzados con alpargatas de esparto de las albarcas, cuando se dio cuenta de que la observaban. Frunció el ceño y devolvió el escrutinio sin amilanarse. De rostro ovalado, frente despejada y boca sugerente, en su juventud debió ser hermosa y, aunque las fatigas de la vida se habían cobrado su tributo, sus ojos castaños conservaban una mirada limpia y honesta. </span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Saludos! —levantando la mano derecha dijo el caballero— ¡Busco a Lorena, la sanadora! —había un algo en aquella mujer que lo dejó con el espíritu agitado.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Entonces podéis dejar de buscar! —contestó ella en lo que posaba la canasta de huevos sobre el alféizar de una ventana— ¡Ésa soy yo!</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><b style="font-weight: normal;"></b></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><b style="font-weight: normal;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div></b><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Cruzada de brazos sobre el pecho, estaba a la defensiva. Un delantal blanco protegía de la suciedad el sencillo vestido pardo que llevaba debajo. Y sin embargo el paladín percibía una suerte de aura difusa en torno a ella.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡En ese caso, permitd que me presente! —retomó él la palabra— ¡Soy un caballero penitente de la Orden de Tormo y he venido a solicitar vuestros servicios!</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Al oír eso, la mujer pareció relajar su postura y se acercó a la portilla. A medio camino se lo pensó mejor, se llevó la mano a la boca y emitió un fuerte silbido que sonó como un reclamo. A Tudorache la boca se le quedó seca al instante. Había poder en aquel sonido. El efecto en los cerdos de la hacienda fue inmediato. Todos a una levantaron los hocicos del suelo y acudieron en tropel igual que perros bien entrenados.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—He oído hablar de vos —se acercó a la portilla escoltada por docena larga de puercos—. Pero a vos ¿Quién os ha hablado de mí?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Amelia, la posadera.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—La Carretera, pues. No es mala mujer. Os creía en el bosque, cazando monstruos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Allí estuve, sí —tragando saliva contestó él—. Pero no encontré esos monstruos de los que tanto me habían hablado.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">No entendió a qué venía eso de «la Carretera». Pero a aquella mujer pareció gustarle su respuesta, pues la expresión de su rostro se dulcificó. Una sonrisa teñida de pesar afloró a esos ojos que lo examinaban. Luego, levantando la barbilla preguntó:</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Entonces para qué buscáis una curandera? También veo que gozáis de excelente salud.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—No es para mí, sino para los aldeanos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Los aldeanos? —abrió ella los expresivos ojos con alarma— ¿Qué ha ocurrido?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Todavía nada —la tranquilizó él, le sabía mal preocuparla, empezaba a sentir que aquella mujer sí que merecía sus desvelos—. Pero pese a mis consejos han decidido reemprender la actividad en las serrerías y pronto os necesitarán.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—De manera que el escándalo de ayer era por eso —no era una pregunta—. Ya he atendido sus huesos rotos más de una vez —le quiso quitar hierro al asunto, aunque un leve temblor en la voz traicionó su intento.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Esta vez será peor. Necesitarán vuestras hierbas y emplastos. Yo puedo ayudar, pero —se miró las manos, ásperas y endurecidas por el ejercicio de las armas—... no soy un clérigo. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Entonces tendré que reponer existencias —meneó ella la cabeza, mientras acariciaba con descuido a los obedientes marranos—. Con todo lo que ha pasado he preferido mantenerme lejos del bosque.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Los gastos van por mi cuenta —la malinterpretó él.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Qué? —exclamó ella con una sonrisa torcida— ¡Que pague el avaricioso del alcalde! ¡Habrase visto!</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Los cerdos reaccionaron al exabrupto de su ama gruñendo y revolviéndose inquietos. Uno de ellos incluso se apoyó en la portilla con gran escándalo e intentó saltarla. Lo que provocó que Tudorache retrocediese dos pasos a la defensiva.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Su! ¡Su! —le ordenó Lorena, señalando al suelo hasta que el grueso lechón obedeció.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Estamos de acuerdo, entonces? —quiso dejar el tema zanjado.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Primero tengo que acaldar a los animales y buscar quien me los cuide. O si no, ahí donde los ves ahora, retozando en amor y compañía, antes que pasar hambre, se devorarán entre ellos.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En ese momento el paladín no prestó atención a ese último comentario. El Kazelrus no dejaba de atosigar a la comarca y aquella mujer no se parecía en nada a la idea preconcebida que tenía de las solitarias curanderas rurales.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Y yo he de preparar el establo de la posada para acomodar los heridos que nos traigan —replicó distraído.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿El establo de la posada? —se puso sería ella mordiéndose el labio inferior— ¿Esperáis una guerra?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Es mi obligación desear lo mejor y prepararme para lo peor —le quitó hierro, no tenía nada que ganar inquietándola de más.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Pasado mañana me podréis acompañar al bosque, o será muy tarde? —insistió ella en sus temores.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Me parece bien. No espero que pase nada tan pronto —la tranquilizó.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En esas quedaron. Al paladín le había parecido una charla interesante. No le cabía duda de que la tal Lorena poseía el don. Tal vez en otras circunstancias hubiera podido hacer carrera al servicio del Libro. Pero allí, lejos de otros como ella, su gracia había pasado desapercibida. Tudorache no sabía qué hacer al respecto. Ignoraba si la mujer era consciente de su capacidad para tocar lo divino, siquiera fuese con la punta de los dedos. Y después de lo oído al tal Conrado, también dudaba que la hiciese bien a ojos de sus convecinos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Así, entre paseos y embajadas se le pasó la mañana. Cuando regresó a la posada, lo primero que hizo fue atender a Mordiscos. El brioso corcel estaba agitado. Había coceado y volcado el pesebre, derramando agua y comida. Criado para la batalla, desconocía el lugar y la gente. El seco viento sur tampoco ayudaba. El caballero limpió el desaguisado con paciencia, recolocó el macizo pesebre de madera en su sitio, alimentó a su fogosa montura, y una vez se aseó con agua fresca, entró a la posada para comer.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> Y hasta aquí podemos leer. Espero regresar pronto con más. Os dejo con Duncan Dhu y su "En algún lugar":</span></span></p><p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/W_HHn83JL4w" width="320" youtube-src-id="W_HHn83JL4w"></iframe></span></div><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> Cuidaros. Nos leemos.</span><br /></span><br /><br /></p>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-62986736086039385302024-01-22T17:09:00.003+01:002024-01-22T17:09:19.296+01:00(Ital el JDRHM) La Ciudad bajo la Ciudad 2.6: Una Tierra sin Dioses.<p style="text-align: justify;"> <span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;"> </span><span style="font-family: verdana;">Hola a todos.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> </span>Aquí estoy de vuelta con una nueva entrega de las fatigas de nuestro amigo Tudorache por tierras henaryas. Y ya de paso aprovecho y le pongo cara con una de esas aplicaciones de IA. Los resultados no son perfectos, pero así adorno las publicaciones en las RRSS.</span></p><p><b id="docs-internal-guid-11f269a7-7fff-6965-f97c-d84796128a62" style="font-weight: normal;"></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b id="docs-internal-guid-11f269a7-7fff-6965-f97c-d84796128a62" style="font-weight: normal;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjl83tv8TDy1whCj6_NH6jBsxDSLjYUoICfGOv6VJUOXkwGsg0Ezlfy3JHYH06bRq-DqWSgxMIodYqP7UsRDVy7YZ24oPRmlbg2NZe6Rh-f46uymNwj2fKX4lm2M2bk0e8-3nC3pdFoAlNsVSugCzyQA6JvmqI3uAAy8SPzgQOopzAibobX_Bhra97Ku3I/s3072/44639100.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2997" data-original-width="3072" height="312" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjl83tv8TDy1whCj6_NH6jBsxDSLjYUoICfGOv6VJUOXkwGsg0Ezlfy3JHYH06bRq-DqWSgxMIodYqP7UsRDVy7YZ24oPRmlbg2NZe6Rh-f46uymNwj2fKX4lm2M2bk0e8-3nC3pdFoAlNsVSugCzyQA6JvmqI3uAAy8SPzgQOopzAibobX_Bhra97Ku3I/s320/44639100.png" width="320" /></a></b></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Una vez que tanto el espléndido carruaje, como el grueso de los leñadores se perdieron de la vista, Tudorache el Descarriado se permitió al fin una comida caliente en la posada. Tenía mucho de qué hablar con sus dueños y con el alcalde del lugar. Ya que no había logrado que los aldeanos dejaran en su empeño, estaba decidido a minimizar los daños.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Al entrar en la posada le sorprendió encontrar allí al manco con un cubilete de aguardiente en la mano sana. Por el tono sonrosado de sus mejillas, o era muy mal bebedor, o se había bebido de buena mañana el todo el contenido de la botella que tenía ante sí. A su lado, mucho más sereno estaba el alcalde con su grueso fajín azul y verde anudado a la cintura. La nota discordante en el ambiente la ponía el enjuto posadero, de rostro alargado y patillas entrecanas, que con parsimonia se secaba las manos nudosas en un paño gastado mientras decía:</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Conrado, pienso que ya has bebido más que suficiente por hoy.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Menudo comerciante estás hecho! —ronco de forzar la voz la víspera se mofó el manco— ¡Negar la mercancía al cliente sediento!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Rotando los ojos cansados como única respuesta a las risas de ambos, el hombre estiró el brazo fibroso para alcanzar otra botella de licor, abrirla con un sonoro «pop» y dejarla a su alcance.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Hambriento, el esgembrés se sentó en una mesa apartada. Al poco se acercó solícita lal posadera, una mujer madura de facciones redondas y amables. Un pañuelo blanco, a juego con el delantal, le recogía los rizos morenos y rebeldes. Enseguida tuvo el caballero ante sí una humeante escudilla con gachas de avena y tocino. Era fácil adivinar de qué cocina habían salido las viandas del festejo. Estaba rebañando los restos con pan de una gruesa hogaza, cuando con la precisión de un reloj enano llegó un tazón de leche cremosa todavía caliente.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Entre tanto, el notable, visiblemente perjudicado por la ingesta alcohólica, no había perdido ocasión de mostrar su hostilidad al paladín. Éste por su parte no respondía a sus provocaciones. Para él apenas suponían un leve fastidio. En el fondo era lástima lo que sentía hacia él tal Conrado. En él no veía otra cosa que a un hombre desbordado por eventos fuera de control. Alguien necesitado de un culpable en el que volcar su agresividad para apartar a un lado el miedo a que su mundo se venga abajo. No, no sería contra un individuo semejante contra quien blandiese el martillo de su hermano. Tal cosa sería mancillar su memoria. De manera que lo ignoró y sin perder la compostura entabló conversación con la posadera:</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Excelente almuerzo, justo lo que más echo de menos en el camino: un buen plato caliente.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Adulador! —protestó ella sonriendo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Para nada, para nada —se disculpó él—. Pero hay algo que me gustaría saber.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿El qué? —contestó, se la veía intrigada.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—En ésta y otras peregrinaciones me ha llamado la atención la escasez de templos o monasterios en la región…</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Esta es una tierra sin dioses! —vociferó pese a la ronquera Conrado, para luego atragantarse el sólo y toser.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Entonces —continuó el paladín—. ¿No contáis con sanadores en la comarca?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Sanadores! —volvió el borrachín a la carga en cuanto recuperó el resuello— ¡Esclavizadores los de la Espada y explotadores los del Libro! ¡Esos son los dos tipos de sacerdotes que hemos conocido! —y tras escupir en el serrín del suelo añadió con fiereza— ¡A los unos los expulsamos con acero y sangre! ¡Y los otros nos abandonaron en cuanto vieron la sombra de Magalatoz!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Aquello no era del todo cierto, pero tampoco había ganancia en contradecirlo, así que Tudorache insistió:</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Y mujeres sabias? Comadronas, parteras, herboristas… —las enumeró.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Por supuesto que sí —se rio la posadera—. De esas tenemos una en cada familia. No nos queda otra.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Y ese repentino interés —intervino el alcalde apurando el licor de un trago y posando su cubilete con suavidad sobre la barra—. ¿A qué viene? ¿Hay algo que nos quiera decir el señor caballero? Hágalo pues y le escucharemos.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">Lo miraba con los ojos cansados de quien esperaba recibir malas noticias. Pero no había ni hostilidad ni suspicacia en su voz. Simplemente daba muestras de adivinar el motivo por el que el paladín seguía en el pueblo y le daba pie a que lo dijese a las claras. Tudorache el Negro le agradeció la gentileza con un asentimiento y satisfizo su demanda.</span></span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Pienso que pronto les harán falta. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Pronto? ¿Cómo de pronto? —aceptó sin más su aseveración.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El caballero penitente se tomó su tiempo antes de contestar. Al menos una jornada para llegar a su lugar de trabajo, otra para preparar las serrerías, lo que tardasen en dañar los árboles del otro lado del arroyo… caviló pesaroso mientras cuatro pares de ojos lo miraban fijamente. Incluso Conrado guardó silencio, la mueca burlona reemplazada por un serio semblante.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Cinco o seis días —dejó que la idea calara—. Si en seis días no pasa nada, aceptaré que estoy equivocado y el séptimo seguiré mi camino. Hasta entonces ayudaré a limpiar las cuadras de la posada y prepararlas para acoger a los heridos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Las cuadras? —arqueó una ceja con desaprobación el posadero, que hasta entonces no había mostrado interés por la conversación.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Si es necesario, yo mismo pagaré la renta por su uso durante estos seis días, además de una habitación—lo tranquilizó el paladín.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Es su dinero —se encogió de hombros, aunque se le veía complacido por la idea.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Entonces tal vez convendría avisar a Lorena —propuso la posadera.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—No me jodas, Amelia —resopló Conrado antes de darse la vuelta y salir del local con la manga vacía del brazo izquierdo colgando lacia.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Hemos tocado una fibra sensible —comentó sorprendido el esgembrés.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Sí, sí que lo hemos hecho —apostilló levemente divertido el alcalde.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Y la tal Lorena es…?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Una mujer sabía, de esas que mencionó usted antes —sin ocultar una sonrisa maliciosa siguió la broma mientras se recolocaba la faja verde y azul.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—No seas así, Pascual —lo amonestó la posadera—. Lorena es la que más sabe de hierbas y emplastos en la comarca.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Pero no supo curar el brazo a Conrado…</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Sí que supo! —lo contradijo ella— ¡Fue él quien se negó a descansar!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Era evidente que había topado con una de esas historias locales con la capacidad de levantar pasiones y dividir a los lugareños en bandos irreconciliables. No obstante, en cuestión de días iba a necesitar toda la ayuda posible, así que pidió que le indicasen el camino al domicilio de la curandera y los dejó discutiendo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Y hasta aquí llega la entrada de hoy. En su momento me pareció una historia sencilla de contar, hasta que empecé a ver huecos que me pedían rellenarlos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">En fin os dejo con los Nightwish y su "The Crow, the Owl and the Dove".</span></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;"><br /></span></span><span style="background-color: transparent; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; text-align: center; text-decoration-line: none; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/Upt8_tPYIl0" width="320" youtube-src-id="Upt8_tPYIl0"></iframe></span></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="color: black; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; text-decoration-line: none; white-space: pre-wrap;"> </span><span style="white-space-collapse: preserve;"> </span></span><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">Elegid sabiamente.</span><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span>Nos leemos.</span></span></span></p>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-46440168255745249452024-01-15T15:44:00.005+01:002024-01-15T17:52:20.208+01:00(Ital el JDRHM) La Ciudad bajo la Ciudad 2.5: Un Mero Agente del Cambio.<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> </span>Hola a todos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> </span>Hoy retomamos las andanzas de nuestro caballero y sus desencuentros con las autoridades con mando en plaza. Ya me contaréis que os parece.</span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiszzuN0Oo32bLSmGme6SZQ_G90IrD3B3f2b9VPEjiD-ay8dhs0h8k3QP6s23fQEkvUAj9zfnqPVjl_EutzgJ8GWbllfWrVUM2MYIpe6ObtK0lubGJkJDODNtkyGpVpdB3-y-KK9dV7nHZuApR7Fe-yJaLZgWbFWwq6tsxTUZHfZLeFXyr3H4JrSOHQZt0/s279/yzxogfnx.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="279" data-original-width="279" height="279" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiszzuN0Oo32bLSmGme6SZQ_G90IrD3B3f2b9VPEjiD-ay8dhs0h8k3QP6s23fQEkvUAj9zfnqPVjl_EutzgJ8GWbllfWrVUM2MYIpe6ObtK0lubGJkJDODNtkyGpVpdB3-y-KK9dV7nHZuApR7Fe-yJaLZgWbFWwq6tsxTUZHfZLeFXyr3H4JrSOHQZt0/s1600/yzxogfnx.png" width="279" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">"Frustrada su buena intención, Tudorache el Descarriado dio la espalda a la música y los festejos. Mal perdedor, sentía bullir la rabia y el resquemor bajo su pecho. Crispado, apretaba los puños hasta blanquear los nudillos. Por ganas habría empuñado su martillo y aplastado la cara sonriente del tal Dundenis. Pero, consciente de que sus peores decisiones las había tomado en semejante estado de ánimo, el caballero negro volvió directo a los establos. La jornada había demostrado ser ardua y exigente. Necesitaba descansar y sosegar su espíritu alterado.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Entró en la cuadra a oscuras. Mordiscos piafó al reconocerlo. Él se acercó a acariciar el cuello de su montura, cuando oyó movimiento en un rincón. Giró la cabeza y allí estaban un par de ojos brillantes mirándolo fijamente. Antes de que reaccionase, se volvieron y una figura furtiva de larga cola abandonó el lugar.</span></span></p><p><b id="docs-internal-guid-78018a2e-7fff-736a-29fb-9b11164b548a" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Parece que he espantado a tu amigo —susurró a su caballo, que relinchó complacido por la atención recibida.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Dicho ésto, desenterró sus alforjas, sacó un par de gastadas mantas de viaje y se acostó sobre un montón de paja limpia. Pese al cansancio, el sueño le fue esquivo. El licor y el mal genio aunaron fuerzas en su contra. Y cuando logró conciliarlo, perturbadoras imágenes del mausoleo familiar, allá en Esgembrer, que se entremezclaban con la espesura del bosque henaryo, lo asediaron. Por entre las blancas lápidas caminaba con la cabeza cortada del asesino de su hermano en la mano derecha, mientras un pequeño zorro lo vigilaba de lejos. Con dolor y arrepentimiento ofrecía el macabro trofeo a las tumbas de sus padres y su gemelo.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—He cumplido mi juramento… —estaba diciendo cuando lo interrumpían en tono acusador </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Has cumplido, dices? —era su hermana quien lo increpaba con despecho— ¡Más nos habría valido que hubieras muerto en los Marjales!</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pero al volverse sólo alcanzaba a ver al extraño zorro que se alejaba, dejándolo en compañía de la sonriente cabeza del cacique guorz, con su mueca macabra y los ojos fijos de muerto, posada sobre un tocón de roble, que se burlaba de él…</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Como tantas otras veces, se despertó de la pesadilla recurrente en medio de un grito de protesta. El corazón palpitando como un tambor y la sangre agolpándose en las sienes, ensordeciéndole. Afuera faltaba poco para amanecer. El viento sur soplaba con fuerza y la temperatura era agradable.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">«Es el Kazelrus, el viento del delirio, el que rige hoy los sueños de los hombres.» Pensó mientras se obligaba a apartar de su espíritu las turbulentas emociones que lo atenazaban y abandonaba el humilde lecho que se había procurado.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Para distraerse, limpió la paja sucia y cambió el agua a Mordiscos. A su alrededor, la aldea iba recobrando la actividad. Las chimeneas empezaban a humear y los pucheros no tardarían en borbotear. Quienes tenían animales, pocos o muchos, no los podían desatender. Los entusiastas ladridos de los perros saludaban a sus amos y despertaban a los demás vecinos. En la posada se veían luces incluso en las habitaciones. Pronto estarían dispuestas las mesas del desayuno. Y dado los viajeros de postín que albergaba, no cabía duda que el posadero y su familia darían lo mejor de sí para complacerlos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Con el humor torcido, el paladín desechó la idea de compartir el almuerzo con el relamido Dundenis y su séquito. Así que se acercó al pozo, se desnudó de cintura para arriba y se limpió de polvo y paja con el agua fresca. El torso musculado y cubierto de cicatrices no pasó desapercibido para los aldeanos que empezaban a atender sus labores y a las cuadrillas de leñadores que iban reuniéndose.