(Píldoras Literarias) Sapiens Bestiae de Enrique Ferrer Pérez
Hola a todos, espero os vaya bien por ahí fuera. El caso es que antes de dedicar una nueva entrada a comentar mis lecturas, pretendía aportar algo más de mi propia cosecha, pero los días se trocaron en semanas y no lograba concentrarme en ninguno de los hilos que continuaba. De manera que aquí estoy una vez más con una obra del mismo autor que la antología "La Belleza de lo Macabro", que ya os comenté aquí y me dejó con ganas de más.
En esta ocasión el autor nos brinda la oportunidad de sumergirnos en una aventura primordial que me sorprendió, no ya por su ágil prosa y buen ritmo, sino por la cantidad de temas que aborda y por los que siento especial interés. Seguramente muchos habéis leído sobre "las primeras invasiones" y la caída del Imperio Romano. O sobre "las segundas invasiones" de viquingos, seguidores del Islam, magiares y eslavos. Sin embargo, antes de ellas Europa vivió episodios similares. Estoy pensando en la crisis del 1.200 a. C. o en la irrupción en la península Ibérica de los Yamnaya a mediados del tercer milenio antes de nuestra era.
Sobre todo esta última, durante la cual, según estudios de ADN recientes, el genoma masculino de los pobladores precedentes fue borrado del mapa. Resulta difícil no pensar en la una y otra vez repetida consigna de los conquistadores en todo tiempo y lugar: "Matar a los hombres y capturar a las mujeres".
El Rapto de las Sabinas |
Pues bien, en esta narración, Enrique nos lleva hasta el episodio final de la madre de todas estas invasiones. Esta es su sinopsis:
Y dejo la frase promocional porque es cierto. Doy fe de que la leí de un tirón. Es una obra breve, muy al estilo de "El Valle del Gran Gusano" de Robert E. Howard y otros de sus relatos. Incluso roza el tema de las regresiones a vidas pasadas como en el ciclo de James Allison.
Por momentos, es como si Enrique nos ofreciera el punto de vista de Grendel y su madre. Esos capítulos en los que el narrador cambia de persona me parecen muy bien introducidos y nos permiten simpatizar con ese "otro" que en tantas ocasiones ha desempeñado el papel de monstruo, tanto en el "Beowulf", como en la crónica del viajero Ahmad Ibn Fadlan. Obra adaptada luego por Michael Crichton en "Los Devoradores de Cadáveres" y llevada al cine después como "El Guerrero Número Trece".
Pues pienso que, tras todas las leyendas de titanes hijos de Gea, nephilims hijos de ángeles caídos, de trolls y ogros refugiados en lo profundo de cuevas apartadas tras bosques salvajes y montañas inhóspitas que pueblan el imaginario de Eurasia, se encuentra el recuerdo, convenientemente envilecido para justificar su erradicación, de quienes nos precedieron. Tal y como hemos vuelto a repetir una y otra vez.
Además, cuando parece que la razón de ser del relato ya ha llegado a su final, Enrique nos sorprende abordando otro tema fundamental para comprender las sociedades humanas. Del peligro exterior, pasa al interior. El difícil encaje de quienes son capaces de pensar diferente y el riesgo que suponen para la cohesión grupal. Pues si en cierta medida resultan necesarios, en otra pueden ser peligrosos.
"Sapiens Bestiae" se lee de un tirón, sí. Pero también se merece una lectura pausada.
Y como no puede ser de otro modo, me despido de vosotros con un tema elegido para la ocasión. Hoy estaba dudando entre "Haz turismo invadiendo un país" de los Celtas Cortos o "Hijos de Caín" de Barón Rojo. Elijo esta última por sonar mucho menos en bares y radios.
Gracias por estar al otro lado. Nos leemos.
Mientras escribía la reseña de "Sapiens Bestiae" estuve tentado de incluir la mención del pueblo de los kurganes como origen del villano de "Los Inmortales".
ResponderEliminarAl final opté por la referencia al episodio del rapto de las Sabinas, dándole un toque más clásico y menos popular
¿Vosotros cuál habríais elegido?