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">No todos conservaban la confianza y el entusiasmo de la víspera. El viento sur soplaba con fuerza y el firmamento amanecía cubierto de nubes oscuras del color de la sangre. Al cabo de un rato se les unieron los potentados del lugar, primero, para cerciorarse de que ninguno de sus trabajadores se echaba para atrás, y el noble y sus soldados, después, para reafirmarse en su apoyo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Capataces y soldados montaron a caballo, mientras que un puñado de trabajadores arreaban mulas cargadas con las herramientas necesarias para restaurar las serrerías. Cada leñador llevaba al hombro un zurrón con comida para la jornada. Si todo iba bien, esas mismas mulas recorrerían la orilla del arroyo arrastrando primero los troncos hasta las serrerías y luego las balsas cargadas con los tablones hasta el cauce del Terrible, como allí denominaban al mismo río que los pallanthios decían Trueno, donde apilarían su carga hasta que justificase la contratación de una barcaza que la llevase a su destino final. Las alforjas de los soldados lucían también abultadas. Unas extrañas botellas de arcilla, atadas entre sí de cuatro en cuatro, asomaban por ellas. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tudorache estaba preguntándose qué contendrían, cuando el cortesano de modales empalagosos se despidió del alcalde y del notable local que parecía ser su mayor apoyo en el poblado, un cuarentón manco que lo había secundado con entusiasmo la víspera, y caminó hacia él.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Veo que después de empujarlos al abismo os apresuráis a abandonarlos —le espetó el paladín sin ni siquiera saludarlo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—No es así como ellos lo ven —sonriendo con suficiencia le contestó sin darle importancia.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Da igual que envíes cuatro manos de soldados que cuarenta —insistió recurriendo a las últimas briznas de su paciencia—. No bastarán frente a lo que les aguarda.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Ya lo sé —le susurró al oído sin perder la sonrisa.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡¿Cómo?! —retrocedió escandalizado.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—No importa lo que ocurra hoy —sin perder la compostura prosiguió Dundenis—. Mañana serán sus hijos los que verán a lo que mora en el bosque cómo una amenaza. Y si no son ellos los que conviertan estas tierras en una pradera y campos de cultivo, serán sus hijos, o los hijos de sus hijos…</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El esforzado caballero lo miró horrorizado. No sólo porque albergase semejante propósito y lo expresara con tamaña naturalidad, sino porque lo decía cómo si fuese a estar allí presente para verlo.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Sois un villano —escupió conteniendo a duras penas la ira que se agitaba en su pecho—. Vuestro lugar no está entre esta gente honrada.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—En absoluto —contestó divertido por la reacción del paladín—. No soy más que un mero agente del cambio. Sois vos y la entidad que protege al bosque los anacronismos que no pintan nada aquí.</span></span></p><p><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Y con una cortés reverencia se despidió de él para subirse a su lujoso carruaje, ahora custodiado tan solo por el más corpulento de sus guardaespaldas. Se sabía a salvo de toda posible agresión por parte del iracundo caballero. Conocía bien a los de su clase. Rectos y rígidos como barras de hierro, cuando debían afrontar las múltiples tonalidades de gris en que se movían el común de los mortales no les quedaba otra que apretar los dientes o explotar. Y no le cabía duda de que el ejemplar al que daba la espalda ya había experimentado las consecuencias de eso último.</span></span></p><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El paladín, por su parte, reprimió el impulso de agarrar al desalmado por su costosa ropa y borrarle de un puñetazo la condescendiente sonrisa de la cara. No le convenía indisponerse aún más con los lugareños. De manera que lo dejó ir para no empeorar su posición. En ese momento decidió permanecer unos días más en la localidad. Estaba seguro de que los aldeanos iban a necesitar su ayuda antes de lo que imaginaban."</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Y hasta aquí llega la entrada de hoy. Pronto continuará. Ahora os dejo con "The times they are a changin" de Bob Dylan.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/90WD_ats6eE" width="320" youtube-src-id="90WD_ats6eE"></iframe></span></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Nos leemos.</span></span></p><div><span face="Arial,sans-serif" style="background-color: transparent; color: black; font-size: 11pt; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre;"><br /></span></div>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-57245112641900074352024-01-08T06:58:00.005+01:002024-01-10T14:19:39.162+01:00(Píldoras Literarias) 1.177 a.C. El año en que la civilización se derrumbó.<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Hola a todos un día más.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Hoy comparto con vosotros mis impresiones sobre la monografía sobre el colapso de las sociedades de la edad del Bronce final "1.177 a.C. El año en que la civilización se derrumbó".</span></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWbJN1XfJkIp7BmSFDIxWB74as2kk4nNE4P7hhzFvRPO9uAbFlBq29X5swycAO2AY2WnzgaKju-7yY8b5W980EQIQEq0DxI3Q6G-oSjzFpqZpoak36H9KgerbcD8St3fbsRKkw8-TWKngXDZ4gntnicRadZI9x-v9a0fyb-dxVy4PlE9CQ0cS7MA1gLTI/s4160/IMG20240103140507_01.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="4160" data-original-width="3120" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWbJN1XfJkIp7BmSFDIxWB74as2kk4nNE4P7hhzFvRPO9uAbFlBq29X5swycAO2AY2WnzgaKju-7yY8b5W980EQIQEq0DxI3Q6G-oSjzFpqZpoak36H9KgerbcD8St3fbsRKkw8-TWKngXDZ4gntnicRadZI9x-v9a0fyb-dxVy4PlE9CQ0cS7MA1gLTI/s320/IMG20240103140507_01.jpg" width="240" /></span></a></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Los que me leéis a menudo ya sabéis que siento especial predilección por las denominadas “eras oscuras”: las primeras invasiones, las segundas invasiones… y la madre de todas ellas: la crisis del 1.200 a. C. De manera que no os sorprenderá descubrir que haya leído este libro, que no es literatura, sino Historia con mayúsculas.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Historia de la de antes, apoyada en registros arqueológicos de todo tipo: urbanos, funerarios y submarinos, en fuentes epigráficas y monumentales y en la correspondencia diplomática y los archivos comerciales. Todo materiales medidos, registrados y comprobables. En base a los cuales, el autor con prolija meticulosidad y paciencia didáctica nos va desgranando región por región las pruebas del esplendor e interconexión de las culturas del Mediterráneo oriental desde su apogeo en el 1.450 a. C. hasta su derrumbe en torno al 1.200 a. C.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>En su presentación de los hechos, con una exactitud forense, el autor hace especial hincapié en los aspectos políticos y comerciales. Los episodios bélicos sobrevuelan la narración, es inevitable, pero son las pruebas físicas y sus consecuencias las que importan al autor, no sus motivaciones o las mentalidades que pretenden justificarlos.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>No encontraréis en esta monografía el enfoque propio del estudio antropológico o cultural. Cada vez que se menciona las conflictivas relaciones entre hititas y micénicos, con una petición de bloqueo de sus importaciones de mineral incluidas, la sombra de Troya sobrevuela el escenario. Lo mismo que cuando el foco de atención pasa a Canaan ecos bíblicos resuenan en la mente del lector. Pero el autor resiste todos estos cantos de sirena y se centra en las evidencias materiales de que dispone. Incluso cuando presenta las teorías con las que se ha intentado explicar el colapso global de toda la región nos advierte de que cada época ha abordado este objeto de estudio desde las inquietudes propias de su momento histórico. Dejando al criterio del lector seguir sus propias intuiciones.</span></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Y a mí, como tejedor de historias, me parece maravilloso que haga así. Ante mí se desplegaba toda una pizarra de posibles escenarios, de acciones y consecuencias. Cada vez que se mencionaba la correspondencia: “son tus barcos los que atacan a los míos”; mi cabeza volaba. La línea que separa al corso del pirata, o al mercenario del bandido, es tan fina…</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Además, tal vez, sólo tal vez, los estudiosos que han dedicado sus esfuerzos a desentrañar lo ocurrido tengan todos razón y estén todos equivocados. Me explico, tal vez estén cada uno en lo cierto para el caso concreto del yacimiento y el área de influencia de la cultura que trabajaron, y el error consista en querer extrapolar dichos resultados para un escenario global.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Es una idea que me asalta cada vez que el autor comenta que unas civilizaciones resistieron, mientras que otras no, y menciona el caso de Ugarit. Dicho reino, sito en Siria, parece ser que fungió de nexo comercial entre todos los demás, prosperó como ninguno y desapareció para siempre… Mi interpretación es que en un contexto de paz y expansión económica se especializó (igual que después hicieron otros enclaves como Samarcanda o Petra) y cuando la </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-style: italic; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">pax </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">se quebró, la demanda de las élites ya no fue suficiente para mantener toda la infraestructura palaciega estatal consagrada a dicho fin, que se mantuvo hasta su violenta destrucción para no reconstruirse. ¿Y por qué se abandonó tras aquello, así sin más? Mi suposición es que la mayoría de la población consideró que sus esfuerzos no se verían recompensados. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Pero esto se queda en conjeturas, no hay pruebas palpables. Lo que sí tenemos en Amarna, donde a los restos de los lujos de las élites encontrados y sus registros oficiales se contraponen las pruebas de desnutrición entre los restos funerarios de gran parte de la población. O la huida de los ámbitos urbanos acaecida en el Bajo Imperio Romano en tiempos de las medidas de Diocleciano. Aquellas que obligaban a los hijos a heredar los cargos y oficios de sus padres pese a que ya no eran rentables. Algo que nos resulta familiar tras el movido inicio de este siglo XXI nuestro: que sí crisis, que sí contracción económica, que sí gran renuncia, que si renuncia silenciosa, que sí contracción económica, que si socializar pérdidas y privatizar ganancias… las inquietudes particulares de cada época de las que, con buen criterio, nos advertía el autor, supongo.</span></span></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQyaHW1ult6zuinPhXBETEoUL-Duo4T8X_oi-d1dbTnrgvBQHaXL4FNLznomvc6CBsHl7dNcNjFEHDJntebLpFLdnwR-fE69sb14Bt1eItdpsArHEl2LtCktKO7QnADWVkU_1fqhuINY7IePCusJ1OFI9y2dEaTh2wI4M3e0SK6gNciOz_eREK1bJW_tc/s4160/IMG20240106171937.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="3120" data-original-width="4160" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQyaHW1ult6zuinPhXBETEoUL-Duo4T8X_oi-d1dbTnrgvBQHaXL4FNLznomvc6CBsHl7dNcNjFEHDJntebLpFLdnwR-fE69sb14Bt1eItdpsArHEl2LtCktKO7QnADWVkU_1fqhuINY7IePCusJ1OFI9y2dEaTh2wI4M3e0SK6gNciOz_eREK1bJW_tc/s320/IMG20240106171937.jpg" width="320" /></span></a></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Otro punto a considerar es la periferia de la periferia. Me explico. A lo largo de la obra se nos presenta a la civilización micénica como el fin de la red comercial, sin embargo, tenemos noticias de una serie de asentamientos fortificados en los Cárpatos que se estima fueron abandonados en torno al 1.200 a. C.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><a href="https://www.labrujulaverde.com/2023/11/identifican-cientos-de-megafortalezas-ocultas-de-la-edad-del-bronce-en-los-carpatos-usando-imagenes-de-satelite" target="_blank">https://www.labrujulaverde.com/2023/11/identifican-cientos-de-megafortalezas-ocultas-de-la-edad-del-bronce-en-los-carpatos-usando-imagenes-de-satelite</a><br /></span></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Vale, supongamos que el bloqueo comercial exigido por los hititas para ahogar a la Grecia continental tuviera éxito. Ahora planteemos la posibilidad de que la red de intercambios comerciales y de regalos entre las élites micénicas y sus vecinos del norte se resintiera. ¿Podría desencadenar una reacción similar a la ocurrida siglos más tarde en la Galia tras la expulsión de los griegos por los cartagineses de esa parte del Mediterráneo?</span></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiO3DJ30rOQ7Q3tBhaBIWU605htbW7Ef1qPNO13SV4BcF29Km16rZCZB-wDQuHc_luYNcG9sHtv8cKBFU5ETao2V5D5gW3boVqGgyCDzS0gr87ITDy-oELw-65X1z80IMGJ3GVVFwwNT-toUHtv5Z2BdoLxo8As5AyyD0a72cDGzmB-oD1fwvQowQoi3qY/s1280/galata-herido-1.png" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiO3DJ30rOQ7Q3tBhaBIWU605htbW7Ef1qPNO13SV4BcF29Km16rZCZB-wDQuHc_luYNcG9sHtv8cKBFU5ETao2V5D5gW3boVqGgyCDzS0gr87ITDy-oELw-65X1z80IMGJ3GVVFwwNT-toUHtv5Z2BdoLxo8As5AyyD0a72cDGzmB-oD1fwvQowQoi3qY/s320/galata-herido-1.png" width="320" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Galo Moribundo copia romana en mármol del hoy perdido original griego.</span></td></tr></tbody></table><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Otro enfoque posible es el que se nos ofrece desde la oposición de las mentalidades de los civilizados miembros de las pujantes estructuras estatales centro del estudio, para los cuales la vía del éxito social pasaba por la vía del sacerdote, del escriba, del comerciante y el artesano especializado (en el libro nos mencionan la existencia de grupos itinerantes de constructores al servicio de las élites gobernantes) y la de las jefaturas de la periferia en las que cristalizó una aristocracia guerrera que primaba una serie valores y aspiraciones que no podían alcanzar en un escenario de paz duradera.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Así, mientras la demanda de guerreros profesionales de las sociedades estatales, cuyos habitantes no cubrían al percibir otras carreras como más exitosas, fue capaz de absorber el excedente de guerreros mercenarios producido por sus vecinos el status quo se mantuvo. Pero una vez que se consolidaron las áreas de influencia y los tratados entre las principales potencias es fácil imaginar que muchos quedasen sin soldada y optaran por continuar con su modo de vida al margen de la ley. ¿Eran las torres costeras de Chipre defensivas o bases de piratas? Tal vez se las diese ambos usos en distintos momentos. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>De ahí que haya historiadores que defiendan que los pueblos del mar ya llevaban tiempo viviendo en esa parte del Mediterráneo antes de convertirse en un agente desestabilizador. Tal vez hubo un “Lindisfarne” que provocó un efecto llamada de más guerreros buscando riquezas mal defendidas…</span></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Como veis las posibilidades que este período histórico nos ofrece son múltiples. Ha sido en definitiva una lectura que me ha hecho rememorar los días pasados en la biblioteca de la universidad cuando tenía a mi alcance una cornucopia de material a mi alcance y la he disfrutado muchísimo.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Además, como la cabra tira al monte, no voy a dejar pasar la oportunidad de recomendaros este juego de escaramuzas en el que manejas a un personaje de dimensiones heroicas y a su tripulación, el cual gana muchos enteros con este suplemento en concreto:</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj93i4dpJRQYY7Qkjdcbdd6yYX846Y2GUEvOrz6Jez0S8uIYD2W2S5eWFJtSMdQ9NX-juIlTVlhxDpbbPrhWF08nKvlbpXwMuX3M-fuRAwnTt7OLn5F7cf3jpD4FUvEcizlcAA9bsOBdUXk6-AGwlGPpekqimX7msH5JIw7I4oxjIuCgzU0ygq3yG4zlC0/s4160/IMG20240106172040.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="3120" data-original-width="4160" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj93i4dpJRQYY7Qkjdcbdd6yYX846Y2GUEvOrz6Jez0S8uIYD2W2S5eWFJtSMdQ9NX-juIlTVlhxDpbbPrhWF08nKvlbpXwMuX3M-fuRAwnTt7OLn5F7cf3jpD4FUvEcizlcAA9bsOBdUXk6-AGwlGPpekqimX7msH5JIw7I4oxjIuCgzU0ygq3yG4zlC0/s320/IMG20240106172040.jpg" width="320" /></span></a></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Y para terminar os dejo con los Iron Maiden y su “Alexander the Great”:</span></p><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/uXyv-cq-0Gw" width="320" youtube-src-id="uXyv-cq-0Gw"></iframe></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Pues sí. Me considero bastante coherente en mis filias ;)</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Nos leemos.</span></div>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-65303337695050423442024-01-03T17:08:00.001+01:002024-01-03T17:10:50.301+01:00(Charlas con los Lectores) ¿Por qué autoeditado?<p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Hola a todos. Feliz Año.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Aquí comparto con vosotros la primera entrada del año. La número 151 del blog.</span></p><p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4S5sAJLlpvVyiP6oAelby0SLeJ1jSZWHGBkl3fvpIkye6-6-r3WI3X4GeyanF5SI6vMHCXy9CDaTYQP37B4TZz9Zpb4fTMHdNMYn1sxVec13IUeQXmbyBueMlSashmZD137-doyRhMkjWmRDX4YNvODQrzF0dqYYCAYM935Rx-tPSa5ZB8jgNNeRj54A/s4160/IMG20240103140046.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="3120" data-original-width="4160" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4S5sAJLlpvVyiP6oAelby0SLeJ1jSZWHGBkl3fvpIkye6-6-r3WI3X4GeyanF5SI6vMHCXy9CDaTYQP37B4TZz9Zpb4fTMHdNMYn1sxVec13IUeQXmbyBueMlSashmZD137-doyRhMkjWmRDX4YNvODQrzF0dqYYCAYM935Rx-tPSa5ZB8jgNNeRj54A/s320/IMG20240103140046.jpg" width="320" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Y luego están los digitales, claro está.</span></td></tr></tbody></table><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span id="docs-internal-guid-6eb142d2-7fff-3d9c-09ce-26f8b3455ca9"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span>Hoy os voy a poner por escrito la respuesta a otra pregunta recurrente: "¿Por qué autoeditado?"</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span>Vayamos por partes. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span>Lo primero es mi situación personal, con una vida muy amarrada por el trabajo familiar que, aunque consiguiera un contrato editorial, me impide desplazarme y participar en ferias y presentaciones. Esta situación me impide promocionar en persona mis escritos, y casi lo mismo rentabilizar el tiempo invertido en ellos, de ahí que haya optado por la opción Juan Palomo: "Yo me lo guiso. Yo me lo como."</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6vqb1qWO_M5xxQwUBewQ8HJeJUbSJJaFlMUG_E2TEEKDDrcL01tVYxKYlMkQFkwJ_v7HpJSyKdtGgf9xBSl4Q6PGE9BqLqfWjglOoY7pu4ILmkTWLZpdIzqTflDmGW8GWczTjEmqiFrNudnKuxUpanpidpccKZm2uv8ZXe4Hr-9VCf4MbZlACKzcFcWQ/s4160/IMG20231029110249.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3120" data-original-width="4160" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6vqb1qWO_M5xxQwUBewQ8HJeJUbSJJaFlMUG_E2TEEKDDrcL01tVYxKYlMkQFkwJ_v7HpJSyKdtGgf9xBSl4Q6PGE9BqLqfWjglOoY7pu4ILmkTWLZpdIzqTflDmGW8GWczTjEmqiFrNudnKuxUpanpidpccKZm2uv8ZXe4Hr-9VCf4MbZlACKzcFcWQ/s320/IMG20231029110249.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Una pequeña vista del resultado del trabajo diario. Por eso la artrosis que os comentaba en otra Charla con los Lectores.</td></tr></tbody></table><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span><br /></span></span><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="text-indent: 36pt; white-space-collapse: preserve;">Además, a ninguno se nos escapa que muchos son los llamados y pocos los elegidos. No importa el ámbito: escritores, músicos, deportistas… da lo mismo. Por ahora esta actividad me llena: el contador de visitas en el blog sube, las interacciones en las redes sociales también, conozco gente interesante y seguiré escribiendo una cosa u otra.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span>Luego están las descargas, a las que muchos hemos recurrido para una cosa u otra, que dado a la baja inversión económica en lo que escribo a mí me duele menos. A excepción de la falta de visibilidad. Antes con foros y webs al menos sabías que te leían. Ahora con los grupos privados de Facebook, Telegram y otros es mucho más difícil saber si hay, o no hay, alguien al otro lado leyendo tus aportaciones.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span>Después está la cuestión de la descatalogación de obras. Cometes el error de prestar un libro, intentas comprarlo otra vez y ya cuesta un mundo encontrar un ejemplar.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span>De manera que estas son mis razones para autopublicarme, mejor o peor. También espero haber aprendido algo en estos años y mejorar de libro en libro.</span></span></p><span><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"></p><br /><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiO_POg3fBmXkEd3y71ltbGLer3P3oC8XJstGaKqFpumJHXl3XdkETTz6FNRhGB3h75vRMBYQ8QA-NvefJlffLDIv7A1u89tjo2bNJyBFZ0CjG4baVNQhmaFaan3yEFEN2h6drg05Kky2IM_N20eKwUig0lxUT7P693RS9K1KpyUdMeJPUIG1tbU2IS2UY/s4160/IMG20231203124810_01.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4160" data-original-width="3120" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiO_POg3fBmXkEd3y71ltbGLer3P3oC8XJstGaKqFpumJHXl3XdkETTz6FNRhGB3h75vRMBYQ8QA-NvefJlffLDIv7A1u89tjo2bNJyBFZ0CjG4baVNQhmaFaan3yEFEN2h6drg05Kky2IM_N20eKwUig0lxUT7P693RS9K1KpyUdMeJPUIG1tbU2IS2UY/s320/IMG20231203124810_01.jpg" width="240" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ahí los tengo también. Antes estaba todos los días, ahora tiro de furgoneta de reparto y solo estoy allí días sueltos.</td></tr></tbody></table><span><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span>Eso como autor. Luego, como lector los motivos van desde la curiosidad por ver qué hacen otros escritores autopublicados, la solidaridad con sus esfuerzos, querer aprender de gente que lleva en esto mucho más tiempo que yo, o las ganas de leer más sobre géneros y temáticas que han podido quedarse fuera del circuito comercial por haber pasado de moda, dejado de ser rentables, o suponer propuestas demasiado arriesgadas.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span>Es un poco como la industria de la música. Seguramente todos tenemos un grupo cuyos primeros discos, cuando no los conocía nadie, nos llegaron al corazón, por estética, por temática o por lo que fuera. Luego obtuvieron éxito, reconocimiento, contrato con una discográfica importante, productores… y su sonido se diluyó en una tendencia mayoritaria, perdió naturalidad, entusiasmo… lo que fuera. El caso es que cambiaron de rumbo y ya no conectamos con ellos… Hasta que damos con un grupo inspirado en ese momento de su trayectoria y lo recupera, u otra propuesta desconocida que despierta nuestro entusiasmo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span>Esto mismo se puede aplicar a otros ámbitos, tipo los proyectos impulsados por aficionados en el cómic, los wargames, o los juegos de rol. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span>Ahí fuera encontramos una plétora de propuestas para todos los gustos, y quién sabe, tal vez se encuentre entre ellas ese autor que nos consiga enganchar de nuevo.</span></span></p><span><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span>Con esto me despido por hoy. Os dejo con "Los Secretos" y su "Tiene dos caras distintas":</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/jtUerBgowRM" width="320" youtube-src-id="jtUerBgowRM"></iframe></span></div><span><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span>Nos leemos.</span></span></p></span></span><p></p>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-87589901340540411872023-12-27T17:49:00.003+01:002023-12-27T17:55:57.814+01:00(Píldoras Literarias) "Historias de Bronce y Mar" de Elisa Rivero Bañuelos<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span id="docs-internal-guid-bfefed26-7fff-5856-e823-1bc9f38ed683"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Hola a todos un día más.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Hoy comparto con vosotros mis impresiones sobre la última obra publicada por la autora burgalesa de origen cántabro Elisa Rivero.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiox3giJRuo8WOtLK91LZjX9NXoBmzCtec1O7oeKpg5GgUZWVeZrE4VKVBwwzCuSJkqOIeMIIleyl6wG7sg7-iT38et_Z8jOY1ZcPpLi6eYLbLS8u8o7_SVwcW6_I_d6lc4KpNRyNQ_DcRBfHcLQtoCdEOGZUqVoanR1PvWICJB08kjVOxMXqVSZRbpuVQ/s4160/IMG20231224195406.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4160" data-original-width="3120" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiox3giJRuo8WOtLK91LZjX9NXoBmzCtec1O7oeKpg5GgUZWVeZrE4VKVBwwzCuSJkqOIeMIIleyl6wG7sg7-iT38et_Z8jOY1ZcPpLi6eYLbLS8u8o7_SVwcW6_I_d6lc4KpNRyNQ_DcRBfHcLQtoCdEOGZUqVoanR1PvWICJB08kjVOxMXqVSZRbpuVQ/s320/IMG20231224195406.jpg" width="240" /></a></div><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><span><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> </span>La primera noticia que tuve de esta autora fue a través de un amigo que estaba leyendo su novela “Tarvos”. Me llamó la atención al ver que estaba ambientada en la península ibérica de antes de Roma y me apresuré a agregarla en Facebook. A partir de ahí conocí también su actividad en “Petroglifos de Valderredible”, comarca de la que es oriunda la familia de mi madre.</div></span></span><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Como veis, los intereses compartidos son muchos. Diferimos en que ella mantiene su producción literaria apegada a lo histórico, mientras que yo he optado por lo fantástico. Si bien es cierto que coincidimos en gran parte de nuestras fuentes de inspiración. A estas alturas, a ninguno de los que me leéis se os escapará que mis dancos son un reflejo de las poblaciones célticas europeas.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">El caso es que con pocos días de diferencia entre ellos, ambos hemos autopublicado un pequeño libro que bebe del mismo imaginario colectivo: el del Mediterráneo en la Edad del Bronce. Así que me decidí a adquirir su “Historias de Bronce y Mar”.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">He aquí su sinopsis:</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><b id="docs-internal-guid-e9abf118-7fff-5eb5-4029-e5b75f62b47e" style="font-weight: normal;"><br /></b></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">“Bienvenido a los orígenes de la civilización occidental: la Edad del Bronce.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Entre estas páginas encontrarás historias que quizá nunca fueron.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Leyendas que se quemaron en Alejandría y de las que ya solo quedan fragmentos para reconstruir y decorar.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Zarpamos.”</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><b style="font-weight: normal;"><br /></b></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Además, al igual que yo con mi “Marduk y la Isla de los Cangrejos”, en esta publicación, la autora ha aprovechado para explorar las posibilidades que las nuevas herramientas basadas en IAs nos ofrecen a los escritores independientes para ilustrar nuestras obras. Aunque ella ha optado por publicarlo en color, mientras que yo me decanté por el blanco y negro para las ediciones físicas.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">En cuanto a la lectura en sí, en este libro de tapa blanda Elisa Rivero nos ofrece tres relatos cortos con el hilo común de las culturas europeas de la edad del Bronce y sus contactos entre sí a través de la vía marítima y una serie de microrrelatos sobre los trabajos de Hércules.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">El primero de los relatos nos sitúa entre los príncipes de occidente y un primer encuentro con los fenicios. La narración comienza </span><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: italic; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">in media res</span><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"> y va saltando atrás y adelante en el tiempo hasta su desenlace. Estilo muy utilizado por series como “Perdidos” y que nos ha influido a más de uno. La prosa es ágil, las descripciones vistosas y las referencias a yacimientos reales geniales, pero no me ha gustado la manera en que las ilustraciones me rompían el ritmo al leer.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Después vienen los trabajos de Hércules, cada uno con su ilustración pertinente. Todos destacan por girar en torno a una ucronía posible. Son ágiles, la prosa fluida de la autora destila ingenio. Me han hecho sonreír recordando el entusiasmo con que mis compañeras de facultad defendían la teoría aquella que contraponía a la culta, refinada y femenina cultura minoica con la bárbara, tosca y masculina cultura micénica. No soy fan de estas reinterpretaciones de los clásicos en clave actual. Ni siquiera vi la serie de Kevin Sorbo en aquellos lejanos años. Pero admito el mérito creativo de estas iteraciones del mito que nos ofrece Elisa.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">En tercer lugar la autora nos transporta a Escandinavia. La misteriosa “isla” cubierta de hielo y niebla de los geógrafos griegos. En este relato repite la estructura narrativa del primero. Ahora bien, sea por ser más largo, o por estar familiarizado con el formato, la lectura me ha resultado más gratificante. Me ha gustado el modo en que enlaza con la leyenda de Jasón y la manera en que va tejiendo la historia, aumentando la tensión hasta su desenlace. Sin duda, es el que más me ha gustado.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Y por último tenemos al aqueo Teucro exiliado en el último confín de esta nuestra piel de toro. Un poco al estilo de la presentación de los ases en la Ynglinga Saga como descendientes de Priamo. De hecho, si os gustan este tipo de elaboraciones modernas sobre temas perdidos de la antigüedad, en esta línea Valerio Massimo Manfredi nos cuenta también el viaje de regreso desde Troya del héroe Diomedes en su novela “La Conjura de las Reinas”. En cuanto a este relato final, la autora nos lo ofrece en un vídeo en Youtube y es con él que me despido por hoy:</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><b style="font-weight: normal;"><br /></b></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/NJet_YQ6lmY" width="320" youtube-src-id="NJet_YQ6lmY"></iframe></div></span></span><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Gracias por vuestro tiempo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Nos leemos.</span></span></p></div><p></p>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-45259737928624688782023-12-24T17:46:00.003+01:002023-12-24T19:44:49.646+01:00(Ital JDRHM) La Ciudad bajo la Ciudad 2.4: El Emisario de la Doble Corona.<p style="text-align: justify;"> <span style="font-size: medium;"><span style="font-family: verdana;"> </span><span style="font-family: verdana;">Hola a todos. Felices fiestas lo primero.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> </span>Aquí regreso con una nueva entrega de las aventuras de nuestro caballero penitente. Os adelanto que hoy se va a topar con un antagonista de la peor especie. Uno de esos liantes que nunca tiran la piedra, pero que siempre se la arreglan para complicarle a uno la vida. Algunos ya le conocéis. Fue uno de los primeros PNJs relevantes que utilicé en mis sesiones de rol en el mundo Ital y sigue suelto enredando por un relato u otro.</span></p><p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivXKcJKNOBYpKs2-kQKQ_lf-Rux94JPaAlI_oVLCC_Hx6XF-3lbXxXPoHo8cuqoAkmBBbwruMMXV15NctxNn4cH1OfUjXIPw-izK_fDc7FzOygf2wdogSvryFSOBogPXCXIDSmICgt3s3xMADKCzcne6UzF9J3QKXX95sbqIBe2k3zCWEesGGHR2CA_ec/s3072/96968401.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3001" data-original-width="3072" height="313" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivXKcJKNOBYpKs2-kQKQ_lf-Rux94JPaAlI_oVLCC_Hx6XF-3lbXxXPoHo8cuqoAkmBBbwruMMXV15NctxNn4cH1OfUjXIPw-izK_fDc7FzOygf2wdogSvryFSOBogPXCXIDSmICgt3s3xMADKCzcne6UzF9J3QKXX95sbqIBe2k3zCWEesGGHR2CA_ec/s320/96968401.png" width="320" /></a></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Forzando el paso una vez abandonada la espesura y cruzado el arroyo, desde donde un pequeño zorro parecía despedirse de él, al atardecer regresó al asentamiento de los leñadores. Había una gran hoguera en la plaza del lugar y se oía música. Una lujosa carroza con un tiro de seis buenos caballos estaba aparcada a un lado del camino. Cuatro soldados armados con arcos, rodelas y sables lo custodiaban. Vestían el uniforme azul y verde del reino. Lo ligero de su armadura y los turbantes a la manera alrusiana los delataban como miembros de la infantería de marina. Sus monturas pastaban en las inmediaciones. El paladín los saludó al pasar. Ellos, adustos, se limitaron en evaluar su rango de amenaza y sopesar lo oportuno, o no, de cortarle el paso, para finalmente desestimar la idea. Tal vez tuviera algo que ver en su decisión un movimiento de cortinas dentro de la carroza, o tal vez no.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El caso es que un personaje de importancia había recalado en el poblado. Si era para bien o para mal, eso estaba por ver. Bordeó la plaza para echar un vistazo. Los vecinos habían sacado tres largas mesas con sus bancos. En largos espetones daban vueltas a pollos y corderos. Las porciones se distribuían en bandejas de madera. De madera eran también los vasos en que se bebía el licor y la cerveza del lugar. Un trío de rabelistas amenizaba la recepción. El alcalde agasajaba a un noble de pelo rubio platino, piel morena y ojos verdes, vestido de terciopelo y armiño al estilo de la corte, que sonreía afable y se sentaba escoltado por otros dos soldados. Apenas comía las jugosas carnes que tenía ante sí. Y cuando se llevaba el cubilete a los labios era un leve sorbo el que llegaba a su garganta.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El paladín se acercó a la posada por la puerta de atrás. Una vez en la cuadra, liberó a Mordiscos de sus arreos que cubrió con su sufrida manta de viaje. Antes de afrontar al concejo y a su elegante invitado, le dejó avena y agua.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Consciente de que su regreso no había pasado desapercibido, dirigió sus pasos de vuelta a la plaza. El primer grupo de comensales que le vio, ya le invitó a sentarse entre ellos. Todos en la localidad esperaban ansiosos noticias suyas. Ya eran varios los aventureros que habían enviado al bosque para no volver y durante su prolongada ausencia fueron varios los que apostaron que no lo volverían a ver.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">Con el bullicio de los allí reunidos era complicado entenderse. Familias enteras, abuelos, matrimonios, primos y cuñados se sentaban en las largas mesas, mientras los jóvenes servían la comida y las muchachas las bebidas. Entre el vete y ven aprovechaban para flirtear entre ellos. </span></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El caballero aceptó la invitación. El olor de las viandas le había recordado a su estómago el tiempo pasado sin ingerir algo sólido y gruñía con desvergüenza. Ante él depositaron una escudilla de alubias con su chorizo y tocino, al momento le siguió un cubilete de licor. Dio cuenta de lo primero con hambre de lobo. Mas en lo segundo, y por no ser descortés, imitó al insigne invitado de la mesa principal y tan solo mojó los labios. Los demás comensales, peones y sus familias, aunque se estuvieran muriendo de ganas por averiguar qué había estado haciendo, permitieron que comiese sin interrumpirle. Él aprovechó para examinar con más calma a los principales del lugar sentados en la mesa central. Eran los dueños de las serrerías desbaratadas y quienes en peor posición se encontraban con todo aquello.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tal como temía, el ambiente entre ellos era tenso. Las sonrisas forzadas y los gestos de afecto exagerados no lograban ocultar su preocupación. El cortesano en cambio no denotaba preocupación alguna. Parecía más bien un esbelto gato que jugase con un grupo de ratones gordos y lentos. Sus suaves palabras se perdían entre la música, pero el sudor perlaba la calva del alcalde. Al fin, este último llamó a una muchacha y la envió en dirección a los rabelistas. Para dar más fuerza a su mensaje, el noble hizo que la acompañase uno de sus guardaespaldas.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Una vez que la pareja cumplió su cometido, la música cesó. Entre los jóvenes, y los no tan jóvenes, se levantó un coro de protestas. Para acallarlos, el alcalde se levantó moviendo los brazos.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b id="docs-internal-guid-6e0eca8b-7fff-a2b7-656c-e6fe9c05af5d" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Silencio, mis estimados convecinos! —levantó la voz con autoridad— ¡Silencio!</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Un grupo de afines diseminado por entre los comensales se unió a sus esfuerzos. El alcalde esperó de pie a que una suerte de orden se impusiera en la reunión antes de continuar.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Todos sabemos la crisis afronta nuestra comunidad! ¡Bestias feroces nos atacan! ¡Brujerías embotan y oxidan nuestras sierras! —un murmullo de asentimiento secundó su exposición— ¡Una fuerza hostil busca privarnos de nuestra forma de vida y expulsarnos de las tierras de nuestros padres, abuelos y más allá! ¡Hemos enviado a cuánto valiente se ha atrevido a confrontarla! —aquí hizo una pausa dramática antes de terminar— ¡Y ninguno ha regresado!</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Llegado a este punto, el hombre hizo una pausa dramática antes de señalar a la mesa del paladín con un ademán de sus brazos musculosos y bronceados, propios de quien ha trabajado mucho y bien a la intemperie.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Hasta ahora! —proclamó— ¡Levántese maese caballero! </span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Aplausos y vítores estallaron por toda la plaza. El soldado enviado junto a los músicos, que estaba aprovechando para probar el licor local, se atragantó sorprendido y regresó a su puesto con cara culpable.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tudorache el Negro apuró su bebida al tiempo que obedeció. Un agradable calor le bajó por la garganta. Llevaba un rato esperando que la atención de los reunidos cayera sobre él. Respondió a los comensales con una educada reverencia. Una vez que se impuso el orden, comenzó a hablar:</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Estimadas gentes, es cierto que me he internado en lo profundo del bosque. Allí he mirado a la cara a sus criaturas. Ellas mismas me han guiado por senderos olvidados hasta el corazón mismo que alienta la vida en esta región —al contrario que el líder local, él no levantó la voz, obligando así a los oyentes a prestar atención—. Durante generaciones, hombre y bosque se beneficiaron mutuamente el uno del otro. Yo mismo he visto cómo reverdecían los brotes en un tocón recién cortado.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En este punto, un murmullo recorrió las mesas, todos habían oído a sus padres y abuelos historias de afortunados leñadores que volvían a talar el mismo árbol semana tras semana.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Sin embargo, ese equilibrio se ha roto —continuó sin esperar a que callaran—. El bosque ha menguado. La velocidad a la que cortáis sus árboles ha superado su capacidad para regenerarse. Y el poder que en él reside os ha marcado un límite en el último arroyo. Más allá es tierra consagrada a Silvara.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Sus palabras cayeron como un jarro de agua fría. En especial entre los sentados en la mesa central, junto al alcalde y al noble cortesano. Suyas eran las serrerías. Suyos los contratos pendientes. Suyo el prestigio entre quienes les habían confiado su futuro. Las expresiones de sus rostros oscilaban entre la incredulidad y el enojo. Dejó que sus palabras calasen entre la audiencia. El tono suave que había mantenido tenía como objetivo amansarlos dentro de lo posible. Pronto empezaron los corrillos por las mesas.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿No podemos cruzar el Turbulento?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—No, no, no. Los mejores árboles están allí…</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Hay más bosques al este…</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Demasiado lejos del Terrible ¿Cómo vamos a transportar la madera hasta las barcazas?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Más carros?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Muy lento. Muy caro…</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Entonces se levantó el noble invitado a la mesa principal. El tono de su piel delataba una ascendencia alrusiana, pero su estructura ósea y sobre todo su manera de hablar traicionaban un origen celebtir.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Señores míos! —reclamó su atención con aplomo— ¡Señores míos! ¿Se están oyendo ustedes? ¿Acaso al primer contratiempo van a rendirse? ¿A olvidar que de ustedes depende el futuro de las generaciones por venir?</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tudorache observó con detenimiento el impacto que la arenga del noble tenía en aquellas gentes sencillas pero orgullosas. Se miraban unos a otros, inquietos unos, desafiantes otros. Era obvio que el cortesano había tocado una fibra sensible.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Cuánto tardará la estirpe de Karameth, siempre ambiciosa, en volver su mirada a estas tierras que considera suyas? —prosiguió abriendo los brazos como si quisiera abarcar con ellos el mundo entero— ¿O será el destronado linaje de los Ulrichdoun, siempre al acecho en la meseta Pallanthia, quien intente conquistarnos de nuevo? ¿O acaso hemos de esperar a que las velas negras y rojas de los khenmitas y sus vasallos aparezcan en el horizonte para lamentarnos?</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La agitación en las mesas crecía con cada peligro enumerado por su invitado. En todos estaba reciente la traición de Martogo y los abusos que habían padecido a manos de sus cómplices.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Nuestro momento es ahora, señores míos! —después de despertar sus miedos, continuó en tono conciliador— Hemos de fortalecer nuestra primera línea de defensa frente a nuestros enemigos: la armada. </span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Llegado a este punto les tenía ganados. Desalentado, el caballero negro se mordía el labio. Por todas las mesas se oían comentarios de aprobación.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Hemos de presentar un frente unido que disuada a nuestros vecinos de alzar su mano contra nosotros. Y para ello, nuestros astilleros e industrias necesitan vuestra madera —concluyó su disertación entre aplausos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Está claro que no podemos permitirnos más demoras —intervino el alcalde. En parte se le veía aliviado por haber compartido la responsabilidad de tomar la decisión—. ¿Pero qué consecuencias podemos esperar si seguimos cortando los árboles prohibidos?</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Los vítores y exclamaciones se apagaron. Todas las miradas se volvieron al caballero errante. En unas brillaba el desafío. En otras asomaban el miedo y la duda. Tal vez aún fuera posible reconducir la situación y disuadirlos de su empeño.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Por ahora no han tenido ninguna desgracia que lamentar —contestó con la misma suavidad que antes—. Pero si rechazan los términos del hijo de Silvara —hizo una pausa para tomar aire—... ¡En ese caso —elevó el paladín la voz en tono lúgubre y amenazador—, todo habitante del bosque, grande o pequeño, animal o vegetal, será vuestro enemigo! ¡Hasta los propios árboles desenterrarán sus raíces y marcharán a la guerra que desataréis!</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Sus palabras causaron el impacto deseado. Se escucharon protestas y algún gemido de angustia mal reprimido. Vio flaquear la determinación de quienes menos tenían que ganar con todo aquello.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Y cómo vamos a hacer?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Podemos volver a criar cerdos…</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Y si vuelve la peste?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Con las ovejas sólo no nos llega…</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Ya iba Tudorache a seguir hablando cuando el cortesano se le adelantó.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Silvara? —preguntó desdeñoso— ¿Y quién es Silvara? Una diosa menor adorada por ermitaños medio locos, los menguantes elfos y los salvajes dancos en sus montañas —los silenció con su exabrupto—. Si tan poderoso es este vástago suyo ¿Dónde estaba cuando los draktar de Lundune surcaban los cielos y devoraban a los hijos de los hombres?</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Los corrillos de las mesas reaccionaron favorablemente a lo dicho por el noble. Habían expulsado a bestias feroces como osos y lobos de sus tierras. ¿Iban a temer ahora a los árboles del bosque?</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Y quién es este vagabundo sin lazo alguno que lo ate a este reino para venir y decirnos lo que hemos de hacer? —dijo condescendiente y venenoso— ¿Sabemos siquiera su nombre?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Soy un paladín penitente de la Orden de Tormo. No tengo nombre hasta cumplir mis juramentos —herido en su orgullo, reprimiendo las brasas de su airado carácter, contestó el aludido.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Penitente? —saboreando con lentitud cada sílaba repitió el cortesano— ¿Penitente? Fallido —escupió burlón—, éso es lo que tenemos aquí: un paladín fracasado. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Mucho habláis, mas tampoco yo sé vuestro nombre o cargo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Cierto —recobrando la apostura, respondió llevándose una diestra cuajada de anillos al corazón—. Me presento: Dundenis de Shantider, Tesorero de la Armada, fiel servidor de la Doble Corona Henarya y de sus gentes.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El caballero negro entrecerró los ojos, aquel nombre le era conocido, pero no acertaba a ubicarlo. Shantider sí sabía dónde estaba. Era una ciudad venagozariana.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Shantider queda lejos de aquí —arguyó.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Así es —asintió relamiéndose—. Mi familia cayó en desgracia y hemos recorrido un largo camino hasta este hospitalario reino. De hecho, es tal la gratitud que siento por sus habitantes, que estoy dispuesto a dejar aquí, hoy mismo —recalcó levantando el brazo derecho con la palma bien abierta—, una mano de mis guardaespaldas para que os asistan. ¡Y tan pronto regrese a la capital, enviaré tres manos más!</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Los comensales respondieron golpeando las mesas como muestra de aprobación. Cuatro manos de infantes de marina eran veinte avezados arqueros y luchadores. Más que suficientes pensaron para proteger a las serrerías y a sus trabajadores. Con semejante oferta sobre la mesa, no había marcha atrás posible sin ser tildados de cobardes.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Y vos caballero —trató de mediar el alcalde—, nos asistiréis en esta empresa?</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Negando con la cabeza, Tudorache el Negro posó ambas manos sobre la mesa y aceptó su derrota.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—He hecho los votos de socorrer al inocente y asistir al necesitado —dijo con amargura—. No de secundar al insensato.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pero enfervorecidos en su celebración, pocos lo escucharon ya. Tomó un último trago que le supo a ceniza y se retiró a la posada. Poco esperaba descansar. Tenía mucho en </span></span><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">qué pensar.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Y hasta aquí llega la entrada de hoy. Os dejo en compañía de los Celtas Cortos y su "Trágame Tierra":</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/4bDGxSj_xj4" width="320" youtube-src-id="4bDGxSj_xj4"></iframe></div><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Gracias por estar ahí.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Nos leemos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-36440777176920554872023-12-12T04:08:00.006+01:002023-12-12T04:10:23.303+01:00(Ital el JDRHM) La Ciudad bajo la Ciudad 2.3: En el Corazón del Bosque.<p style="text-align: justify;"><span> </span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Hola a todos un día más.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Aquí regreso con la historia de Tudorache el Negro. En esta ocasión voy a responder a la pregunta: ¿Si tan a gusto estaba desfaciendo entuertos lejos de la civilización, por qué volvió sobre sus pasos? Empecemos pues:</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrMDsjlOCOFiVCFnabvCyQtIFkE5ZjUxs3rwcLU6d2z2CdFKBXbkXJPCIP0ne3NFfBxgjesSXwsXa7fNtfaUaWB2Auli_VrjyHpdiwShkwyEM8Uxsi9yFG7X88QlDXE1lSf9jufEYv2mLBsHk7RIMtA31r8C54yqgBugFrXh40tLZqeGTcXThnhxfEzfM/s958/Rey%20del%20Bosque.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="933" data-original-width="958" height="312" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrMDsjlOCOFiVCFnabvCyQtIFkE5ZjUxs3rwcLU6d2z2CdFKBXbkXJPCIP0ne3NFfBxgjesSXwsXa7fNtfaUaWB2Auli_VrjyHpdiwShkwyEM8Uxsi9yFG7X88QlDXE1lSf9jufEYv2mLBsHk7RIMtA31r8C54yqgBugFrXh40tLZqeGTcXThnhxfEzfM/s320/Rey%20del%20Bosque.jpg" width="320" /></span></a></div><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Dejando tras de sí a los jóvenes iniciados, el caballero penitente recogió sus bultos y acomodó sobre su hombro los diezmos recolectados durante su peregrinaje. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Los años de paz habían permitido un aumento casi explosivo de la población humana. Tierras fértiles que se abandonaron durante los conflictos precedentes volvían a sentir la hoja del arado. No es que se hubiera reforjado espada alguna, pero el trabajo honesto volvía a tener su recompensa.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tampoco escaseaban los grupos de fugitivos de la derrotada Orden de Sthalos, o de quienes amparados por ellos habían abusado de su posición. Muchos habían rechazado las llamadas a la reconciliación proclamadas por el Rey Samuel de Martogo y preferido la vida del bandido a embarcarse rumbo a Rasaol.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Y sin embargo, había sido un último encargo propuesto por gente honrada y dispuesta al trabajo duro el que le había dejado peor sabor de boca.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b id="docs-internal-guid-9a356b5a-7fff-96b8-b737-d995c6514a72" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">***</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Fue en los confines de Henarya. A la sombra de las montañas que la separan de Pallanthia. En el lindero de un bosque antiguo y profundo cuya madera llevaban explotando desde tres generaciones atrás. Eran gente recia y pragmática. Resultado de los vaivenes que la fortuna había deparado a los imperios de una y otra costa del Mar Interior. Habían aprendido a valerse por sí mismos y a desconfiar de las supuestas bondades del dominio ajeno. Pero eran extraños en aquel rincón salvaje donde se habían internado y desconocían los poderes que allí habitaban. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Una manada de bestias atacaba a los leñadores y destruía sus aserraderos. Los astilleros del reino reclamaban más y más madera. Si no satisfacían sus demandas, perderían sus encargos. De ser así, la supervivencia del asentamiento peligraba. Por eso mandaron buscar aventureros y cazadores de monstruos que los protegieran. Varios habían acudido atraídos por la suculenta recompensa. Pero ninguno había regresado para cobrarla. Esas nuevas le llegaron al caballero negro en su peregrinar y hacia allí dirigió sus pasos con el mejor de los propósitos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">No hubo doblez en el trato que le dispensaron y pronto estuvo bajo los árboles centenarios de los que obtenía aquella gente su sustento. Grandes osos pardos merodeaban entre la foresta, pero no era de ellos de quienes había de cuidarse. Con ellos bien sabían lidiar los lugareños y sus hocicos mantenían alejados de donde el hombre moraba.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Decidió pernoctar entre las paredes de madera cubiertas de hiedra de una de las serrerías abandonadas. Sólo el porche y los canales de agua traída de un arroyo cercano estaban dañados. La propia sierra estaba tirada a un lado, cubierta de musgo y oxidada. Los pájaros cantaban al son del agua y los rayos de luz atravesaban aquí y allá las tupidas copas de los árboles. Amarró a Mordiscos a un poste y le dejó pastar, mientras él prendía una fogata a dos pasos del porche. Unas gachas de avena le caldearían el estómago. Las espesaría con pan duro. Estaba masticando despacio una tira de cecina en lo que su frugal cena se calentaba, cuando vio una primera aura verde, cual aurora boreal, deslizarse por entre los árboles.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Mordiscos golpeó el suelo con los cascos y relinchó desafiante. Un coro de barritos, como el de los ciervos en celo le respondió. Inquieto, el caballo retrocedió resoplando, sin dejar de patear.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Las verdes luces se acercaron al arroyo. Entonces los pudo ver con claridad. Eran una manada de ciervos de pelaje verde con manchas de plata los que custodiaban la santidad del bosque. Entre ellos destacaba uno de mayor alzada y porte regio. Eran sus cuernos de madera y de ellos brotaban hojas y flores. Sin dejar de mirar al intruso humano con ojos tibios de animal, posó un casco dorado sobre el cercenado tocón de un roble inundándolo con el verdor de su luz y nuevos brotes emergieron de la torturada madera. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Al verlo, el paladín errante no pudo evitar sentirse como un intruso. Despacio, retrocedió hacia su caballo murmurando palabras tranquilizadoras. Éste reaccionó haciendo honor a su nombre. Así había sido entrenado. En más de una liz su agresividad había socorrido al caballero negro. Prevenido como estaba, la dentellada no alcanzó a su objetivo y su jinete lo apaciguó cogiendo las riendas sin dejar de hablarle con voz suave.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Para cuando volvió su atención a las mágicas criaturas, éstas se habían desvanecido y las gachas olían a quemado. Torciendo el gesto las retiró de las brasas. Con resignación cortó una gruesa cuña de la hogaza de pan, la troceó con parsimonia, arrojó cada pedazo al puchero y removió el potaje para que se empaparan bien. Se sirvió un cacillo humeante y sopló sobre él. La jornada había sido larga. Las tripas reaccionaron al olor de la comida caliente. Tomó un bocado. El sabor del pan bregado mitigaba el regusto a quemado mientras contemplaba los brotes verdes de lo que momentos antes era un mero tocón al otro lado del arroyo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Él no era un guardabosques que pudiera cuestionarse su lealtad para con el mundo humano. Mucho menos un druida entregado a la causa de la vida salvaje. Él era un adalid de la humanidad, pero comprendía que, por algún motivo olvidado por sus habitantes, aquella tierra era sagrada para la diosa Silvara y sus afines. Era su deber proteger a la comunidad que había acudido a él en busca de auxilio. Pero en esta ocasión sospechaba que los hombres eran a un tiempo víctimas y verdugos. Debía averiguar más acerca del lugar, meditaba entre cucharada y cucharada. Los defensores del bosque habían tolerado su presencia, así que a la mañana siguiente cruzaría el arroyo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Con esa idea en mente pasó la noche dormitando en la cabaña. Siempre había tenido el sueño ligero. Confiaba en que Mordiscos lo despertase. Pero aún así no dudó en tender unos finos cables con múltiples campanillas y cascabeles prendidos en el porche y el cercado.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La noche transcurrió sin incidentes remarcables. El ulular de los búhos lo despertó un par de veces y un zorro curioso jugueteó con las campanillas hasta que lo ahuyentó lanzando una tira de cecina. Con las primeras luces de Loiv levantó el campamento y bajo los auspicios de Heid cabalgaba ya al otro lado del arroyo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">No tardó la espesura en tragarse los rayos de los tres soles. Atento a ramas y raíces montaba siguiendo un desvaído sendero. Las zarzas y helechos lo invadían aquí y allá, pero no faltaban postes tallados a la manera de los dancos. El verdín cubría las características espirales con que representaban la danza cósmica de soles y lunas. A media jornada la pendiente aumentó y con ella aparecieron las primeras piedras hincadas, lisas como lajas y profusamente decoradas. No le cabía duda. Estaba hollando tierra consagrada a la diosa de los bosques. Qué había obligado a sus adoradores a abandonar aquel santuario era algo que se le escapaba. Tal vez el Colapso provocado por la destrucción de las Llaves. Pero era tal la antigüedad que exudaban aquellas muestras de devoción que no tenía modo de saberlo. Las verdes auras del Rey de los Bosques y su comitiva parpadeaban por entre los árboles centenarios.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Por puro respeto, el paladín desmontó y continuó el ascenso llevando a Mordiscos de las riendas. En lo alto de la colina lo esperaba un círculo de aguzados menhires y en su centro un roble que empequeñecía a cuántos gigantes lo rodeaban. Una docena de hombres bien formados tomados de la mano no bastaban para abrazarlo. Más aun, la energía contenida en sus vetas palpitaba como un mar verde que bañase y alimentase a la vida vegetal circundante. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg23xVOFll8iFc7U25Ig-tHRaHI6Np45CHFHLfXn_pZcjAIKFgre_nRgmbssdgdFr6MAIJrkQAAxh3pa-yDtAMWgLc9R9UvoB5v5Qz-KqNo3Q3qd6Uku5jtejUQ7X5unMKx-KcvsPYjH6C7flnzxBbtY9R1ZpZbEIMPcT-GI5Y8pQM-WKTiMdmQ40wc8ms/s958/roble%20gigante.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="958" data-original-width="958" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg23xVOFll8iFc7U25Ig-tHRaHI6Np45CHFHLfXn_pZcjAIKFgre_nRgmbssdgdFr6MAIJrkQAAxh3pa-yDtAMWgLc9R9UvoB5v5Qz-KqNo3Q3qd6Uku5jtejUQ7X5unMKx-KcvsPYjH6C7flnzxBbtY9R1ZpZbEIMPcT-GI5Y8pQM-WKTiMdmQ40wc8ms/s320/roble%20gigante.jpg" width="320" /></a></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tudorache el Negro sintió la boca seca en presencia de aquella manifestación de la divinidad. Su propio poder espiritual desfallecía igual que una vela bajo la acometida del viento. Ante sus ojos, la manada de astados defensores de la foresta se congregó en el claro dejando un pasillo libre por el que acercarse al coloso arbóreo. El Rey del Bosque, en cambio, se situó a sus espaldas, cortándole el paso.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">No percibió hostilidad alguna por su parte, así que aseguró las riendas en la rama de un roble y aceptó la invitación. Con paso firme y la cabeza descubierta desfiló por el espacio libre. Un viento suave mecía las copas del bosque, sugiriendo una melodía preñada de nostalgia. Para cuando estuvo a la sombra del roble milenario, la manada/rebaño de verde pelaje los rodeaban a ambos. Reverente, el paladín se arrodilló ante el hijo de Silvara. Si bien ambos militaban en la Alianza del Libro, no había amor entre Tormo y la protectora de la naturaleza, pues con frecuencia sus intereses entraban en conflicto.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Consciente de su papel como embajador de los humanos ante el corazón del bosque, el caballero negro cerró los ojos y acompasó sus propios latidos con los de la arbórea presencia y así entrar en comunión con su divinidad. Dicha experiencia no le resultó ni sencilla, ni placentera. Orgulloso de su individualidad, era reacio a rendir su espíritu al mar que inundaba la foresta. Fiero y batallador, la sangre que había derramado a lo largo de una vida de lucha salpicaba su conciencia, y el gentil hijo de Silvara rehuía su contacto. Necesitaban un puente que uniera ambas realidades y lo encontraron en la alargada figura de un pequeño zorro que se relamía recordando la música de unas campanillas y el sabor de la carne ahumada.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">A partir de esa conexión, un flujo de imágenes sustituyó al recelo mutuo. Así el paladín presenció la llegada al bosque de los primeros cazadores y recolectores, su paulatino aprendizaje del delicado equilibrio que posibilitaba la pervivencia de aquel privilegiado ecosistema y la fundación de una comunidad druídica. Pudo escuchar sus risas y sus cantos mientras su número aumentaba y enviaban grupos de jóvenes parejas a poblar nuevas tierras, para luego regresar en busca de consejo o solución a lis pleitos que les sobreviniesen. De esta manera incrementaron su influencia pacíficamente. Hasta que el pueblo del roble sufrió la acometida de los pujantes celebtir con sus barcos de velas blancas. De ahí en adelante fueron señores de la guerra embutidos en cuero y cota de malla los que acudieron a los druidas. Ellos buscaban poder para matar a sus enemigos y los druidas ofrecían sanadores para curar a sus heridos. Otras fueron las divinidades que complacieron las demandas de los dancos, como Sariagón el Cazador, de modo que la influencia de Silvara decayó entre ellos. Aún así, los valientes guerreros fueron derrotados y su pueblo se dividió: los unos mezclaron sangre y costumbres con los recién llegados, mientras que los otros cruzaron las montañas y ocuparon la meseta que hoy llamamos Pallanthia. Ya no hubo más danzas en torno al roble milenario, ni risas, ni cantos. Al principio su soledad se veía interrumpida por la visita ocasional de peregrinos llegados del norte, pero una segunda oleada de invasores, ésta vez khenmitas, sometió la región y borró su recuerdo de los hombres.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Imperturbado, el hijo de Silvara se sumió en el letargo. Su prole creció y se propagó. Fauna y flora buscaron cobijo bajo sus ramas. Pero la humanidad regresó. Y con ella trajo hachas. Fue su mordisco el que arrancó del dulce sopor al roble colosal. Siendo su número escaso, y limitándose al aprovechamiento de madera muerta y los ejemplares imprescindibles para levantar su asentamiento, bendijo su llegada. Con sus rebaños de ovejas y piaras de cerdos mantenían limpios sus bordes exteriores, de modo que los incendios ocasionales no se propagaban descontrolados. Así el hombre y el bosque convivieron de nuevo. Aunque con recelo, pues estos nuevos pobladores temían y ahuyentaban a los enviados por el Corazón del Bosque. Percibían de algún modo el antiguo poder que moraba en ella y evitaban adentrarse en lo profundo de la foresta. Hasta que algo les motivó a reducir su ganado y volcarse en la explotación de la madera. Primero en grupos de leñadores, después con serrerías aprovechando los arroyos, hicieron retroceder palmo a palmo la masa boscosa. El equilibrio entre ambos mundos se había alterado y el hijo de Silvara definió un límite que no se debía cruzar. Pero el hombre lo cruzó, de manera que convocó a las criaturas del bosque en su defensa…</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Llegado a este punto, las imágenes se interrumpieron y el paladín abrió los ojos. El pequeño zorro, que yacía enroscado sobre sí mismo, levantó su cabecita y sacudió las orejas antes salir corriendo para perderse entre las menguantes sombras de la foresta. La noche se había deslizado silenciosa durante su trance y amanecía de nuevo. Uno tras otro, los miembros de la mágica manada se incorporaron también. Tudorache el Negro los imitó. Tras tanto tiempo inmóvil esperaba sentir las piernas débiles y el cuerpo entumecido, mas no era así. Tampoco lo acuciaba ni el hambre, ni la sed. Había sido bendecido por el Corazón del Bosque y sus fuerzas restablecidas. La manada lo miraba expectante.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Lo he entendido —rompió el humano la quietud—. El arroyo no debe ser cruzado.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Dicho ésto, la muralla de cuerpos que le cortaba el paso se abrió. Al otro lado lo esperaban el Rey del Bosque, la florida cornamenta alzada con orgullo, y su caballo marrón, que mordisqueaba travieso el verde pelaje de la mágica criatura.</span></span></p><p style="text-align: justify;"></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Con premura emprendió el camino de regreso al poblado. Entre el arbolado le pareció ver danzar la rojiza figura de unos zorros. Ahora comprendía la desaparición de los anteriores aventureros. Puede que se amedrentaran en presencia de los poderes del bosque. O puede que desistieran de su misión al comprobar que era una encomienda imposible de solucionar por la mera fuerza de las armas. Bien sabía que en el poblado no aceptarían de buen grado el mensaje del bosque. Pero había aceptado mediar entre ambas partes y no estaba dispuesto a abandonar.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Y hasta aquí llega la entrega de hoy. Como veis, nuestro buen caballero se encuentra atrapado en un dilema propio de Geralt de Rivia. Y ya sabemos como suelen acabar estas cosas. Ahora le toca elegir el mal menor, que diría Joe Abercrombie. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La siguiente entrega está en proceso, pero se me hacía demasiado largo todo junto para este formato. Entre tanto os dejo con los Rhapsody of Fire y su "Lo Spirito della Foresta":</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/GxrU5DUEtwc" width="320" youtube-src-id="GxrU5DUEtwc"></iframe></span></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Gracias por estar ahí.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Nos leemos.</span></span></p><div><br /></div>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-41561087916468296222023-11-28T16:21:00.003+01:002023-11-28T16:23:49.327+01:00(Ital el JDRHM) La Ciudad bajo la Ciudad 2.2: Savia Nueva.<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span><span> </span>Hola a todos, muy buenos días, aquí estoy con una nueva entrada dedicada al proyecto de la serie de novelas cortas "Caminos Separados". Seguimos en compañía del penitente paladín de Tormo. Con él os dejo.</span></p><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7webaADqacSI6IyBO2F-Xf2H7n398gLr00L10DmmlGbmwZZXt1i9EyhmTYSVA2Q305A2XFrJqpC7fgdmF96baaOKg9kPhIktqqupURdTmhei84J1bq6jZ09qWy5A3isE115RpkHennkifl0qGHEw-9x6OOjsVD1KP1xFzYvW7Z3sdywVPLELoI9Ko-DY/s946/Torre%20%C3%A9lfica.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="920" data-original-width="946" height="311" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7webaADqacSI6IyBO2F-Xf2H7n398gLr00L10DmmlGbmwZZXt1i9EyhmTYSVA2Q305A2XFrJqpC7fgdmF96baaOKg9kPhIktqqupURdTmhei84J1bq6jZ09qWy5A3isE115RpkHennkifl0qGHEw-9x6OOjsVD1KP1xFzYvW7Z3sdywVPLELoI9Ko-DY/s320/Torre%20%C3%A9lfica.jpg" width="320" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"></td></tr></tbody></table><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; text-indent: 36pt; white-space-collapse: preserve;">Apartada la incertidumbre, Tudorache el Descarriado espoleó suavemente a su montura. Marchando al paso llegaron ante los gruesos portones reforzados con láminas y tachones de hierro del baluarte. A un antiguo maestre de la orden le debió parecer redundante que el acceso principal estuviese decorado con el símbolo de la torre. De manera que era la silueta de un águila con las alas extendidas el blasón que se dividía entre las jambas ahora abiertas. Los rastrillos estaban levantados. Cuatro jóvenes lanceros de blancos tabardos sobre las cotas de anillos los custodiaban desde la sombra del pasillo abovedado.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Al percatarse de su llegada, dos de ellos le salieron al paso, en tanto que los otros dos adoptaron una postura más respetuosa colocándose a ambos lados con la espalda en la pared. Al menos otros tantos había visto patrullar por parejas la cinta amurallada. Semejante despliegue lo habría anonadado de no ser por los indicios de prosperidad que había presenciado por el camino.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡El caballero negro regresa al Nido! —se presentó ante aquellos reclutas que no conocía, al tiempo que sujetaba en alto por su cadena de plata el silbato de marfil que lo identificaba como miembro superviviente del Círculo Interior.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Bienvenido sea el caballero que regresa! —lo saludaron con sincero gozo en la voz— ¡El Maestre Zacarías lo espera!</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Podéis confiarnos vuestra montura y arreos, caballero —añadió el más alto de los dos—. Nosotros nos ocuparemos de ellos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Así sea —concedió él descabalgando—. Tened paciencia con Mordiscos —avisó al tiempo que les confiaba su yelmo y sus armas, pero se echaba las pesadas alforjas al hombro—. Ha perdido la costumbre de tener más compañía que la mía.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En ese preciso instante el lancero que había acercado su diestra a las riendas gritó de dolor. El grueso guante de cuero evitó males mayores, pero el susto ya no se lo quitaba nadie. Tudorache el Negro se encaró con su caballo y le acarició el cuello a la vez que posaba la frente sobre la suya y silbaba una alegre tonada campesina.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Hey, hey —le susurró—. Sosiégate. Estamos entre amigos.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El mismo joven, dispuesto a terminar lo que había empezado, tomó las riendas con la mano sana y, cauteloso, éso sí, acarició con el dorso de la otra al bien llamado Mordiscos.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¿Lo ves, mala bestia? —silbó de nuevo— Estamos en casa.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El destrero piafó complacido y golpeó el suelo empedrado dos veces, como si fuese uno de esos corceles de los que cantan las leyendas y comprendiese a su amo. En cuanto a su jinete, en verdad que se le veía relajado. Era totalmente cierto lo que había dicho: Estaba en casa.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Ahora se portará mejor —les aseguró a los muchachos—. ¿Se me sigue reservando la última planta de la tercera torre?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Por supuesto —se apresuró a responder el más alto.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Bien —asintió complacido. Aquellas eran las estancias que había compartido con su gemelo—. ¿En dónde está destinado Odverg?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—El castellano Odverg está supervisando las prácticas de los iniciados, mi señor —le informó el otro lancero sin desviar la mirada de Mordiscos.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El paladín se pasó la mano por la descuidada barba de viaje pensativo. El viejo y leal custodio de la puerta había sido ascendido de rango. Muchas cosas habían cambiado para bien durante su ausencia. Estaba intrigado por la identidad de esos iniciados. Pocas vocaciones había atraído la orden en los últimos tiempos. Sonrió satisfecho.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—En el patio de los manzanos, supongo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Así es mi señor.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—Bien, bien. Me acercaré un momento. Si el maestre pregunta por mí estaré allí.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Los lanceros asintieron en silencio. Si desaprobaban que el caballero negro hiciese esperar al principal representante de Tormo en el reino, tuvieron el buen juicio de guardarse su opinión y se dirigieron a las cuadras.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Después de las largas horas pasadas a caballo agradeció el volver a estirar las piernas. Estaba deseando darse un baño y vestirse con ropa limpia. Pero no quería desaprovechar la oportunidad que se le ofrecía para evaluar a esos nuevos iniciados de los que acababa de tener noticia. Que el veterano Odverg les instruyera en el manejo de las armas era buena señal. No en vano había destacado en los Marjales, tanto en la primera batalla, como en la larga campaña que la siguió. Tenía sobrada experiencia en combate real para compartir.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Antes de verlos, le llegaron sus gritos y el sonido de los golpes. Metal contra metal, todo indicaba que se tomaban a pecho el entrenamiento.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Estate quieto y verás! —gritaba un mocetón con falta de resuello.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Ni caso chaval! —arengaba un hombre de voz ronca— ¡Tú sigue así! ¡Que trabaje el juego de piernas!</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El caballero negro se mantuvo en el perímetro exterior formado un cuadrado de manzanos. Desde su sombra le dedicó un discreto gesto de saludo al canoso instructor y con un suave tintineo metálico posó las alforjas sobre una piedra plana. En el parche de verde salpicado de rocas dos parejas de contendientes ponían a prueba sus habilidades.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">De un lado, un voluminoso guerrero con el cuello de un buey y manos grandes como tenazas de herrero, cubierto de pesada armadura, blandía un poderoso martillo a dos manos contra un rival que le superaba en agilidad. Éste, pequeño y fibroso, vestía cota de malla, se protegía con un escudo redondo y amenazaba a su oponente con golpearlo desde todos los ángulos posibles con una maza de cabeza redonda erizada de pinchos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Del otro, en la otra esquina del patio, eran un guerrero armado de espada larga y escudo de cometa, definitivamente no un iniciado, tal vez una espada jurada, pero sin comunión con el Justiciero, y un iniciado armado con una maza de cabeza cuadrada con cuchillas y un escudo medio los que median sus fuerzas.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Aprovechando que estaban ocupados, el veterano paladín elevó una silenciosa plegaria a su patrón que le permitiese ver el potencial espiritual de los jóvenes. Como suponía, aquél que sobresalía sobre los demás era el pequeño de pies ligeros, mientras que el grandullón era el que menos reservas atesoraba. El tercer iniciado parecía ser el más equilibrado de los tres y entre tanto había conducido a su oponente a una posición incómoda entre las rocas del patio. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La energía espiritual del ágil luchador titilaba con el brillante fulgor de una estrella mientras descargaba una granizada de golpes contra su forzudo contendiente. La suya, por contra, tenía la marca de la misma tierra, resistente y perseverante, encajaba golpe tras golpe inmutable. Así hasta que en su rutina de ataque y retroceso, el esquivo iniciado, tal vez intuyendo el fin de la resistencia del voluminoso guerrero, mantuvo su ofensiva demasiado tiempo. Un barrido a una mano del pesado martillo, pensado para incrementar el alcance de la maniobra lo sorprendió. Saltó hacia atrás, pero no llegó lo bastante lejos. La cabeza del martillo le trabó la pierna derecha y le derribó. Antes de que se pudiese levantar, ya tenía la manaza de su oponente sobre el cuello.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Te pillé! —se reía triunfante el mocetón, si bien el castigado brazo izquierdo le colgaba dolorido.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Casi te tenía otra vez! —se reía también el caído, con los brazos abiertos en señal de edición.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Verlos le provocó una punzada de nostalgia. Casi podía ver ante sí a sus camaradas caídos Ambrose y Adam. Mientras una calidez desacostumbrada caldeaba su pecho, desvió su atención al otro extremo del patio. Allí, los luchadores continuaban su parejo enfrentamiento. El intercambio de golpes no cesaba. El aura del iniciado tenía el relumbre afilado y agresivo de quienes sienten cuestionada su valía y herido el orgullo. Más de una vez lo había reprendido el Maestre Fyodor por esa misma falta de templanza. Con un quiebro repentino, el espada jurada había logrado salir del enredo en el que estaba y era ahora el iniciado quien veía limitada su movilidad. Su energía espiritual flameaba. Ninguno de los tres había hecho uso de sus otras habilidades. Con un grito tanto de guerra, como fruto de la frustración, la iniciada, pues mujer era bajo la armadura, redobló sus esfuerzos, obligando al espadachín a pasar a la defensiva. Asumiendo que el combate iba para largo, el caballero dedicó al instructor una mirada de aprobación, recogió su preciada carga y se despidió en silencio.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Había visto lo que quería y su antiguo compañero Zacarías, ahora su superior, lo estaba esperando. Se iba satisfecho y esperanzado. Savia nueva había rejuvenecido a la orden. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Y hasta aquí podemos leer. Os dejo en compañía de los Iron Maiden y su "The Duelist".</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-family: verdana; font-size: medium; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/VxLknMNRxP0" width="320" youtube-src-id="VxLknMNRxP0"></iframe></span></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><span><div style="text-align: justify;"><span> </span><span> Gracias por estar ahí. Nos leemos.</span></div></span></span><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><br /></p>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-13538183630793285462023-11-25T04:51:00.006+01:002023-11-28T16:22:04.674+01:00(Ital el JDRHM) La Ciudad bajo la Ciudad 2.1: El Regreso del Caballero Negro.<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span><span> <span> </span></span>Hola a todos, muy buenos días, aquí estamos una vez más.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span><span> Hoy voy a retomar las historias por entregas ambientadas en Esgembrer. Ya tengo listas unas pocas entradas sobre "La Ciudad bajo la Ciudad". Comenzamos con el regreso del cabeza caliente de los hermanos Tudorache del que nos despedimos en medio de "La Batalla de los Marjales". Con él os dejo.</span><br /></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjejDZeaywsVzcN_7QwG6b-5XVMW4QisQriGG4Ir5USWe3imU8LZAJWx_ZuQdxBAeMsiObjod7EPYGfzYgXuJ47y3cTjJ3O16qjRvk52jgD0HRM0_LwhIeUIMbLhHSi0566MgswUt9exAmCtfTtfuyQCnNtxTvtTehp0zzX4FTRBNZulQkLVhn5gWJH5AY/s946/cinco%20patas.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="905" data-original-width="946" height="306" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjejDZeaywsVzcN_7QwG6b-5XVMW4QisQriGG4Ir5USWe3imU8LZAJWx_ZuQdxBAeMsiObjod7EPYGfzYgXuJ47y3cTjJ3O16qjRvk52jgD0HRM0_LwhIeUIMbLhHSi0566MgswUt9exAmCtfTtfuyQCnNtxTvtTehp0zzX4FTRBNZulQkLVhn5gWJH5AY/s320/cinco%20patas.jpg" width="320" /></span></a></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; text-indent: 36pt; white-space-collapse: preserve;">El sonido irregular y pausado de sus cascos delataba el cansancio compartido entre el caballo y su jinete. Gruesas costras de sangre coagulada y barro daban fe del castigo que ambos habían padecido. La sobreveste blanca con el símbolo de la torre y el rayo lucía sucia y llena de costurones. El escudo de cometa colgado del cuello del fatigado corcel, astillado y descolorido, corroboraba el denuedo desplegado en la lucha.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Con la cimera del casco levantada, el caballero entrecerró los ojos para protegerlos del sol. Apenas encontró resguardo a la sombra de las murallas de Esgembrer, dos alabarderos con el tabardo blanco y rojo de la casa real le salieron al paso.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Nombre y propósito! —exigió el más joven apuntando con su arma al cuello de la montura.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Molesto por el tono arrogante del centinela, el veterano guerrero gruñó mientras se quitaba el abollado yelmo. Había sido un hombre apuesto, pero labores y pesares lo habían envejecido antes de tiempo. Canas y arrugas, sumadas a un gesto severo le otorgaban un aire amenazador. Sin un parpadeo ladeó ligeramente la cabeza para evaluar con detenimiento al soldado. Éste retrocedió acobardado antes de que su compañero, más entrado en años, y para qué negarlo, también en quilos, alzase su alabarda en señal de reconocimiento y franqueara el paso al recién llegado.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—El caballero negro regresa a la Torre de Tormo —enunció con desgana y un deje de desagrado el paladín.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">—¡Saludos y respetos al caballero que regresa! —entonó con una agradable voz de barítono el un soldado.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><b style="font-weight: normal;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></b></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El otro, consciente de haber incurrido en la desaprobación del veterano guerrero, se apresuró a imitar a su compañero. Por supuesto, había oído rumores en los barracones de la guardia. El cazador de monstruos. El azote de guorzs. Tudorache el Negro. Cuál de los hermanos era se había borrado de la memoria de la soldadesca. Algunos lo daban por muerto, pero él insistía en regresar, vapuleado, pero vivo, de sus expediciones. Otros, como el joven alabardero, nunca lo habían visto, y habían llegado a creer que no era más que otra figura legendaria inventada para insuflar algo de idealismo en los rangos inferiores. Un personaje de ficción igual que Baranor el arquero elfo, que Marduk el navegante, que Azor el Ícaro o que Aesthan el mago blanco.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Así las cosas, tenerlo delante en toda su funesta gloria, mirándolo con el ceño fruncido de un inquisidor, era algo para lo que el muchacho no estaba preparado. El que sí estaba acostumbrado a tales recibimientos era el paladín descarriado, como bien sabía que lo llamaban a sus espaldas. Era el precio que pagaba por la pérdida de su montura alada. Todavía le escocía el error de juicio que lo condujo a aquella emboscada. De manera que se caló el yelmo y golpeó suavemente los flancos de su caballo para reanudar la marcha.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Ante sus ojos, la ciudad de Esgembrer se estiraba igual que un gato somnoliento. A un lado y a otro se cruzaba con sus atareados habitantes. El olor del pan recién horneado hizo que sus tripas protestaran por la frugalidad de las jornadas previas. Aquí y allá los viandantes se detenían a mirarlo. Carraspeó incómodo bajo el casco. Éste limitaba su visión pero no olvidaba el ultraje de ser alcanzado por los huevos y tomates lanzados contra él por los golfillos sin ocupación que pululaban por las calles. Éstos malvivían esperando el descuido de los más afortunados para aligerar sus bolsas. Por el rabillo del ojo le pareció ver un grupo de ellos correr alejándose por un callejón sombrío. El dueño de una verdulería salió de ese mismo callejón y le dedicó un saludo respetuoso. El gesto lo conmovió por inesperado. Apenas le dio tiempo a corresponderle antes de dejarle atrás. Estaba cavilando sobre ello, cuando más adelante, al llegar a uno de los numerosos cruces por los que serpenteaba su ascenso a la torre, un par de carreteros le cedieron el paso y se persignó ante sus ojos. No había duda, era el símbolo de la torre el que trazaron sobre su pecho. Les respondió llevándose el puño derecho al corazón en señal de reconocimiento. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">No acababa de entender el motivo tras el cambio de actitud de los habitantes de la capital. Aquellos signos de aprecio lo retrotrajeron a un tiempo más luminoso y esperanzador que había quedado enterrado con su rey.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Apartó los recuerdos con un suspiro teñido a partes iguales de nostalgia y culpabilidad al tiempo que chasqueó las riendas. Apretó los dientes con un rescoldo de rabia y aceleró el paso. Bien conocía lo voluble que podía ser el aprecio de sus semejantes. Lo tuvo, lo perdió y se había acostumbrado a caminar entre ellos siendo ignorado, evitado incluso.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Fuera de los muros de fortalezas y ciudades, en aldeas y caseríos, era diferente. Allí, en los lindes del mundo humano, expuestos y vulnerables a poderes y criaturas que les consideran intrusos, la presencia de un paladín del Libro era sinceramente bienvenida. En cada región tenían sus propias normas de etiqueta y rituales por los cuales guiarse sin temor a equívocos. Reelaboraciones del antiguo deber de la hospitalidad. Recuerdo grabado a fuego en la memoria de aquellas comunidades casi aisladas, de los tiempos en que la humanidad daba sus primeros pasos en un mundo lleno por igual tanto de promesas, como de peligros.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">No le gustaba el giro que estaban tomando sus pensamientos. Aquellas elucubraciones habían sido propias de su viejo maestro, Fyodor. De repente, una sombra sobrevoló los rojos tejados. Intentó seguirla con la mirada, pero entre el yelmo y lo intrincado del trazado urbano no le fue posible. Su corazón latió acelerado. Necesitado de aire, se quitó el casco y llenó los pulmones. Tras serenarse, se dirigió al puesto más cercano. Un par de mujeres admiraban la labor de costura de la propietaria. En modo alguno parecían alarmadas. Al verlo, le saludaron amistosas. No queriendo dar pie a habladurías, desistió de preguntar y las devolvió el saludo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Llevaba más de dos años lejos de los principales núcleos de población. Su último peregrinaje lo había llevado desde Esgembrer hasta Henarya y regreso. Con la ayuda esporádica de las milicias locales y de todo tipo de aventureros había contribuido a la seguridad de los pioneros humanos que vivían en el límite con los remanentes de poderes antiguos que no siempre toleraban su presencia. O que eran amenazados por las ambiciones y pecados que habían llevado con ellos. Pocas noticias llegaban por aquellos lares. Aquél era otro de los motivos por los que prefería prestar sus servicios en esas tierras salvajes.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pero tarde o temprano sus pasos lo traían de regreso al Nido, como fuera conocida la sede de Tormo en Esgembrer por las monturas de sus paladines. Nombre caído en desuso un par de décadas atrás, con la muerte de la última de las águilas gigantes que vivían en sus almenas aterrazadas.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">Dejando atrás a las laboriosas gentes del Barrio Medio y sus intrincadas calles, el caballero enfiló la amplia Avenida de los Paladines, flanqueada de robles recios y gruesos. Aquí y allá destacaban los jóvenes reemplazos a los árboles prendidos durante los turbulentos años de la ocupación. Antaño, las mansiones que jalonaban su avance habían sido ocupadas por servidores de Tormo el Justiciero, como su familia. Al pasar junto a la casa donde se crio, evitó mirarla. No contaba con ser bienvenido a la que fuera la heredad de los Tudorache. Los recuerdos de una infancia feliz en compañía de su gemelo lo asaltaron. Podía oír el entrechocar de las espadas de madera mientras jugaba con él bajo los avellanos y cerezos del jardín. Tragó saliva y miró al frente, atento a cualquier indicio que sirviera de explicación a forma alada que había agitado la sombra de la esperanza en su encallecido corazón. </span></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La empinada cuesta arriba culminaba en el baluarte que tan bien conocía. Cinco torres redondas, construidas por manos humanas, rodeaban a la aguja élfica de mármol rosado y tejado de pizarra azul que sobresalía, recta como una flecha, por encima de todas ellas. Una muralla de corazón de granito y cubierta de blanca caliza las comunicaba entre sí. En su entorno abundaban los jóvenes retoños de roble y nogal.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Efectivamente, en dos de las torres secundarias se apreciaba que habían despejado sus terrazas de los tejados con que las habían ido cubriendo tras la batalla de los Marjales. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Al verlo, tiró de las riendas para detener a su montura. Los escasos viandantes lo miraron con extrañeza, pero continuaron su camino sin decir nada. Por sus ropas parecían enriquecidos mercaderes, como su mismo cuñado, o nobles cortesanos. Ninguno parecía prestar servicio en la Orden de Tormo. Él se enderezó sobre la gastada silla de montar. Tras años de declive, éstos eran los primeros signos de recuperación que veían sus cansados ojos. Una mezcla convulsa de emociones, mitad esperanza y mitad recelo, lo sacudió. Aquél estado mental no difería tanto de la incertidumbre que lo embargaba antes de cada combate. Así que lo confrontó tal y como lo habían entrenado: Respiró profundamente. Despejó la cabeza de distracciones. Se concentró en el momento presente. Y avanzó con decisión.</span></span></p><p style="text-align: justify;"></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El caballero negro regresaba a la Torre de Tormo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Y hasta aquí llego por hoy. Pronto compartiré lo que le espera a Tudorache el Negro al otro lado de esa muralla. entre tanto os dejo con los Blackmore´s Night y su "Home Again":</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-family: verdana; font-size: medium; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/bwZHYKsGIu4" width="320" youtube-src-id="bwZHYKsGIu4"></iframe></span></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Gracias por estar al otro lado.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Nos leemos.</span></span></p>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-66955192009707515612023-11-07T20:10:00.004+01:002023-11-08T04:13:14.197+01:00(Spoiler Alert) Eiji Yoshikawa: Musashi y el Taiko<p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYN3vREc2baEsf0UNr5i0Ca27B8FvNqz4PFRynBTmDOBzy34oblGK_PoNZTBzwIgF8O8ILawdxxC1-IPWicyfba2ggENfabPQ8010NoE-rSSTFbqf0oa3zeRAFB0WpLUbRjUoNf_UO52ZAxeZmEdJ_klPr3LUInmAHXIy0q3W8a3UXp19fB2z6R3z3Oho/s4160/IMG20231027134358_01.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4160" data-original-width="3120" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYN3vREc2baEsf0UNr5i0Ca27B8FvNqz4PFRynBTmDOBzy34oblGK_PoNZTBzwIgF8O8ILawdxxC1-IPWicyfba2ggENfabPQ8010NoE-rSSTFbqf0oa3zeRAFB0WpLUbRjUoNf_UO52ZAxeZmEdJ_klPr3LUInmAHXIy0q3W8a3UXp19fB2z6R3z3Oho/s320/IMG20231027134358_01.jpg" width="240" /></a></div><br /><span id="docs-internal-guid-9be7c643-7fff-7239-39fc-dbc18f19933e"><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Hola a todos, muy buenos días una vez más.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Como seguro que ya habéis adivinado, también soy aficionado al manga y al anime (sorpresa, sorpresa). Y además, tras años de entrenamiento intensivo en comentario de textos y antropología comparativa pues en ocasiones veo muertos, digo paralelismos entre obras de distinto género e incluso medio de expresión.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Tal es el caso que nos ocupa hoy. Por un lado tenemos a este exitoso escritor de novela histórica de mediados del siglo XX. Y por el otro tenemos a la industria del manga y el anime que en palabras del mangaka autor del "Vinland Saga": “lleva décadas contando la misma historia una y otra vez”.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Pues bien, sólo he leído dos obras de este autor (el Walter Scott japonés leí que le llamaban una vez) y puedo adelantaros que la cantidad de puntos en común que tienen con los grandes manga shonen como Dragón Ball o Naruto es considerable. No me cabe duda de que mis admirados mangakas lo han leído en un momento u otro de sus vidas.</span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Voy a empezar por el Musashi. Está ambientada principalmente tras Sekigahara, la batalla que rubricó la hegemonía de los Tokugawa y definió el devenir histórico de Japón hasta la revolución Meiji.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">En ella nos narra con todo lujo de detalles el periplo vital del celebérrimo samurái. Desde su infancia como muchacho violento y salvaje hasta alcanzar su estatus de leyenda.</span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Es la más fácil de leer en tanto en cuanto se centra en individuos cuyas vidas transcurren al margen de los centros de poder y las luchas entre familias. Vamos que no hace falta conocer de pe a pa la historia japonesa para seguir la trama. Recordemos que ambas obras están escritas por y para japoneses.</span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiflkdBVocnKiefaUuxV4mcjxdDFqp2iMmdKvf20yimtyHvg7UwCgMntLaxXe0yNLgHlzoHv193g5h20AbrNM0sg_mFk6XDesT1BqWCKR_R8FBGzYkNTMYcy9MXt0DGv7fBSWfChDdV29mNWcNPtIRgiHsjeHSbowv4l6zYr91lzWbZ_fKsuX1VbFm6QAw/s960/guke%20duende%20abuelo.webp" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="960" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiflkdBVocnKiefaUuxV4mcjxdDFqp2iMmdKvf20yimtyHvg7UwCgMntLaxXe0yNLgHlzoHv193g5h20AbrNM0sg_mFk6XDesT1BqWCKR_R8FBGzYkNTMYcy9MXt0DGv7fBSWfChDdV29mNWcNPtIRgiHsjeHSbowv4l6zYr91lzWbZ_fKsuX1VbFm6QAw/s320/guke%20duende%20abuelo.webp" width="320" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Jiraia también se merecía salir aquí, o Miroku.</span></td></tr></tbody></table><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Entre sus personajes encontramos al protagonista glotón y salvaje que será disciplinado por el monje con debilidad por las mujeres y el sake. Y os adelanto que en comparación el entrenamiento del árbol en "El Temor de un Hombre Sabio" se queda corto.</span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXrb5CTAHlNtV5hhZ3qU8oXytjIsp67vrLys9cXKlOJ3KFzwAraGtSne6uaWWn9ej2iZ0XlRqGqzMsfA-yVlbdD3VbfPRGfL78ZXDt3q7kWZXD4zUyfEiX9GLtAm8X5UjD6NbCbYYhR2j7SNkNpMuMXQ6I87Ntkdeb6WZNrhsgSx_bTZSpxlhyXoCAE8I/s474/ynuyhasa.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="355" data-original-width="474" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXrb5CTAHlNtV5hhZ3qU8oXytjIsp67vrLys9cXKlOJ3KFzwAraGtSne6uaWWn9ej2iZ0XlRqGqzMsfA-yVlbdD3VbfPRGfL78ZXDt3q7kWZXD4zUyfEiX9GLtAm8X5UjD6NbCbYYhR2j7SNkNpMuMXQ6I87Ntkdeb6WZNrhsgSx_bTZSpxlhyXoCAE8I/s320/ynuyhasa.jpg" width="320" /></span></a></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; text-indent: 36pt; white-space-collapse: preserve;">Al amigo mundano que acompaña al héroe obsesionado en su progreso por el camino de la espada y suple cómo puede su falta de sentido común o temeridad.</span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4wFyJourWJxBc91q7Keaw4RPPSQn1-YbLycEbq8J5E6SVddZSawr89IUqqeyhDT1DlhuSzEWtr5f0ShMpmSKR12CAXpggmlyzqVHNMBb-pOB_TEg9_H_nUlra-XYVMmpDdo1GlQw6DrBalxy-_tH3Jrj6C0rWQpZhz9igorM0YM9B5WrgoC7R52CnrHQ/s600/yussop.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="338" data-original-width="600" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4wFyJourWJxBc91q7Keaw4RPPSQn1-YbLycEbq8J5E6SVddZSawr89IUqqeyhDT1DlhuSzEWtr5f0ShMpmSKR12CAXpggmlyzqVHNMBb-pOB_TEg9_H_nUlra-XYVMmpDdo1GlQw6DrBalxy-_tH3Jrj6C0rWQpZhz9igorM0YM9B5WrgoC7R52CnrHQ/s320/yussop.jpg" width="320" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Krilin era otra opción</span></td></tr></tbody></table><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La novia prometida desde la infancia que, cual Penélope, espera que el muy zoquete siente la cabeza.</span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQjEPuXERU181sPXJcCJVCLnTobScub-o_as50a8YmtG5mR5oXqL909Y3DjxP6z0daXb2H1X-fjdQCDAxjb8rot81Y-nSAET6QosRFfc9uXUjlkAI1G-syuttf0X2k7ZUavR9YA4-IzyC29IcExlENDnWxeuzGqxv5-A8VGbDTRYhY6rPX_StOPLScRgI/s900/sakura.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="900" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQjEPuXERU181sPXJcCJVCLnTobScub-o_as50a8YmtG5mR5oXqL909Y3DjxP6z0daXb2H1X-fjdQCDAxjb8rot81Y-nSAET6QosRFfc9uXUjlkAI1G-syuttf0X2k7ZUavR9YA4-IzyC29IcExlENDnWxeuzGqxv5-A8VGbDTRYhY6rPX_StOPLScRgI/s320/sakura.jpg" width="320" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Akane o Chichi encajan también</span></td></tr></tbody></table><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La mujer de mundo que no duda en utilizar todas las herramientas a su alcance para conseguir sus objetivos.</span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggZVs_EnZ7gkRpLLHw_55-cJ_pBdxmqwqky_4R_kBTlZ4f3aapCXcfc0czePQn8iabsGcxlBewMkNCjotIfgzGXIrssuJw7PyU29MAJ8gl3odkoPQmOYerEQxvwuHdqk7uXkZEL5uN6vMt8eH-sc-2wlkj86r50IlauwgDauiIkq93CktlZYXs-HDd1BQ/s735/bulma.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="735" data-original-width="473" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggZVs_EnZ7gkRpLLHw_55-cJ_pBdxmqwqky_4R_kBTlZ4f3aapCXcfc0czePQn8iabsGcxlBewMkNCjotIfgzGXIrssuJw7PyU29MAJ8gl3odkoPQmOYerEQxvwuHdqk7uXkZEL5uN6vMt8eH-sc-2wlkj86r50IlauwgDauiIkq93CktlZYXs-HDd1BQ/s320/bulma.jpg" width="206" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">O Shampoo, o la sacerdotisa Kikio o tantas otras que sin duda os vendrán a la cabeza.</span></td></tr></tbody></table><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; text-indent: 36pt; white-space-collapse: preserve;">El bandido luchador antagonista que termina respetando y aceptando su amistad </span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicyYw9mtU0smOVpkAyJ-swlxDfkRDUhFryJVKOZAqis2ve7Wzrk0-Fy9sF3e4OPD_uq3DYjEiDC22omZyE_cQWQzjXKaAy3YfBAMWzdiIc-psJsZve-RrcvOldU1jvucYC2JqNqrosHBiBNJZXxh4lIri-wbvoSYoC4covJxwMIzOC9W_rsfktJwh2CGg/s985/demonio%20lobo.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="738" data-original-width="985" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicyYw9mtU0smOVpkAyJ-swlxDfkRDUhFryJVKOZAqis2ve7Wzrk0-Fy9sF3e4OPD_uq3DYjEiDC22omZyE_cQWQzjXKaAy3YfBAMWzdiIc-psJsZve-RrcvOldU1jvucYC2JqNqrosHBiBNJZXxh4lIri-wbvoSYoC4covJxwMIzOC9W_rsfktJwh2CGg/s320/demonio%20lobo.jpg" width="320" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Yamcha era otra posibilidad</span></td></tr></tbody></table><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Y claro está, el rival de status privilegiado al que superar.</span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeaJqWes-3bGR_j_ZVvouHnqMR4HXu1ZVS0GXYjzRmW0Dia0xb_KR36mCuRo7GwHOT5jODI4cPkJ5tJr_jdfw4AYBqA6B8elfGVzBIyHmqM-IoT3-y9UrlCXf2usMm-qW-HXJ8BZFuPwJwu4P-3aoOtT2ftHrD6KSfByDnrY3D0-qef9gQAhVn4S6fzAk/s1280/vegeta.webp" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="1280" data-original-width="630" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeaJqWes-3bGR_j_ZVvouHnqMR4HXu1ZVS0GXYjzRmW0Dia0xb_KR36mCuRo7GwHOT5jODI4cPkJ5tJr_jdfw4AYBqA6B8elfGVzBIyHmqM-IoT3-y9UrlCXf2usMm-qW-HXJ8BZFuPwJwu4P-3aoOtT2ftHrD6KSfByDnrY3D0-qef9gQAhVn4S6fzAk/s320/vegeta.webp" width="158" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Sasuke Uchiha, Sesshomaru...</span></td></tr></tbody></table><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">En definitiva, la considero una lectura especialmente indicada para todos aquellos que hemos disfrutado horas y horas con las aventuras de los manga shonen y queremos aprender más de la cultura y mentalidad japonesa de forma amena.</span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Luego tenemos al "habilidoso cara de mono" en el Taiko. Ésta, si no estás familiarizado con la tumultuosa historia japonesa de los años previos a Sekigahara, sí que te resultará una lectura más densa.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Comienza con la infancia en la pobreza de su protagonista. Los intentos sin éxito de su familia para conseguir que se labre un porvenir y aprenda un oficio. Pero no hay manera, inquieto, desmadejado, soñador, indisciplinado, descuidado, torpe, deslenguado y con un espíritu que se rebela contra todo lo que sienta como injusto acaba en la calle… Hasta que entra al servicio del bando de los Nobunaga.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Es llegado a este punto cuando empieza su estrella ascendente, pues se trata de la vida novelada del fundador de los Toyotomi. De ahí en adelante me sorprendió encontrar una cierta nostalgia en el tono de la narración. El autor transmite la idea de que otro mundo hubiera sido posible de haber perdurado la cultura, más abierta, optimista y flexible de los Toyotomi, frente al rigor, las fronteras interiores, la militarización de la sociedad y el aislacionismo que caracterizó al periodo Tokugawa.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Hay frases muy buenas a lo largo de la obra, simplifico una de ellas:</span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">"Nobunaga actúa, Toyotomi baila y Tokugawa espera". O esa otra de Nobunaga, cuando quema los templos, le empiezan a llamar el rey demonio y explica que él: "no busca acabar con la religión, sino que busca acabar con una de las fuentes de poder terrenal de sus enemigos"</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">En cuanto a la influencia en los grandes mangas shonen imagino que ya la intuís. Aquí se nos ofrece el modelo de protagonista que busca nakamas y partiendo de ser el más torpe llega a lo más alto. </span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh39aKK7lkRrbYVqR3hEvgGCuIYKjNKp1MzkG3eeTj2pQWqN3O_zAbc-bOsYggyjZOhX8voBBQ6Q6ThY_3QkZDxT_HcB_seuXeC8aOL2YnPxnsnyHmc-XQuBo_y1n9V3jsDkV-PJUIqRQf6qdLoe2Q1pGXvd2hx5xyB1TMFPhjRqE0v8gttiggIgstwwUc/s398/naruto.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="398" data-original-width="398" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh39aKK7lkRrbYVqR3hEvgGCuIYKjNKp1MzkG3eeTj2pQWqN3O_zAbc-bOsYggyjZOhX8voBBQ6Q6ThY_3QkZDxT_HcB_seuXeC8aOL2YnPxnsnyHmc-XQuBo_y1n9V3jsDkV-PJUIqRQf6qdLoe2Q1pGXvd2hx5xyB1TMFPhjRqE0v8gttiggIgstwwUc/s320/naruto.jpg" width="320" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Ya os imagináis las otras posibilidades</span></td></tr></tbody></table><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Hay además un momento en el que le preguntan al joven protagonista cuál es su modelo a seguir y contesta que es el personaje de unas obras literarias que "siempre se hace amigo de todo el mundo" y se llama Narut… lo que no deja de recordarme la escena en que Miyato habla con Jiraia para elegir el nombre de su hijo en base a las novelas ligeras que él escribe. Me resisto a pensar que sea casualidad, más bien me parece todo un homenaje consciente.</span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Y esto es todo por hoy. Me despido de vosotros con el opening de "Basilisk" anime autoconclusivo de una temporada ambientado al inicio de la era Tokugawa. Pienso que les quedó una historia redonda y además el opening me encanta.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/tldsjP8AST8" width="320" youtube-src-id="tldsjP8AST8"></iframe></span></div></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Gracias por estar ahí.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Nos leemos.</span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><br />Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-83175587831874608422023-10-27T19:32:00.000+02:002023-10-27T19:32:04.588+02:00Promoción por el Día de mi Nombre 2023<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="background-color: white; color: #050505; white-space-collapse: preserve;"><span> </span>Hola a todos de nuevo.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYM4wbaFxL7xJ4QEQCMYXZGY3oLMez1gEwvWZ00l6MkE-UQ_1OR9YU6tBoeXFjW2UwK5M-Bd_XK2ZQmL6ldT17QfeNqtruODRhT9xP7T_h-OfMq3Vgt39H2Sm3HlETToW4jxAIjF653JVDtIJ0ZoC0rWtzOFnbaq61sTl1VMvc3VmxNmUGlXGrC0PAS9s/s2250/Portada%20de%20Libro%20eBook%20Thriller%20Foto%20Blanco%20y%20Negro.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2250" data-original-width="1410" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYM4wbaFxL7xJ4QEQCMYXZGY3oLMez1gEwvWZ00l6MkE-UQ_1OR9YU6tBoeXFjW2UwK5M-Bd_XK2ZQmL6ldT17QfeNqtruODRhT9xP7T_h-OfMq3Vgt39H2Sm3HlETToW4jxAIjF653JVDtIJ0ZoC0rWtzOFnbaq61sTl1VMvc3VmxNmUGlXGrC0PAS9s/s320/Portada%20de%20Libro%20eBook%20Thriller%20Foto%20Blanco%20y%20Negro.png" width="201" /></a></span></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><div class="xdj266r x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>El caso es que se aproxima esa época del año en la que subo de nivel y como noviembre es un mes en el que se acumulan los single days y los black fridays he decidido adelantar la promoción por el día de mi nombre.</span></div><div dir="auto" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> Además hemos superado las 11.000 visitas en el blog, lo que para las Kardashian no será nada, pero para este humilde servidor es motivo suficiente de celebración.</span></span></div><div dir="auto" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> Así que e</span>ste año libero por vía de <a class="x1i10hfl xjbqb8w x6umtig x1b1mbwd xaqea5y xav7gou x9f619 x1ypdohk xt0psk2 xe8uvvx xdj266r x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r xexx8yu x4uap5 x18d9i69 xkhd6sd x16tdsg8 x1hl2dhg xggy1nq x1a2a7pz xt0b8zv x1qq9wsj xo1l8bm" href="https://www.facebook.com/hashtag/lektu?__eep__=6&__cft__[0]=AZWnlOG9lejnuGJGqDQx_fuVcwWjPHqQ1gCTwFGXN5-XUKl5DLYAyBK5Ec8EN39aC4b3mnP-Jh_IIhZEMTFB61ZUYBeVTbcYVvesYJCZg4IjyrBmkKtC9Aj4h7uaHyBw8KdLlpMM09yCtCcKo2KCclWSgrk2RQALMsbEUa5rdxqZV6yg6_hjemubVv5SQIhrX2w&__tn__=*NK-R" role="link" style="-webkit-tap-highlight-color: transparent; background-color: transparent; border-color: initial; border-style: initial; border-width: 0px; box-sizing: border-box; cursor: pointer; display: inline; list-style: none; margin: 0px; outline: none; padding: 0px; text-align: inherit; text-decoration-line: none; touch-action: manipulation;" tabindex="0">#lektu</a> el <a class="x1i10hfl xjbqb8w x6umtig x1b1mbwd xaqea5y xav7gou x9f619 x1ypdohk xt0psk2 xe8uvvx xdj266r x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r xexx8yu x4uap5 x18d9i69 xkhd6sd x16tdsg8 x1hl2dhg xggy1nq x1a2a7pz xt0b8zv x1qq9wsj xo1l8bm" href="https://www.facebook.com/hashtag/ebookgratuito?__eep__=6&__cft__[0]=AZWnlOG9lejnuGJGqDQx_fuVcwWjPHqQ1gCTwFGXN5-XUKl5DLYAyBK5Ec8EN39aC4b3mnP-Jh_IIhZEMTFB61ZUYBeVTbcYVvesYJCZg4IjyrBmkKtC9Aj4h7uaHyBw8KdLlpMM09yCtCcKo2KCclWSgrk2RQALMsbEUa5rdxqZV6yg6_hjemubVv5SQIhrX2w&__tn__=*NK-R" role="link" style="-webkit-tap-highlight-color: transparent; background-color: transparent; border-color: initial; border-style: initial; border-width: 0px; box-sizing: border-box; cursor: pointer; display: inline; list-style: none; margin: 0px; outline: none; padding: 0px; text-align: inherit; text-decoration-line: none; touch-action: manipulation;" tabindex="0">#EbookGratuito</a> de "Marduk y la Isla de los Cangrejos" en los formatos <a class="x1i10hfl xjbqb8w x6umtig x1b1mbwd xaqea5y xav7gou x9f619 x1ypdohk xt0psk2 xe8uvvx xdj266r x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r xexx8yu x4uap5 x18d9i69 xkhd6sd x16tdsg8 x1hl2dhg xggy1nq x1a2a7pz xt0b8zv x1qq9wsj xo1l8bm" href="https://www.facebook.com/hashtag/epub?__eep__=6&__cft__[0]=AZWnlOG9lejnuGJGqDQx_fuVcwWjPHqQ1gCTwFGXN5-XUKl5DLYAyBK5Ec8EN39aC4b3mnP-Jh_IIhZEMTFB61ZUYBeVTbcYVvesYJCZg4IjyrBmkKtC9Aj4h7uaHyBw8KdLlpMM09yCtCcKo2KCclWSgrk2RQALMsbEUa5rdxqZV6yg6_hjemubVv5SQIhrX2w&__tn__=*NK-R" role="link" style="-webkit-tap-highlight-color: transparent; background-color: transparent; border-color: initial; border-style: initial; border-width: 0px; box-sizing: border-box; cursor: pointer; display: inline; list-style: none; margin: 0px; outline: none; padding: 0px; text-align: inherit; text-decoration-line: none; touch-action: manipulation;" tabindex="0">#epub</a> <a class="x1i10hfl xjbqb8w x6umtig x1b1mbwd xaqea5y xav7gou x9f619 x1ypdohk xt0psk2 xe8uvvx xdj266r x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r xexx8yu x4uap5 x18d9i69 xkhd6sd x16tdsg8 x1hl2dhg xggy1nq x1a2a7pz xt0b8zv x1qq9wsj xo1l8bm" href="https://www.facebook.com/hashtag/mobi?__eep__=6&__cft__[0]=AZWnlOG9lejnuGJGqDQx_fuVcwWjPHqQ1gCTwFGXN5-XUKl5DLYAyBK5Ec8EN39aC4b3mnP-Jh_IIhZEMTFB61ZUYBeVTbcYVvesYJCZg4IjyrBmkKtC9Aj4h7uaHyBw8KdLlpMM09yCtCcKo2KCclWSgrk2RQALMsbEUa5rdxqZV6yg6_hjemubVv5SQIhrX2w&__tn__=*NK-R" role="link" style="-webkit-tap-highlight-color: transparent; background-color: transparent; border-color: initial; border-style: initial; border-width: 0px; box-sizing: border-box; cursor: pointer; display: inline; list-style: none; margin: 0px; outline: none; padding: 0px; text-align: inherit; text-decoration-line: none; touch-action: manipulation;" tabindex="0">#mobi</a> y <a class="x1i10hfl xjbqb8w x6umtig x1b1mbwd xaqea5y xav7gou x9f619 x1ypdohk xt0psk2 xe8uvvx xdj266r x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r xexx8yu x4uap5 x18d9i69 xkhd6sd x16tdsg8 x1hl2dhg xggy1nq x1a2a7pz xt0b8zv x1qq9wsj xo1l8bm" href="https://www.facebook.com/hashtag/pdf?__eep__=6&__cft__[0]=AZWnlOG9lejnuGJGqDQx_fuVcwWjPHqQ1gCTwFGXN5-XUKl5DLYAyBK5Ec8EN39aC4b3mnP-Jh_IIhZEMTFB61ZUYBeVTbcYVvesYJCZg4IjyrBmkKtC9Aj4h7uaHyBw8KdLlpMM09yCtCcKo2KCclWSgrk2RQALMsbEUa5rdxqZV6yg6_hjemubVv5SQIhrX2w&__tn__=*NK-R" role="link" style="-webkit-tap-highlight-color: transparent; background-color: transparent; border-color: initial; border-style: initial; border-width: 0px; box-sizing: border-box; cursor: pointer; display: inline; list-style: none; margin: 0px; outline: none; padding: 0px; text-align: inherit; text-decoration-line: none; touch-action: manipulation;" tabindex="0">#PDF</a></span></div><div dir="auto" style="text-align: justify;"><br /></div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="text-align: justify;"><a class="x1i10hfl xjbqb8w x6umtig x1b1mbwd xaqea5y xav7gou x9f619 x1ypdohk xt0psk2 xe8uvvx xdj266r x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r xexx8yu x4uap5 x18d9i69 xkhd6sd x16tdsg8 x1hl2dhg xggy1nq x1a2a7pz xt0b8zv x1fey0fg" href="https://lektu.com/l/la-itarca-de-isfegar/marduk-y-la-isla-de-los-cangrejos/22319?fbclid=IwAR0_p1meCuB4YvW423kFDcGb2k3NfkF14-eKXGESKyH1lJ8aQUxO63rkoP4" rel="nofollow" role="link" style="-webkit-tap-highlight-color: transparent; background-color: transparent; border-color: initial; border-style: initial; border-width: 0px; box-sizing: border-box; cursor: pointer; display: inline; list-style: none; margin: 0px; outline: none; padding: 0px; text-align: inherit; text-decoration-line: none; touch-action: manipulation;" tabindex="0" target="_blank"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">https://lektu.com/.../marduk-y-la-isla-de-los.../22319</span></a></div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><div dir="auto" style="text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">"En <a style="color: #385898; cursor: pointer;" tabindex="-1"></a>un tiempo remoto, cuando el mundo de Ital era joven y el interior de los continentes estaba sin cartografiar, vivió un héroe que se convertiría en el espejo de todos los que estaban por llegar.</span></div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Su nombre era Marduk y con sus valientes camaradas de armas recorrió tierras y mares desafiando al destino mortal que le había sido impuesto.</span></div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">He aquí la primera de sus muchas aventuras, cuando todavía ignoraba la gloria que llegaría a alcanzar.</span></div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Adelante viajero inquieto, ponte cómodo y deléitate con sus hazañas legendarias."</span></div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><div dir="auto" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> Os dejo con los Iron Maiden y su "Heaven can Wait":</span></span></div><div dir="auto" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span><br /></span></span></div><div dir="auto" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/4xcTMAGH39U" width="320" youtube-src-id="4xcTMAGH39U"></iframe></div><br /></span></div><div dir="auto" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Espero que os guste.</span></div><div dir="auto" style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span> </span>Nos leemos.</span></div></div>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-58727802204113840732023-10-24T19:09:00.011+02:002024-01-03T17:08:26.668+01:00(Charlas con los Lectores) ¿Por qué fantasía?<span id="docs-internal-guid-4b55cb7a-7fff-d324-a501-d0ed14b35c8a" style="font-family: verdana; font-size: medium;"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span>Hola a todos un día más.</span></span></p><span><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span>Hoy voy a poner por escrito mi respuesta a algo que me preguntan a menudo: ¿Por qué fantasía? ¿Por qué no histórico o distópico?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmX5y1ihY3hCfMMf7mg5hVAvH-gg22Et2kmJqzlWErwodlYEnJiBC-Ot1vv1WMRnxL0derhTEgvJ8baETND_5kP3eosPAVZS302OWty1Oay0RLkoWVUiBqm22xpJDGGOpxdesnpT1SZsqAr8M9oOYx-zoWUtxu1VgHOQv7DJW2KMMhflo-rs4DQRUNae0/s946/islacorum1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="840" data-original-width="946" height="284" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmX5y1ihY3hCfMMf7mg5hVAvH-gg22Et2kmJqzlWErwodlYEnJiBC-Ot1vv1WMRnxL0derhTEgvJ8baETND_5kP3eosPAVZS302OWty1Oay0RLkoWVUiBqm22xpJDGGOpxdesnpT1SZsqAr8M9oOYx-zoWUtxu1VgHOQv7DJW2KMMhflo-rs4DQRUNae0/s320/islacorum1.jpg" width="320" /></a></div><br /></span><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pues porque desde mi punto de vista, que crecí leyendo cosas cómo la "Ilíada" o "Las Mil y una Noches" que tenía en casa de mis padres junto a los los libros de Julio Verne, el "Ivanhoe", o "Las Rimas y Leyendas", entre muchos otros, antes de empezar a ir a la biblioteca municipal, el género fantástico no tiene esa menor consideración que otros le atribuyen.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Esa es la respuesta corta. Todavía la puedo desarrollar más añadiendo que el género fantástico me permite conjugar de forma creativa mis otras grandes aficiones que son la historia y la antropología sin tener que preocuparme por contradecir la imagen que el lector pueda tener del periodo histórico o cultura de la que yo tome elementos para mí narración.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Así sólo tengo que tener cuidado de no caer en incoherencias dentro de lo ya escrito sobre mi propia ambientación, lo cual ya empieza a pasarme, pues hay textos separados por veinte años de escritura.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Otro factor a tener en cuenta es lo elástico del género. No os penséis que todo lo que se escribe bajo su etiqueta es evasión, no. La torre de marfil no es lo bastante alta. La realidad tiene el morro muy fino y se filtra con frecuencia en lo que escribimos. Ahora estoy pensando en las críticas a la sociedad de consumo de M. Moorcock en "La Venganza de la Rosa" o en las reflexiones de R. A. Salvatore sobre la importancia del arraigo y la pertenencia a la sociedad. De éste autor merece que nos detengamos en el arco argumental de Wulfgar, personaje con el que aborda la problemática de los afectados por el síndrome de estrés postraumático y las dificultades que afrontan los veteranos de guerra a la hora de reincorporarse a la vida civil.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Luego tenemos la obra de Terry Prattchett a quien admiro profundamente por el humor e inteligencia con que supo abordar temas bien serios.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Yo mismo no me libro de este… ¿vicio?. Así, en el relato de "El Toro de Sombras" toco el tema de los abusos de la medicina deportiva. O en "La Amenaza bajo Esgembrer" Cornelia y Gilbert debaten sobre un gobierno más pendiente de asegurar su posición, que de atender sus obligaciones para con sus ciudadanos. Lo mismo que en "La Batalla de los Marjales" presento un caso de maltrato en el hogar.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">No obstante, no es mi intención profundizar en estas inquietudes cuando escribo. Son realidades que están ahí y no rehúyo, pero intento mantenerlas como elementos adjetivos de la narración. No busco convencer a nadie, solamente aprovecho para expresarme y liberar presión en la sesera.</span></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Algo parecido ocurre con temas como la inclusión de minorías, o la representación de colectivos LGTBI. Y ya que estoy en ello voy a clarificar mi postura.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Si habéis leído "Marduk y la Isla de los Cangrejos" habréis podido ver qué la tripulación del Delfín está integrada por marineros de diferentes puertos del Mar Interior. Desde mi punto de vista eso es lo normal. A ninguno se os escapará que el mundo que describo en esa novelette bebe del Mediterráneo mítico: Jasón, Odiseo, Gilgamesh, Eneas…</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWJgnp60s8vuej0RoXxhCSrHGaAEvyLF7RJFf7Pov_gN-YA_9uusvuq6EwMFmF3A3ZCXmRhS2xiJNPLDtRBh2q0GCX7aCkyBJlyBAZ8Zglwy62FKV6jyj9Obrw5rBlqSVhMT46gDDLnm11FwUND_woUNbLY5oJlGmb4W0BmM7kSHaIFbL-rsqMyTirpRI/s2250/Portada%20de%20Libro%20eBook%20Thriller%20Foto%20Blanco%20y%20Negro.png" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="2250" data-original-width="1410" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWJgnp60s8vuej0RoXxhCSrHGaAEvyLF7RJFf7Pov_gN-YA_9uusvuq6EwMFmF3A3ZCXmRhS2xiJNPLDtRBh2q0GCX7aCkyBJlyBAZ8Zglwy62FKV6jyj9Obrw5rBlqSVhMT46gDDLnm11FwUND_woUNbLY5oJlGmb4W0BmM7kSHaIFbL-rsqMyTirpRI/s320/Portada%20de%20Libro%20eBook%20Thriller%20Foto%20Blanco%20y%20Negro.png" width="201" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Próximamente</span></td></tr></tbody></table><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pues en mi cabeza, las culturas son bastante elásticas, sincréticas, proclives a copiarse las unas a las otras y mezclarse entre sí. Visto vaqueros, como hamburguesas y bebo Cocacola pero sigo sin ser estadounidense. Por supuesto, las interacciones entre ellas distan de ser siempre amistosas o justas. Tengo en mente también a Roger de Flor y su Compañía Catalana (entre sus integrantes los catalanes eran los menos) o a los hermanos Barbarroja, los célebres piratas berberiscos, hijos de un descendiente de guardia varego en Constantinopla y la hija de un pope griego.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">Estudios recientes sobre los escandinavos de la Era Vikinga arrojaban una sorprendente variedad de orígenes genéticos que en épocas posteriores disminuía… Hombre, recorres toda Europa y cercanías, por ríos y mares, sea comerciando, sea saqueando, lo lógico es que haya intercambio genético por las buenas y por las malas. Luego dejas de comerciar con esclavos provenientes de puertos lejanos… muy sorprendente no debería haber sido.</span></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Una cosa que me impactó cuando leí mis primeros cómics de Conan era la facilidad con que ponía en práctica aquello de "allá donde fueres, haz lo que vieres". Daba lo mismo Kush, que Shem, que las islas barachanas, que Zamora, se mezclaba igual con gentes de todo lugar y pelaje.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Sonja la hirkana, Fafnir el vanir, Zula el último de los darfari, Valeria de la Hermandad Roja, Palantides de Aquilonia, Trocero de Poitain, Belit de Shem, Nagora el kushita, Isparana… son sólo algunos de los muchos compañeros de aventuras que desfilaron ante mis ojos en las historias escritas por R. E. Howard y reescritas por Roy Thomas.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVk_vS-5GZx5kOkvDNxVXL3KKz_3m6szLrJ_7NRGzszFE1w8AM_THHWmlcQKWuDncsguEFhW4VHyrYvVSRo4Cvn2uiydatt6TSd95Uz6HSa3wD6TsBYM1IB-SBBMlOJRfmNyxytOQcjjKxJafAdDnIuEQt-xmQQsoDt2F_98kc7jfynuLUWSS2u76Sx80/s1069/belit%20zula.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="1069" data-original-width="730" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVk_vS-5GZx5kOkvDNxVXL3KKz_3m6szLrJ_7NRGzszFE1w8AM_THHWmlcQKWuDncsguEFhW4VHyrYvVSRo4Cvn2uiydatt6TSd95Uz6HSa3wD6TsBYM1IB-SBBMlOJRfmNyxytOQcjjKxJafAdDnIuEQt-xmQQsoDt2F_98kc7jfynuLUWSS2u76Sx80/s320/belit%20zula.jpg" width="219" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Todo un clásico.</span></td></tr></tbody></table><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; text-indent: 36pt; white-space-collapse: preserve;">De ahí que al ver cómo en algunas producciones actuales en busca de inclusividad vistan a actores que no casan con la imagen que espero ver para representar determinados papeles me deje frío.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Es más, me recuerda a aquellos misioneros de la época de las exploraciones (actitud heredada de tiempos anteriores y que no tiene visos de desaparecer) que llegaban e imponían su religión, sus ropas y su idioma a cambio de ser aceptados en la nueva cultura dominante.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Algunos me dirán que si defiendo el mensaje del "salvador blanco". Esa es otra cuestión. Estamos interpretando obras pretéritas desde sensibilidades actuales y eso no es buena idea.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Walter Scott dejó dicho que a la hora de enganchar al lector había que tratar de proporcionarle personajes a los que pudiera entender e incluso sentirse identificado.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">De ahí que, para mí desconcierto, cuando leí su Rob Roy me esperaba encontrar algo más del estilo de la película protagonizada por Liam Neeson y no al hijo de un comerciante al que su padre sorprendió escribiendo poesía.</span></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">O que el William Wallace de Mel Gibson sea un hombre del renacimiento con ideas democráticas. Nada de desollar ingleses para hacer un tambor...</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">O que el Cato de Simón Scarrow sea una rata de biblioteca hijo de un liberto imperial.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">O que ahora sea la britana Albia, la hija adoptiva adolescente de Falco y Elena, la protagonista de las novelas de Lindsay Davis ambientadas en la Roma de los Flavios.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">O que el protagonista del fantástico thriller manga seinen "Monster" sea un médico japonés en la Alemania recién unificada. Lo mismo para "Captain Tsubasa" ("Oliver y Benji" o "Campeones") y sus temporadas en las ligas europeas, en los mundiales…</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">No es una conspiración supremacista, es simplemente una estrategia para llegar a un público objetivo. Otra cosa es que algunas cabezas pensantes hayan creído que podían pescar en nuevos caladeros sin perder la audiencia anterior. O que inversores y creativos hayan enviado mensajes contradictorios que terminan erosionando los proyectos que sacan adelante.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Explico cómo lo veo desde mi rincón del mundo. Los inversores buscan franquicias asentadas con aficionados dispuestos a gastarse el dinero en sus productos, pues su objetivo es rentabilizar su inversión y ganar más dinero. En cambio, los creativos quieren desarrollar sus propios temas e intereses, en ocasiones sin atenerse al material previo. Lógico que en el proceso pierdan a quienes sienten más apego por las versiones anteriores. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Yo mismo me encuentro a un lado y a otro de la audiencia. He leído mucho Marvel y poco DC. Así que las adaptaciones audiovisuales de los unos, conforme desarrollaban una identidad propia, me han ido perdiendo. Mientras que las de los otros no me afectan sus vaivenes y las veo de todos modos. Lo mismo con las series que están adaptando a Tolkien y Jordan. Al uno lo he leído intensivamente. Al otro no. Eran muchos libros y estaban editados en tapa dura. Ni el tiempo, ni el dinero daban para todo. De manera que veo ambas adaptaciones con diferentes sentimientos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Mención especial merecen esas series que comienzan como libros infantiles y en cada entrega los personajes van creciendo al ritmo de sus lectores. Estoy pensando en "Los Cinco" de Enid Blyton y en Harry Potter. En estos casos la fidelidad del lector es para toda la vida.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Lo que me lleva de vuelta sobre otro tema sensible: La visibilización de los colectivos LGTBI. A mi la serie de Xena, y la de Hércules ya de paso, no me gustaron y no las he visto. En aquel entonces esas reinterpretaciones de temas clásicos me desagradaban. Lo mismo para la película de Brat Pitt sobre Troya cuando no sigue la historia. "Los 300" en cambio me la tomé como algo que ocurrió en otra dimensión, o en un planeta muy, muy lejano, y la disfruté mucho más.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">"Torchwood" la vi antes que "Doctor Who". Al personaje del capitán Jack Harkness ya lo conocéis, lo mismo que a Xena y a Gabriel. Pues ese enfoque de las temporadas del Doctor de D. Tennant es el que intento seguir en lo que a dichas realidades respecta. Lo considero un elemento adjetivo de la narración y no incido mucho más.</span></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">De hecho, en la serie de Pallanthia hay varios personajes que considero integrantes de dicho colectivo y lo escribí en el 2004. Lo mismo que en "La Isla de los Cangrejos" hay otras dos parejas que lo son. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pero nuevamente, para mí es algo accesorio. No pretendo romantizar una relación asimétrica como en "Memorias de Adriano", ni dedicarle la atención que Posteguillo le concedió en las novelas de Trajano. Mi perspectiva de este tema se acerca más al de la "Anábasis" de Jenofonte. En ella se mencionan dos casos de mercenarios que mantienen relaciones con su porteador. Cuando en su retirada por territorio hostil comienzan a racionar las provisiones, sólo hay para los amos. Así, el uno expulsa inmediatamente a su esclavo del campamento. En cambio, el otro las comparte y cuando están marchando en pleno invierno por las montañas se desvive por alimentar y salvar a su porteador. No es mi intención ni demonizar, ni idealizar a dicho colectivo.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirsXoKBBCFLUQyGZZU-gAR56fbeaVlw9nlfMibek1dqIAx_xUiAVQD3n0ogcLr8JvCtcW1t9k1YWtNiWbdX3Sq-bKLcM9UVo_ZWIkmBPEJgyUHGlQEVgIVcBX8uEDjn7IN-KbcmnJeIM1E1QrcBmMhadXnKvD6R89_Cb_yJFAijgTe_vucQpVrHDKs47E/s648/belitsonjavaleria1.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="648" data-original-width="648" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirsXoKBBCFLUQyGZZU-gAR56fbeaVlw9nlfMibek1dqIAx_xUiAVQD3n0ogcLr8JvCtcW1t9k1YWtNiWbdX3Sq-bKLcM9UVo_ZWIkmBPEJgyUHGlQEVgIVcBX8uEDjn7IN-KbcmnJeIM1E1QrcBmMhadXnKvD6R89_Cb_yJFAijgTe_vucQpVrHDKs47E/s320/belitsonjavaleria1.jpg" width="320" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Belit, Sonja y Valeria según una IA</span></td></tr></tbody></table><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">Luego está el otro caballo de batalla de nuestros días. Me dice un lector que entre mis personajes femeninos "no hay ni un ángel, son todas unas cabronas con tirantes". Bueno aquí son varios los factores a tener en cuenta. Tal vez el principal sea que empecé a repartir pan casa por casa con cinco años acompañando a mi madre en su trabajo y la mayoría eran clientas. Es decir, la mujer como fuente de autoridad es algo que asumí de muy niño. También está el hecho de que me crio mi abuela. A la que los unos dejaron viuda durante la postguerra, después de que los otros acabaran con sus padres durante la guerra. Hasta su muerte fue un pilar en mi vida.</span></span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3dmQ6f0DGgcm_KSO3-XJKtoZYzNz9MedzwSk7iTRjyPG85GKS6cd3lMxPHKgXcGPp1ad9S632V7Y1YNQxYfLIY4MzLW84veBDIHr068ZM1mAwsN3qznyN2wCLELTMST0FFp9HTLpPiTgsLz6rfBQMIYtsUVZHnTiG1Vbxl_9sl03Ci8rBRb2bYGL3dWo/s871/elefantes%20y%20hierbs1.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="871" data-original-width="871" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3dmQ6f0DGgcm_KSO3-XJKtoZYzNz9MedzwSk7iTRjyPG85GKS6cd3lMxPHKgXcGPp1ad9S632V7Y1YNQxYfLIY4MzLW84veBDIHr068ZM1mAwsN3qznyN2wCLELTMST0FFp9HTLpPiTgsLz6rfBQMIYtsUVZHnTiG1Vbxl_9sl03Ci8rBRb2bYGL3dWo/s320/elefantes%20y%20hierbs1.jpg" width="320" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En la India tienen un dicho: "Cuando los elefantes pelean, es la hierba la que termina aplastada".</span></td></tr></tbody></table><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Luego están las Belit, Red Sonja, Valeria, Milady, Eowyn, Galadriel, Luthien, Sue Storm, Janet Van Dyne, Mística, Ororo Munroe, Amora, Sif, Kagome, Bulma, C18, Deelit, Pirotess, Kitiara, Ripley… no tengo la sensación de haber estado a falta de referentes femeninos fuertes. De hecho, en su momento me planteé abrir una librería especializada y llamarla Zenobia, tanto por la reina de Palmira, como por la reina de Aquilonia. Pero dado los hábitos de consumo de los aficionados locales no me pareció viable y desistí.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">De todos modos, con todo esto no pretendo convencer a nadie, ni posicionarme a un lado u a otro de la trinchera que siento que quieren cavar en nuestras cabezas. Sólo pretendo expresar cómo lo veo a resultas de mis lecturas y experiencias previas.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtabpVqx6IOKEOLcWauyeGCmovBiux8kuTvRHKIBKgkggsurY_9k3hv-la5BogqnZF1ZQHKcSbI90yP5vJm_Qb9ofn21mu0mlA7EfPNu28r3Yf7pl07-MS91DiKJzPzLgaWc_vg4KhbdBBLwcpbaFmhHwozytr5VWIEE639K-VZYYDGj0BbMBUmYBymrE/s4160/IMG20231024184524_01.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="4160" data-original-width="3120" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtabpVqx6IOKEOLcWauyeGCmovBiux8kuTvRHKIBKgkggsurY_9k3hv-la5BogqnZF1ZQHKcSbI90yP5vJm_Qb9ofn21mu0mlA7EfPNu28r3Yf7pl07-MS91DiKJzPzLgaWc_vg4KhbdBBLwcpbaFmhHwozytr5VWIEE639K-VZYYDGj0BbMBUmYBymrE/w300-h400/IMG20231024184524_01.jpg" width="300" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">"Kingdom Come" de DC. Si sustituimos a los superhumanos por las IAs el problema de fondo sigue siendo el mismo.</span></td></tr></tbody></table><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Y ya que estoy voy a terminar de enfangarme metiéndome en otro jardín: el de las IAs en el ámbito creativo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Lo primero, suscribo lo leído por la red: "Este no es el futuro que me habían prometido. Los robots pintando y escribiendo poesía y los humanos doblando el espinazo". Bueno, en realidad se aleja de "La Cultura" de Ian Banks y se acerca al "Hyperion" de Dan Simmons.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El caso es que comprendo el rechazo que suscita su uso en todos aquellos que aspiran a las actividades profesionales afectadas.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Es la… ¿quinta revolución industrial?. La cuarta fue la de la automatización, digitalización y deslocalización de actividades y servicios y ha dado como resultado un panorama que se parece cada vez más a "Elysium" o a "Alita". Una mierda, vamos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En mi caso, trabajo de panadero y me dedico a esto otro para, como cantaba Sabina, "no cortarme de un tajo las venas". Además arrastro una discapacidad visual grave que me impide disfrutar jugando al ordenador o con el cine en 3D, entre otras cosas. Y recientemente he añadido artrosis en las articulaciones a la lista de mataduras, de manera que montar y pintar miniaturas se ha vuelto una tortura.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><img border="0" data-original-height="946" data-original-width="709" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyLYKhhtqdkRb2pbM5Y8HbOsXwqwKxYwQAylrhBHiRyY4ICGaPqBolEeL_skP86AuMRNlYOSVkWLtL4ko_m2-DcqjCdPGJeucsdh9-km6w3QnNaJg4J1goLaCVYlbVSHSSvQqZfzo64FQSS0gF8EE06vMxjJMyTT_YXjLMmxdCtuUBz4zqvW8efJbzbXk/s320/artrosis1.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" width="240" /></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><br /></td></tr></tbody></table><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNt-jhQb9Js1FDMGCXHOd-8x5xMG2IpyOsMVZNwJL2g7pnV87-U4-pEDOHA2LCRKbSW-XREBnW1ODeM5qvOs2g1cWKn_KMjEtKS0vdxKe70vjHle_SWiqarkFcknqv2-2uqIIEriGQJ8sbsRzbYNpLPBEVep0ZnokMuH5kCCyaevxfaBKinWQDKZuRl5M/s946/arttrosis.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="946" data-original-width="709" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNt-jhQb9Js1FDMGCXHOd-8x5xMG2IpyOsMVZNwJL2g7pnV87-U4-pEDOHA2LCRKbSW-XREBnW1ODeM5qvOs2g1cWKn_KMjEtKS0vdxKe70vjHle_SWiqarkFcknqv2-2uqIIEriGQJ8sbsRzbYNpLPBEVep0ZnokMuH5kCCyaevxfaBKinWQDKZuRl5M/s320/arttrosis.jpg" width="240" /></span></a></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Así que sí. Me apoyo cada vez más en aplicaciones de IAs para generar ilustraciones para el blog y mis redes sociales. Me declaro culpable.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUuyU1e0ZOHDnlVEvqx174TyMrZOowa-H5t1cmXS-mHSevdwIO5HkLxnAfq57hFEeIgSIJ61_3RYkSLOEUBtHPsMN9QkYNGv-NJRZe-b06hbCQuxJnpZTBUVbHFwvDFB1uDDk7s32k-pEV2lLnTknOe01nY7Ulw7jBj59AiSvE8Ev_SsrxAlz-93jlrWA/s946/rey1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="843" data-original-width="946" height="285" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUuyU1e0ZOHDnlVEvqx174TyMrZOowa-H5t1cmXS-mHSevdwIO5HkLxnAfq57hFEeIgSIJ61_3RYkSLOEUBtHPsMN9QkYNGv-NJRZe-b06hbCQuxJnpZTBUVbHFwvDFB1uDDk7s32k-pEV2lLnTknOe01nY7Ulw7jBj59AiSvE8Ev_SsrxAlz-93jlrWA/s320/rey1.jpg" width="320" /></span></a></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; text-indent: 36pt; white-space-collapse: preserve;">Y para terminar con un toque más ligero, pasamos a otra cosa que me preguntan a menudo : ¿Por qué Ital?</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La primera intuición es pensar que fue por el año Erasmus en Italia. Pero no. Es anterior. De cuando estaba en la secundaria y en el grupo de las partidas de rol hubo un grupo de jugadores que protestaron porque los directores de juego no les teníamos en cuenta lo suficiente.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">De mi enfado de entonces surgió "Incompetentes, tarados y levantiscos". Aunque, como casi todas las desavenencias a esa edad, no fue a mayores. Además cada grupo tenía su parte de razón.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Poco más tarde descubrimos de la mano de la editorial Planeta el Bastard de Hagiwara, después llegó el Berserk de Miura, y pasó a ser el acrónimo de "Intriga, traición, ambición y lujuria". Pura testosterona noventera con todos aquellos antihéroes y versiones oscuras de los personajes clásicos que inundaron la cultura de entretenimiento audiovisual. Mucho de aquello lo encontráis en "El Manto de la Noche" y siguientes. Después ya no tanto. Ahora me satisface más el tono de Reinos Olvidados o de InuYasha. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Luego de Ital salieron "esto está al norte": Itnor y "esto está al sur": Alrus. Ánsata vino más tarde. Fue cosa de unas partidas y le puso nombre el jugador que lo descubrió.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En cuanto a la Itarca, pues es "el arca de Ital" en tanto que tiene el objetivo de preservar su memoria. En tanto que Isfegar sale de mi nombre y apellidos.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Todas ellas ideas sencillas para facilitar la memorización.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Y esto es todo por hoy. Os dejo con los Blind Guardian y su "And the Story Ends":</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/xL4YM5mYqlo" width="320" youtube-src-id="xL4YM5mYqlo"></iframe></span></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Ante todo no dejéis que los hombres grises de "Momo" os atrapen.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinA7RBZ1dCoaUEF1t8ZoQ24-NkZSI6Rc870uPE3iELuP6VrTlf_r66ze9vHWHVBQZJ1ZS6KtemkP0m4FQxmnwWgP_y2cZsn3uh7WwNkvx_SaiEr7YacQlojy_8tbS4PXF02x1Kd_bQsY7Sar8A04JKZnNCVsW3aHbCA4wlfwF-_4-_z7cCbfkdnnaIieI/s946/aliciaenfantasia1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="921" data-original-width="946" height="312" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinA7RBZ1dCoaUEF1t8ZoQ24-NkZSI6Rc870uPE3iELuP6VrTlf_r66ze9vHWHVBQZJ1ZS6KtemkP0m4FQxmnwWgP_y2cZsn3uh7WwNkvx_SaiEr7YacQlojy_8tbS4PXF02x1Kd_bQsY7Sar8A04JKZnNCVsW3aHbCA4wlfwF-_4-_z7cCbfkdnnaIieI/s320/aliciaenfantasia1.jpg" width="320" /></a></span></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">No dejéis de soñar.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Nos leemos.</span></span></p><div><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-41490217088431439652023-10-16T20:26:00.007+02:002023-10-16T20:31:59.665+02:00(Ital el JDRHM) Criaturas y Leyendas 7: Jalea de Medusas, las Reglas.<span id="docs-internal-guid-fb8d181f-7fff-a2de-ca6a-b4294736b7d1" style="font-family: verdana; font-size: medium;"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Muy buenas a todos un día más.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Aquí os traigo las tablas para las criaturas que aparecían en la entrada anterior y alguna que otra cosa más.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Vamos a empezar por las medusas, pequeñas, medianas y gargantuescas.</span></p><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiImknGwvaCuMlmUGbhISmPq-6lY4GcAT67sxAURQ648Neu7svYPF4wKn_W-feh_N83-1i7Etsbg5V2bX-0y899ogIcHdtc5Sz56ohNuWlje7uNl_VLAiVfGMyi-xE-Sd0hmPYnxzCDE7t-whobTKfyMEAADFacnQFjCqCvAj_485RYbXlhNwjIBx0q_aw/s922/La%20madre%20medusa1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="922" data-original-width="922" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiImknGwvaCuMlmUGbhISmPq-6lY4GcAT67sxAURQ648Neu7svYPF4wKn_W-feh_N83-1i7Etsbg5V2bX-0y899ogIcHdtc5Sz56ohNuWlje7uNl_VLAiVfGMyi-xE-Sd0hmPYnxzCDE7t-whobTKfyMEAADFacnQFjCqCvAj_485RYbXlhNwjIBx0q_aw/s320/La%20madre%20medusa1.jpg" width="320" /></a></div><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="white-space-collapse: preserve;">TIPO: Medusa Voladora Dorada Pequeña NIVEL: 5 PV: 60 ACCIONES: 2/2 BD: SA 15 Esquiva 70 INICIATIVA: 70 BO: Descarga Eléctrica (coste 5 PP) alcance óptimo 1 metro 60 en ataque pequeño Presa 80 en ataque mediano ESPECIALES: Inmune a críticos, todo aquello que entre en contacto con ella sufrirá un ataque igual al del ataque eléctrico y sus ataques contra CM y CO miran en la tabla de SA. Es vulnerable al fuego y al hielo que la hace daño por dos. Tiene 25 PP.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">TIPO: Medusa Voladora Dorada Mediana NIVEL: 10 PV: 100 ACCIONES: 3/2 BD: SA 20 Esquiva 100 INICIATIVA: 100 BO: Descarga Eléctrica (coste 10 PP) alcance óptimo 2 metros 100 en ataque mediano Presa 120 en ataque Grande ESPECIALES: Inmune a críticos, todo aquello que entre en contacto con ella sufrirá un ataque igual al del ataque eléctrico y sus ataques contra CM y CO miran en la tabla de SA. Es vulnerable al fuego y al hielo que la hace daño por dos. Tiene 50 PP.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">TIPO: Medusa Voladora Dorada Grande NIVEL: 15 PV: 150 ACCIONES: 4/3 BD: C 40 Esquiva 115 INICIATIVA: 115 BO: Descarga Eléctrica (coste 15 PP) alcance óptimo 3 metros 120 en ataque grande Presa 140 en ataque descomunal ESPECIALES: Inmune a críticos, todo aquello que entre en contacto con ella sufrirá un ataque igual al del ataque eléctrico y sus ataques contra CM y CO miran en la tabla de SA. Es vulnerable al fuego y al hielo que la hace daño por dos. En cuerpo a cuerpo causa daño doble. Tiene 75 PP.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">TIPO: La Madre de todas las Medusas Voladoras NIVEL: 25 PV: 300 ACCIONES: 5/3 BD: C 90 Esquiva 130 INICIATIVA: 130 BO: Descarga Eléctrica (coste 20 PP) alcance óptimo 10 metros 160 en ataque descomunal Presa 180 en ataque descomunal ESPECIALES: Inmune a críticos, todo aquello que entre en contacto con ella sufrirá un ataque igual al del ataque eléctrico y sus ataques contra CM y CO miran en la tabla de SA. Es vulnerable al fuego y al hielo que la hace daño por dos. En cuerpo a cuerpo causa daño triple. Tiene 125 PP.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">La idea es tener unos adversarios a los que el grupo de jugadores tenga serios problemas para enfrentarse en cuerpo a cuerpo. La mejor forma de enfrentarse a ellos es con salvas coordinadas de proyectiles. Un consejo que suelo dar a la hora de diseñar los PJs es que se aseguren de contar con algún tipo de ataque a distancia larga o media y no caigan en la tentación de jugárselo todo a un sólo tipo de arma. O si lo hacen, que sea en una de las categorías que incluyen su uso como arma arrojadiza.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Los motivos para enfrentarse a este tipo de desafío pueden ser el verse sorprendidos en una ciudad costera afectada por el evento descrito en el relato. O pueden toparse con ellas en alta mar en el transcurso de otra aventura mayor. O utilizarlas no como fauna natural, sino como criaturas mágicas traídas a este plano por error/plan maligno y sacarlas en cualquier parte. En este caso bien pueden alimentarse de los PP de los PJs que los generen: hasta la mitad de los PV de daño que causen pueden ser PP y absorberlos ellas. Esto convierte a los lanzadores de conjuros en objetivos prioritarios…</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Recompensas, despojos o botín que se puede obtener de ellas. Pues de los dos tipos más pequeños hay quien sabe cómo procesarlas para elaborar medicamentos y emplastos. 1 moneda de plata por cada 5 niveles de las criaturas.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Con los dos tipos más grandes se pueden elaborar pociones de PP: de 30 PP y 60 PP respectivamente. Una moneda de oro por cada 5 niveles de la criatura. Las pociones costarían 9mo y 15mo. </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Y con el pellejo de la más grande, convenientemente tratado se puede elaborar una armadura de cuero +15 mejorable por la habilidad del curtidor, que da un +25 adicional contra ataques eléctricos.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Ahora pasamos a las mascotas vegetales que custodian los secretos de los hombres púrpura.</span></p><div><span><br /></span></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQdSs0Gqaduuii5UC82Q62LlIHdGW1fcO3XF9xgqvqDcYyVKGRlGL1Q-8gwCHNpGZba_UfyR6UIaUz2MeCSftKkE_JcpjE2dpyBQF7h4jyIUtYks4w_9wibOnuQ9w9vEElEqqDdbJ67GeQ3cjTtXMRiqId5UCADhpYoNoxOPURXtktVqtCz_yz-7y-sRc/s958/planta22.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="896" data-original-width="958" height="299" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQdSs0Gqaduuii5UC82Q62LlIHdGW1fcO3XF9xgqvqDcYyVKGRlGL1Q-8gwCHNpGZba_UfyR6UIaUz2MeCSftKkE_JcpjE2dpyBQF7h4jyIUtYks4w_9wibOnuQ9w9vEElEqqDdbJ67GeQ3cjTtXMRiqId5UCADhpYoNoxOPURXtktVqtCz_yz-7y-sRc/s320/planta22.jpg" width="320" /></a></div></div><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">TIPO: Flor Escupidora NIVEL: 8 ACCIONES: 3/2 PV: 90 BD: C 40 Esquiva 130 INICIATIVA: 130 BO: Escupir ácido 130 y Mordisco 100 en ataque grande ESPECIALES: El ataque de escupir niega SA y CM los demás no.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Si el resultado del ataque de escupir causa crítico añadid este efecto: Ácido potencia 8 Pérdida de la piel en la zona afectada –2D20 PV. </span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">TIPO: Arbusto de Espino Rodante NIVEL: 10 ACCIONES: 4/3 PV: 100 BD: C 45 Esquiva 120 INICIATIVA: 120 BO: Presa 140 en ataque grande ESPECIALES: si en sus ataques causa crítico aplicad veneno paralizante de potencia 5 que ataca el sistema nervioso y deja a la víctima con un -30 a sus tiradas durante 1D10 asaltos.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">TIPO: Horror Reptante Devorahombres NIVEL: 15 PV: 130 ACCIONES: 4/3 BD: C 50 Esquiva: 120 INICIATIVA: 120 BO: Mordisco 150 Presa 140 en ataque descomunal ESPECIALES: Causa daño por dos. Ignora críticos alfa. Flores de loto púrpura: puede gastar todas sus acciones en rodearse de una nube de veneno de 3 metros de radio que dura suspendida en el aire 5 asaltos, inhalado tiene potencia 10 y causa sueños narcóticos e inconsciencia 1 hora.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Como podéis ver es la flora ideal para laboratorios de alquimistas, ruinas en la jungla, templos malditos, ciudades perdidas… si añadís algún escorpión, araña o similares del manual de Ital ya tenéis un florido escenario de pesadilla, que no todo van a ser traqueteantes huesos mohosos y mazmorras subterráneas. Si ya estáis pensando en aplicar lanzallamas y bola de fuego a todo, os recuerdo que la madera verde no quema bien y genera mucho humo. Además, los libros de recetas arden y las redomas y alambiques reaccionan de formas creativas de luz, calor, sonido, efluvios…</span></p><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgD-bNL6RI2Yv5wz67F2uzrop2yOn4jQ5-Bt3G4B-pTkG4LG7UMkPZQl4UDMV2rBPyjde-ADHfbba0cokX_Lqzl7MF2AsX5eGamKLM_R9KvHCu6q7Wz2qXgAHgBQE_lEsNVS6WRAPdkknEssfvytngNsXRcQTOwkU3MGsaEPm2eVjPKCN1u9Lev9jd4YMs/s373/se%C3%B1orqueleto1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="348" data-original-width="373" height="299" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgD-bNL6RI2Yv5wz67F2uzrop2yOn4jQ5-Bt3G4B-pTkG4LG7UMkPZQl4UDMV2rBPyjde-ADHfbba0cokX_Lqzl7MF2AsX5eGamKLM_R9KvHCu6q7Wz2qXgAHgBQE_lEsNVS6WRAPdkknEssfvytngNsXRcQTOwkU3MGsaEPm2eVjPKCN1u9Lev9jd4YMs/s320/se%C3%B1orqueleto1.jpg" width="320" /></a></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><br /></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Y con esto me despido por hoy. Os dejo con Héroes del Silencio y su “Flor de Loto”:</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span face="Arial, sans-serif"><span style="white-space-collapse: preserve;"><br /></span></span><span face="Arial, sans-serif" style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/mUpZB86N7xk" width="320" youtube-src-id="mUpZB86N7xk"></iframe></div></span><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Gracias por estar ahí.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-family: verdana; font-size: medium; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Nos leemos.</span></p>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-39443224947052341732023-10-15T04:33:00.003+02:002023-10-15T04:36:14.361+02:00(Ital el JDRHM) Criaturas y Leyendas 7: Jalea de Medusas<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> <span> Hola a todos. </span></span></p><p style="text-align: justify;"><span><span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Aquí estamos un día más. Hoy os adelanto el relato introductorio a las reglas de otro grupo de criaturas con las que poblar las guaridas de vuestros villanos o sazonar los viajes de vuestros aventureros.</span></span></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span><span></span></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifRZhhVv_9l_wdAHZv28qMPrlCQ-tJ5gIfMB1NrLO_CHyx1mbQsmykazMOU-qSfY770SzQztVyFEdOeAdfR55GK76_i1dZ8Z2qhqaXQcmYDCDnb5CSUNMVfGVu0kxb4ndWzu96Xvjq0X2Qgo2JpSHdHBRsNgSoTneCLQlXikjOHpWf_JhGUXDZg3nTESg/s958/templo%20medusas1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="928" data-original-width="958" height="310" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifRZhhVv_9l_wdAHZv28qMPrlCQ-tJ5gIfMB1NrLO_CHyx1mbQsmykazMOU-qSfY770SzQztVyFEdOeAdfR55GK76_i1dZ8Z2qhqaXQcmYDCDnb5CSUNMVfGVu0kxb4ndWzu96Xvjq0X2Qgo2JpSHdHBRsNgSoTneCLQlXikjOHpWf_JhGUXDZg3nTESg/s320/templo%20medusas1.jpg" width="320" /></a></span></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">"Buenos días joven amo. Tenéis mejor aspecto. Veo que las friegas e infusiones que os prescribí os están haciendo efecto y ni mucosidades, ni flemas os ahogan. Me alegro. Tengo que felicitar a mi proveedor en el barrio arcano por su buen trabajo.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">No pongáis esa cara. Es un buen hombre. Y para ser sacerdote de Piaga, o precisamente por ello, sus conocimientos sobre plantas medicinales alcanzan donde los míos no llegan.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Os escandalizáis? Pues debéis saber que del mismo modo que podemos encontrar personas mezquinas y venales entre los seguidores del Libro, igualmente hay personas honestas y leales en las filas de la Espada.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En este caso concreto, ignoro qué le ha llevado hasta aquí. O cómo ha terminado trabajando de jardinero en esa sombría mansión. Más habéis de creerme cuando os digo que somos afortunados de poder contar con alguien de sus inclinaciones y habilidades dispuesto a ayudar a sus congéneres.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Poco es lo que sé de él en concreto. Pero algo más es lo que puedo contaros de los suyos y de su lugar de origen.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">De piel dorada y cabellos oscuros es la gente de Shagir, la de las feraces selvas besadas por el mar, entre cuyos espesuras caminan sigilosos tigres. Fabulosos son sus templos excavados en la roca, de recargadas fachadas donde conviven acuáticas nagas con dioses de múltiples brazos. Industriosos y perfeccionistas, afirman que siguen las antiguas enseñanzas de elfos de piel morena que esculpieron sus moradas en las raíces de las montañas antes de abandonarlas por orden de sus dioses.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Ignoro qué hay de cierto en tales historias. Lo que sí puedo afirmar, es que incluso en la más humilde de sus viviendas, sita lo mismo en pueblo que en ciudad, te encontrarás con que cultivan aromáticas plantas que vivifican el ambiente y alegran la vista.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Mención especial merecen sus cementerios. Pues son auténticos jardines. Cada familia tiene asignada una parcela que mantiene con esmero. Así, cuanto más antiguo e importante es el linaje de los difuntos allí enterrados, más alto e imponente es el árbol familiar bajo el que yacen alimentando sus raíces. Grande es la deshonra de quienes ven su linaje caer en desgracia y a su árbol arrancar.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pero de entre todos los habitantes de aquél lejano reino, son los hombres púrpura los que mayores secretos atesoran en botánica y sus recetas custodian con celo obsesivo. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Tuerces el gesto? Pues no lo hagas. No es que su piel sea de tal color. Dicho nombre les viene dado por los tintes que elaboran, con los cuales se tatúan por todo el cuerpo. El proceso de su elaboración es otro de los misterios que atesoran. Aunque sospecho que también es la causa del hediondo olor que emana de sus islas.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Islas, sí, islas. Los hombres púrpura viven en comunidades aparte. En templos esculpidos en roca caliza, rodeados de lujuriosa vegetación, pasan la mayor parte del año. Pero con la llegada de la estación de las lluvias y sus vientos huracanados, abandonan en masa sus hogares. Con familias y enseres recorren los caminos ofreciendo tintes, ungüentos y pociones. Atrás dejan sus templos y jardines a merced de los enjambres de medusas doradas que acuden en tropel a alimentarse con el néctar de las flores de loto y de los insectos que atraen.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pocas son las ocasiones en que tales criaturas superan el cinturón de las Islas Púrpura, pero hay estaciones de especial violencia, en las que a lomos del viento se dispersan por la costa, llegando incluso a las calles de la capital. Del tamaño de un puño, la mayoría no es capaz con su bioelectricidad de más que soltar una descarga molesta. Es con ellas con las que se cocina la jalea a la que debes tu pronta recuperación.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Sin embargo, algunas de ellas pueden llegar a medir un metro de diámetro y los más viejos hablan de años excepcionalmente húmedos y calurosos, en que auténticos monstruos del tamaño de una casa han salido flotando del lecho marino. Cuando esto ocurre, el reino moviliza sus ejércitos igual que si afrontase una invasión. Sus murallas eriza de balistas y ballesteros y sus ciudadanos sufren por semanas un asedio que sólo termina cuando los vientos amainan.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Entonces regresa el pueblo púrpura de su peregrinaje. Asiste a heridos y enfermos. Busca nuevos integrantes entre los huérfanos. Y prende de nuevo las piras hediondas en sus templos para mantener alejadas a las medusas doradas un año más.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Qué cómo nadie aprovecha su ausencia para explorar sus islas y robar sus secretos? Rumores hay. Entre susurros, en las tabernas se cuentan historias de doncellas veleidosas que impusieron pruebas temerarias a sus jóvenes pretendientes y nunca regresaron. De osados ladrones que aterrorizados volvieron con las manos vacías, pero narrando cuentos de horrores reptantes que beben sangre, de flores con cara de hombre que escupen veneno y de plantas de espino que se mueven por voluntad propia.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Hace mucho que sospecho que mi útil contacto no es sino uno de esos huérfanos, que tomó lo que pudo de su pueblo adoptivo y luego huyó cuan lejos pudo. Por eso se acogió a la protección de su nuevo amo y reside en esa mansión habitada por fantasmas, cuidando con esmero el jardín que rodea sus tumbas."</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: right; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Por León de Rasaol, médico, viajero y tutor de príncipes.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Y por ahora me despido. Os dejo en compañía de los Rolling Stones y su "Paint it black":</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/flSmiIne-4k" width="320" youtube-src-id="flSmiIne-4k"></iframe></div><p></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En unos días termino y comparto las reglas para "Ital el JDRHM". Hasta entonces.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="background-color: transparent; color: black; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Nos leemos.</span></span></p><p><span id="docs-internal-guid-ecfa7fcb-7fff-79ab-a8c1-804598e0b326"><br /><br /></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;"><span face="Arial,sans-serif" style="background-color: transparent; color: black; font-size: 11pt; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre;"> </span></p>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-28379647856850276342023-10-11T17:51:00.007+02:002023-10-11T17:57:15.601+02:00(Píldoras Literarias) "En el Reino Oscuro" de Lem Ryan<p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> <span style="text-align: justify; text-indent: 36pt; white-space-collapse: preserve;"><span>Hola a todos una vez más.</span></span></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium; text-align: justify; text-indent: 36pt; white-space-collapse: preserve;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium; text-align: justify; text-indent: 36pt; white-space-collapse: preserve;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzb6FzqD9oYnRBWcZuMgMSGkJ6awf0sYsYUUh6a-kB4RE2uipxRu-qO5r6f0f5E9A475swJahvbGFf1m-zmEolfIpMTbcDv8Jl3BGUDo3F-w35p-1NpmxRqzmJ0LF6F2PNIzg1aUYGxwaAIcIpcS5CNOdgO2wUexTrLteeStVPdGkwyqea1A91flHxbjs/s4160/IMG20231010143749_01.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4160" data-original-width="3120" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzb6FzqD9oYnRBWcZuMgMSGkJ6awf0sYsYUUh6a-kB4RE2uipxRu-qO5r6f0f5E9A475swJahvbGFf1m-zmEolfIpMTbcDv8Jl3BGUDo3F-w35p-1NpmxRqzmJ0LF6F2PNIzg1aUYGxwaAIcIpcS5CNOdgO2wUexTrLteeStVPdGkwyqea1A91flHxbjs/s320/IMG20231010143749_01.jpg" width="240" /></a></span></div><p></p><span id="docs-internal-guid-c3ee71b5-7fff-c3ff-ca8e-c1492892bed5"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Hoy quiero compartir con vosotros mis impresiones sobre el bolsilibro de espada y brujería "En el Reino Oscuro"</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Alguno puede que no llegase a conocer los libritos que se vendían en los estancos. Ediciones económicas con historias de géneros populares; vaqueros, romance, bélicos, ciencia ficción… Pues para mi sorpresa y deleite he descubierto que una serie de autores nacionales resisten heroicos ante el invasor digital. Sirva esta entrada como mi reconocimiento a la labor de todos ellos. De quienes admito sin rubor que tengo mucho que aprender.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">En esta primera adquisición me he decantado por una historia de espada y brujería de corte clásico.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Nuestro bárbaro protagonista encabeza un ejército mercenario al que le han encomendado la espinosa tarea de someter por asedio una ciudadela considerada inexpugnable y llena de tesoros.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">De ahí en adelante nos encontraremos con los consabidos cortesanos vanos y corruptos, la misteriosa mujer fatal, y los antagonistas investidos con el poder de seres provenientes del inicio de los tiempos.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Es decir, es una obra honesta, sólida y que no pretende, ni revolucionar el género, ni engañar al lector. Si disfrutaste con las aventuras de "La Espada Salvaje de Conan", adelante, pasa y ponte cómodo. Vas a sentirte como en casa.</span></p><br /><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEho1FfafHSPX76dvlpBECteozOBThGc7wyrsohBlCMZMOpoylmh4SoRvs-5wl7bieZ9x5eR96OwHEcsSAxuaScVetkvXHBugLQMnG3uXeedb2BMvGjkc2xS8v3pKDHnYVXkL5YUF5jWDRJFQnGXSVkzdnGckhArTV7kamRgb1pfKKU5Q7xJxgJqjysgQpo/s4160/IMG20231011172353.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3120" data-original-width="4160" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEho1FfafHSPX76dvlpBECteozOBThGc7wyrsohBlCMZMOpoylmh4SoRvs-5wl7bieZ9x5eR96OwHEcsSAxuaScVetkvXHBugLQMnG3uXeedb2BMvGjkc2xS8v3pKDHnYVXkL5YUF5jWDRJFQnGXSVkzdnGckhArTV7kamRgb1pfKKU5Q7xJxgJqjysgQpo/s320/IMG20231011172353.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">En mi cabeza es así como se veía la aventura </td></tr></tbody></table><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><br /></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Ahora bien. Yo tengo un problema con las historias en las que el bárbaro maduro encabeza ejércitos. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Mientras vive aventuras entre corsarios negros, zuagires, kozakis… no deja de ser un salvaje entre iguales. Sigue siendo libre e indómito. Incluso al frente de los irregulares aquilonios en la frontera picta, sigue transmitiendo esa emoción.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Luego, como en "El Coloso Negro" o en "La Hora del Dragón", las cadenas de la civilización empiezan a pesar y ese horizonte de libertad se angosta.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">También soy consciente de que he empezado la historia de este aesir por la mitad y las aventuras de sus primeros años han pasado a mí lista de deseos.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Luego, el tono de la historia está más alejado del tono vitalista de R. E. Howard de lo que a mí me gusta. La confrontación entre la honestidad del bárbaro y la doblez del civilización, heredada de Tácito y abrazada por la escuela historicista decimonónica, tan querida por los autores de espada y brujería, aquí pasa a un segundo plano.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">A mi parecer, en cambio, el estilo casa perfectamente con los decadentes y morbosos escritos de Clark Asthon Smith o las encarnaciones más crepusculares del campeón eterno de M. Moorcock, tales como Ulric.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">¡Ojo! No es que me disguste. Es sólo que mi estado de ánimo me pedía algo un poco más revigorizante o luminoso.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">De todas maneras, tanto si eres un aficionado confeso de este tipo de historias, como si nunca has apostado por este tipo de publicaciones menos difundidas y sientes curiosidad, te la puedo recomendar.</span></p><br /><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Y para despedirme os dejo con Medina Azahara y su "Necesito Respirar":</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="white-space-collapse: preserve;"><br /></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/uTKZ0zI0iEA" width="320" youtube-src-id="uTKZ0zI0iEA"></iframe></div><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Gracias por estar ahí.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;">Nos leemos.</span></p><div><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div></span></span><br />Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1496001521457084534.post-46262892568581673972023-10-10T01:10:00.001+02:002023-10-10T01:10:39.936+02:00(Píldoras Literarias) "Noche Ancestral" de F. Maradei<span id="docs-internal-guid-f7736ff6-7fff-1cc4-f314-e1f0f238cd66"><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Hola muy buenas.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Hoy compartiré con vosotros mis impresiones sobre la novela "Noche Ancestral" de F. Maradei.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhz6sdwCrgHhXGQRv4-PPtW6k4wsNCYb_xnEFjbBocheJ6xKYzsxrOKQEq57BsjVhO9x3VH3z8CSsvmYHmnk7FsRx_iB37Sq1bGL8yJ2bRral2CTJasgVOBQ3jF5Ff1fVNUOtnWoe3EngqFLUjXMcAwOpMRkoK5ZZDhVNw2AWFs0uOdzoWvgjiol0LO7Xw/s1500/Noche%20ancestral.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img border="0" data-original-height="1500" data-original-width="943" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhz6sdwCrgHhXGQRv4-PPtW6k4wsNCYb_xnEFjbBocheJ6xKYzsxrOKQEq57BsjVhO9x3VH3z8CSsvmYHmnk7FsRx_iB37Sq1bGL8yJ2bRral2CTJasgVOBQ3jF5Ff1fVNUOtnWoe3EngqFLUjXMcAwOpMRkoK5ZZDhVNw2AWFs0uOdzoWvgjiol0LO7Xw/s320/Noche%20ancestral.jpg" width="201" /></span></a></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="color: #0f1111; text-indent: 36pt; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">“Puede que Kaira tenga razón, y aun así, lo que hace es cuestionable. ¿Cómo no sucumbir a las pretensiones de las tierras del norte? ¿Cómo mantener la cordura, cuando todo se vuelve en su contra?</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="color: #0f1111; text-indent: 36pt; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: white; color: #0f1111; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Esta historia es el final del inicio de la oscuridad... El final de un tiempo donde la diosa Qhara ungió con la luz sagrada a la Estirpe Draco, y el inicio de la leyenda de las tierras del sur y su pueblo, siempre a merced del demonio de Xaruk y su enorme ejército, la Estirpe Oscura.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: white; color: #0f1111; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La venganza alimentará su alma, por lo que buscará destruir al pueblo más poderoso de las tierras del sur a como dé lugar. Solo la templanza la mantendrá en este mundo, de lo contrario la oscuridad la envolverá para toda la eternidad.”</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: right; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="background-color: white; color: #0f1111; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Sinopsis de la obra en Amazon.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: preserve;">Así pues, a lo largo de sus páginas conoceremos a Kaira, al hospitalario pueblo de las cuevas y a los distantes dracos. Veremos las dificultades que afrontan en su convivencia, los frutos que obtienen de su colaboración y las amenazas internas y externas que se ciernen sobre ellos. Todo esto mientras la joven protagonista, hija de los dos pueblos, sufre intentando encajar en el mundo que la rodea. </span></span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En los cimientos de la historia encontramos la estructura del camino del héroe: la primera llamada, el rechazo a la aventura, la reliquia familiar, la aceptación de la aventura y el desafío al destino. Pero las experiencias y sentimientos de los personajes son los aspectos más importantes. La búsqueda de la identidad propia y la necesidad de aceptación son los temas principales, así como el daño que nos hacen mentiras y secretos por más que quienes nos ocultan la verdad crean que nos protegen. Y tal y como la autora maneja estos elementos resulta difícil no emocionarse con los vaivenes en la fortuna de los personajes.</span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Además, tiene momentos de acción realmente épicos, escritos con fluidez y espectacularidad. </span></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En conclusión, me ha parecido una lectura ágil, emotiva y envolvente. El cambio de ambientación después de estar inmerso mucho tiempo en el modelo europeo también lo he agradecido. Con todo ello considero su lectura una perfecta puerta de entrada al universo literario de la autora. Y si como yo habéis disfrutado con las historias de Naruto y Gaara, o de Aang y Korra os lo recomiendo sin dudar.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Os dejo con los Blind Guardian y su "Black Chamber".</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><div><span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></div><div><span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/6n1QDMrXmXw" width="320" youtube-src-id="6n1QDMrXmXw"></iframe></div><br /></span></div></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pues “el niño que no sea abrazado por su tribu, cuando sea adulto, quemará la aldea para poder sentir su calor”. Proverbio africano.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span><p dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify; text-indent: 36.00000000000001pt;"><span style="font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Nos leemos.</span></span></p><div><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 11pt; font-variant-alternates: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; font-variant-position: normal; vertical-align: baseline; white-space-collapse: preserve;"><br /></span></div></span>Ismael Fernández Garcíahttp://www.blogger.com/profile/14695990889485209494noreply@blogger.com0